"Ahí que rentar ése lugar mai" me espetó al oído aquel tumbado carnal. El edificio que señalaba con la mirada y saboreaba con la imaginación es una casa amplia situada en el Callejón del Demente (en Xalapa, Ver). (El cantón cuenta con dos pisos y enormes cortinas de acero a manera de balcones). Ni tardo ni perezoso capotié preguntas anzuelo esperando cazar su atención y ahondar en sus fantasías de concreto. ¿Y cómo qué pondrías ahí? Pregunté. "Unas morras acá abajo y unas allá arriba en cada ventana. Que se pongan a bailar acá, tú sabes..." ¿Cuánto cobrarías de cover? (Insistí). "250, barra libre de 6 de la tarde a 2 de la mañana. Pá que se anime la flota..." Cimbrado por la claridad de sus palabras y la firmeza de sus descripciones continué preguntando; ¿Qué nombre le pondrías carnal? "Simulacro" respondió. Se me salieron los ojos de sus cuencas al escuchar el tan inesperado nombre. ¿Simulacro, por qué? "Por qué en el reventón todo es simulacro mai, entras y crees que vas acá con las morras pero sales solo, todo es mentira, un simulacro..." (Quedé frío por la sinceridad de sus palabras). Entonces ¿lo dejamos en "El Simulacro"? "Simón. El Simulacro" reafirmó con una mueca socarrona de por medio. Acto seguido se desvaneció entre un mar de gente cuesta arriba con un cigarro en la mano, unas lágrimas tatuadas en la mejilla derecha, un diablo en la izquierda, un 1987 en los nudillos de ambas y un vestuario tan holgado como su capacidad para inventar historias...
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 21:26:49 +0000
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