Adrián Sánchez Blázquez, de profesión aspirante a - TopicsExpress



          

Adrián Sánchez Blázquez, de profesión aspirante a escribidor. Como dice El Cabrero: Siempre fui esa oveja negra que supo esquivar las piedras que me tiraban a dar. Y entre más pasan los años más me aparto del rebaño porque no se adonde va. Escribo al aire, a los árboles, al trabajo con las manos, al olor de mi tierra, de una honestidad brutal, soy directo y autentico, mis escritos son declaraciones de principios, pretendo colocarme a la altura de un gigante sencillo. Poseído de una idea de respeto y justicia, y una rabia más que justificada, con una personalidad que me caracteriza, con esos escritos denuncias genuinos que huyo de las masificaciones, decidido a no ser un borrego, solo escribo cuando quiero. El protagonismo se acaba al cerrar mi cuaderno de escritura y vuelvo a mis quehaceres de ventanillero. Yo escribo como ando, escuchando el paisaje, mientras algunos tropiezan con un muro de silencios, yo rompo los tabiques de la hondura a base de entrega, profesionalidad y desobediencia ante lo establecido, bien ajustando los escritos que me van como pie al zapato, apoyados en una armonía con un severo matiz de rebeldía. Anárquico y literato, aspirante a escritor de vocación y ventanillero de profesión, escribidor en estado puro, y una persona libre a ultranza, que amo mi trabajo y alzo mi voz siempre para pedir justicia.. Escribo lo que pienso, pero no intento que sea del agrado de todos. Yo escribo por amor a la escritura y, además es verdad. Escribo porque me gusta y no me pagan por ello. Primero tengo la suerte de ganarme la vida con mi “ otro “ trabajo, el de las finanzas. Segundo, gozo de la máxima libertad creativa. No me debo a nada, ni a nadie. Ni a mi mismo. Si no tengo ganas, no escribo. Si noto que lo necesito, cojo papel y bolígrafo y empiezo a escribir pequeñas notas. Luego más tranquilamente le voy dando forma a los escritos. Muchas veces ni me reconozco. Siempre he pensado que si algún día pudiera vivir de esto, perdería la frescura y la libertad. Pero quizás se trate de otro prejuicio sin ningún fundamento. ¿ Quién lo sabe ¿ ¿ Quién sabe nada ¿ Cáceres, a veintisiete de noviembre de dos mil once. l
Posted on: Fri, 05 Jul 2013 07:32:41 +0000

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