“Ama y haz lo que quieras”, nos recuerda San Agustín. Ama de corazón y sin poner condiciones. Ama hasta el sufrimiento; ama sin pedir nada a cambio. Ama y descubre que Dios es amor. Ama con obras y no sólo de palabra. Ama como condición indispensable de fe. Ama dando, dándote y sacrificándote por la persona amada. Ama escuchando, callando, orando, trabajando, descansando… Tenemos que amar con la mente, conociendo a Dios, reconociendo su primacía, estudiando, intentando descubrir la fuerza maravillosa de su Palabra. Tenemos que amar a Dios de corazón, sintiendo un enorme agradecimiento por todo cuanto ha hecho y sigue haciendo por nosotros. No basta pensar, es preciso sentir, Tenemos que amar a Dios con todas nuestras fuerzas, es decir, actuando, cumpliendo los mandamientos, dedicando todas nuestras fuerzas a ser mejores y a hacer un mundo mejor. P. Gregorio Mateu.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 04:24:37 +0000
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