Alberto Ruiz Algo dentro de mí se bloqueó. El niño estaba casi oculto entre las sábanas. Este niño que se llamaba exactamente como yo: Alberto Félix Ruiz. Casi paralizado, empecé andar hacia la derecha de la cama. Lidia se despojaba de las sábanas y empecé a distinguir al bebé. Alargué mis brazos para cogerle y cuando lo sujeté lo incliné hacia mi pecho quedando su carita muy visible. Contemplé a mi nieto. La tormenta de sentimientos que sentía se calmó. Ahora tenía un único sentimiento bien definido. Estaba orgulloso, seguíamos con la estirpe. El niño abrió los ojos y miró fijamente a los míos. Sentí una paz infinita. ¿Cómo era posible que un bebé de tan solo horas pudiera mantener una mirada de esta forma? Pero la respuesta no tardó. En mi cabeza se grabó un mensaje, como cuando estaba con los óvalos. Berto: >. Una ligera sonrisa se dibujó en la cara del recién nacido y acto seguido cerró los ojos y se durmió. Aquel niño, Berto, era unos de los niños evolucionados que iniciarían el proceso evolutivo de los humanos. P.D. extracto del libro Berto Ayer Tuve Un Sueño.
Posted on: Fri, 14 Jun 2013 11:17:28 +0000
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