Aceptalo tal cual es Es tiempo de desterrar el mito de que - TopicsExpress



          

Aceptalo tal cual es Es tiempo de desterrar el mito de que podremos cambiar a nuestra pareja a medida que se afiance la relación. Nunca nos compramos un vestido o un traje pensando en que vamos a modificarle el corte, cambiarle los botones o teñirlo de otro color. Sin embargo, con abrumadora frecuencia, entablamos una relación con la idea fija de cambiar a nuestra pareja, algo así como transformar una prenda de confección en una a medida. Si estás buscando la felicidad de a dos, hay algo que tenés que saber: una pareja no es un guante que debe adaptarse ajustadamente a nuestra forma. A diferencia de lo que sucede con la ropa, no podemos transformar una mujer o un hombre talle 48 en uno talle 46. Amar significa aceptar al otro tal como es. Por supuesto, la convivencia lima asperezas, genera hábitos y rutinas compartidas, gesta gustos comunes y produce pequeños o grandes cambios que quizás pasen inadvertidos para la mayoría. Si se tratara de una pieza musical, podría decirse que es imposible cambiar la melodía, pero que en la convivencia pueden cambiarse ciertos acordes. Pero sólo eso. Lo cierto es que pedirle a alguien que sea como no es ni desea ser no sólo es una empresa destinada al fracaso, sino también una forma equivocada e irrespetuosa de encarar una relación. Igual que nos pasa a nosotros, también la pareja tiene ciertos valores irrenunciables –que posiblemente no coincidan con los nuestros- pero que hacen a su esencia: son la base de su identidad. Los motivos ¿Te preguntaste por qué queremos cambiar al otro en lugar de aceptarlo? -Tenemos la idea equivocada de que una pareja es un espejo en el que debemos vernos reflejados con exactitud, algo así como una sucursal de nosotros mismos en el cuerpo de otro. Sin embargo, nada está más alejado de la verdad. Una pareja nos “complementa” precisamente porque, sobre la base de ciertos valores comunes que no son negociables, es distinta de nosotros y esa diferencia nos completa y nos enriquece. -Nuestra autoestima está baja y entonces nos “conformamos” temporariamente con lo que aparece, con la idea de ir modificándolo poco a poco. Esto no es viable. -Somos omnipotentes y creemos que siempre debemos tener la última palabra. Por lo tanto, nuestra omnipotencia nos lleva creer que bastan nuestros deseos y nuestra insistencia para que el otro renuncie a su esencia y se convierta en lo que deseamos. -Le tenemos miedo a la soledad y la posibilidad imaginaria de cambiar lo que no nos gusta de nuestra pareja se presenta como una idea salvadora ante este escenario. -Somos demasiado rígidos y no podemos convivir con la diferencia. Por eso, pretendemos que nuestra pareja tenga nuestros mismos criterios, hábitos y gustos. Dónde enfocar el cambio Si sos de las personas que confían en que cambiarán a su pareja y la adaptarán completamente a sus deseos, es hora de que sepas que es casi imposible. Nadie cambia su esencia a pedido y pretender que lo haga es el camino más directo a la frustración. Todos tenemos derecho a ser lo que somos…nuestra pareja también. Es posible que estés poniendo en la persona que está a tu lado un deseo de cambio que no te atreves a enfocar en vos mismo. Es necesario ceder algo en beneficio del vínculo, pero cuando esto sucede son los dos integrantes los que deben cambiar algo para mejorar la relación. Una pareja es una sociedad afectiva y espiritual al 50 %, por lo que exigir que sea uno solo de los integrantes el que cambie para ajustarse a los deseos del otro es una injusticia flagrante, además de una “misión imposible”. Si querés modificar a tu pareja, creo que ha llegado la hora de que revises tus aspiraciones. Antes de proponer cambios, sería bueno que establecieras un buen canal de diálogo. Cuando el diálogo existe, incluso las diferencias más evidentes pueden ser procesadas y convertidas en rasgos aceptables y no en un impedimento para el amor. Tips para no pedir imposibles -Recordá la vieja frase que dice “no le hagas al otro lo que no te gustaría que te hagan”. Ponete en el lugar de tu pareja y preguntate qué sentirías si no te aceptara como sos. -Desterrá la idea de la pareja a medida. A medida pueden hacerse las prendas de vestir; no las personas. -Intentá ver claro en tu interior, es posible que tu deseo de que el otro cambie sea una proyección de tu propia necesidad de cambio. -Aplicá la autocrítica. Podrás comprobar que no sos perfecto y así tolerar supuestas “imperfecciones” en el otro. -No te plantees imposibles porque necesariamente culminarás en la frustración. -Fomentá el diálogo. Las diferencias son conciliables si se pueden verbalizar. -No “naturalices” el reclamo y la queja constante. Sólo empobrecerás el vínculo. Tomate tiempo para elaborar una lista de dos columnas. En una colocá los rasgos positivos de tu pareja. En la otra, los negativos. Luego, evaluá objetivamente. Si las diferencias no tienen que ver con valores fundamentales, quizás solo debas desarrollar tu tolerancia. Si, en cambio, se trata de valores incompatibles, más que cambiar a tu pareja, quizás deberías comenzar a pensar que esa no es la persona indicada para estar a tu lado.
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 14:29:57 +0000

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