Advertencia contra la avaricia; el rico insensato 12:13 Le dijo uno de la multitud: Maestro, di a mi hermano que parta conmigo la herencia. – Al ver y escuchar a Jesús la gente podÃa ver que hablaba con toda autoridad y justicia. Por eso, este hombre creÃa que le podrÃa ayudar con la cuestión de su herencia. Según la ley de Moisés (Deut. 21:17) el hermano mayor recibÃa dos terceras partes de la herencia. Este caso parece indicar que no siempre se repartÃa la herencia correctamente. Es interesante observar que este hombre no pide que Jesús juzgue el caso objetivamente, sino que de una vez decidir el litigio a favor de él (el suplicante) (ALA). El hombre de este texto, al igual que la mayorÃa de los hombres, se preocupaba por su herencia terrenal cuando le convenÃa preocuparse más por su herencia eterna. Sus asuntos personales eran mucho más importantes que la enseñanza de Cristo sobre asuntos espirituales. Compárese Jn. 6:26, 63). 12:14 Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? -- Jesús no pide los detalles del caso. No pregunta quién hacÃa qué. Aunque los rabinos, siendo intérpretes de la ley, sà asumÃan el papel de jueces, Jesús no se metió en el asunto. Enseñaba la justicia, pero no aceptó el papel de juez o administrador para aplicar o ejecutar las leyes de justicia. Su reino no es de este mundo (Jn. 18:36) y su misión era la de buscar y salvar almas (19:10). El creÃa en dar a César (el estado) lo que era de César (20:25) y este caso perteneció a César. Además, toda la enseñanza de Jesús indica que lo más importante no es la mera reforma polÃtica y externa, sino el cambio de corazón. El hace grandes cambios en el hombre y en la sociedad comenzando desde adentro del corazón del hombre. 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos – Advertencia doble, como dos alarmas, dos luces rojas que brillan intermitente y constantemente ante nuestros ojos para que pongamos mucha atención, para que tengamos mucho cuidado, como cuidarse de una vÃbora de cascabel. El apóstol Pablo dice “Haced morir… malos deseos y avaricia, que es idolatrÃaâ€. Es cuestión de vida y muerte, de matar o ser muerto. Si no la matamos, nos mata a nosotros. Es un “demonio†que esclaviza. No hay otro peligro más grande en el mundo que la avaricia. Por ser la fuerza motriz de su vida la avaricia destruye un número incalculable de almas, llevándolas al infierno. -- de toda avaricia; – Jesús aprovecha la petición de este hombre para enseñar una lección sobre la avaricia, el cáncer que destruye el corazón de millones. Si en este caso hubo fraude con respecto a la herencia, alguien obviamente era avaro. Era culpable de la avaricia que, según Pablo, es idolatrÃa (Col. 3:5), porque toma posesión del corazón (los afectos) que pertenecen a Dios y lo convence que debe confiar en riquezas que son inciertas (1 Tim. 6:17) (HLB). Jesús nos advierte acerca de este pecado en el Sermón del Monte, el primer sermón registrado en el Nuevo Testamento: Mat. 6:24, “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. {Gr. Mamón}â€. El remedio se ofrece en los versÃculos anteriores (19-21). -- toda -- La palabra toda implica que este pecado se manifiesta de varias maneras; es decir, que hay varias clases de avaricia y que toda clase de ella debe ser evitada. Para ser discÃpulos de Jesús es indispensable que uno destruya la vida avariciosa, que quite ese Ãdolo del corazón. -- porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. –Jesús pronuncia una advertencia solemne. Tenga cuidado, guardarse de toda avaricia porque hay mucha diferencia entre el “vivir†y el “tener posesionesâ€. ¿Lo entiendo yo? El vivir no es el poseer. El vivir no depende de lo que uno posea. Para muchos la vida es precisamente esto: “la abundancia de los bienes que posee†y la comodidad y el placer que les traen. Sin embargo, la vida del hombre no consiste EN las cosas materiales. No son parte integral de la vida y es un equÃvoco grande dejar que éstas controlen la vida. Muchos son muy pequeños con riquezas. Otros son muy grandes sin riquezas. Por eso, Jesús apunta al hombre hacia un posesión más valiosa que la que él buscaba, la vida abundante (Jn. 10:10), la vida verdadera. Recordemos el ejemplo de Jesús mismo (9:58), “Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabezaâ€. -- AVARICIA: pleonexia – Esta palabra significa la sed de tener más. ¿Más qué? Ropa, zapatos, botas, joyerÃa, muebles, automóviles, motos, más dinero para restaurantes, viajes, vacaciones, $ para consentir a los niños (“quiero que tengan todas las cosas que yo querÃa como niño y nunca tenÃaâ€), más dinero para poder contraer más compromisos y deudas. Dice el Diccionario de W. E. Vine: “codicia o avaricia, lit., un deseo de tener más (pleon, más echo, tener), siempre en mal sentido, se usa de una manera general en Mr 7:22 (plural, lit., ‘avaricias’… esto es, las varias formas en que se revela la avaricia; Ro 1:29; Ef 5:3; 1 Ts 2:5. En otros pasajes se usa, (a) de posesiones materiales, Lc 12:15; 2 P 2:3; 2 Co 9:5 (RV, ‘de mezquindad’)…Adjetivo: PLEONEKTES… ansioso de posesiones, codicioso, 1 Co 5:10, 11; 6:10; Ef 5:5 … aphilarguros … 1 Ti 3:3 ‘no avaro’, ‘ajeno a la avaricia’; He 13:5 ‘sin avaricia’â€. 2 Cor. 9:5, “Asà que creà necesario exhortar a los hermanos a que se adelantaran en ir a vosotros, y prepararan de antemano vuestra generosa ofrenda, ya prometida, para que la misma estuviera lista como ofrenda generosa, y no como por codicia†(LBLA). “Y no como tacañerÃa… Algunas ofrendas exhiben codicia de parte del que da, por la misma desgana en dar†(ATR). No como de mezquindad. La avaricia significa, pues, el deseo de tener más, de tener mejor, de tener lo más nuevo, lo más moderno, lo que otros tienen, de tener algo diferente, etc. Básicamente, la avaricia es la actitud impropia hacia cosas materiales.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 22:49:04 +0000
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