Amados @, la gran tragedia del ser humano no es sólo que es - TopicsExpress



          

Amados @, la gran tragedia del ser humano no es sólo que es pecador y condenado, sino que no se apercibe de ello. Contrariamente, la opinión generalizada es que el hombre es básicamente bueno, y que merece lo mejor, en esta vida y en la venidera. Hace poco estuve en un funeral, y me asombré al escuchar los comentarios de las personas. Lejos siquiera de mencionar a Dios, todo se centraba en lo bien y dichoso que estaría el difunto en esos momentos – algunos argumentaban – “en la cuarta dimensión”. Incluso el oferente exaltaba las desconocidas para él, virtudes del finado, diciendo que partió para “la gloria”… ¿Qué gloria si no era cristiano? Para el pseudo cristianismo, el amor de Dios hace que el Altísimo haga la vista gorda ante los pecados de los que viven y de los que mueren (sobre todo, de estos últimos), ya que para él es incomprensible el amor de Dios y la condenación eterna, contradiciendo de ese modo las mismas palabras de Jesús: “Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8: 24) Tal parece que muchos se consideran más “buenos” que Dios. A. Somos demasiado desconocedores Incluso nosotros, los cristianos, aunque sabemos y creemos la verdad, somos propensos a seguir esa misma línea de pensamiento en alguna manera, y en diferentes vertientes. Cuando cualquiera entra en la iglesia con una Biblia bajo el brazo, sólo por esto y porque en un momento dado el sujeto exclama: ¡Aleluya, gloria a Dios!, ya asumimos que es un hermano en la fe. Cuando ese famoso “apóstol” que se mueve en su gran prosperidad materialista, va a “ministrar” a cierto lugar, cientos y hasta miles de pastores corren ciegamente para recibir la “unción”. El fruto y evidencia de ese falso apóstol, falso hombre de Dios es nefasto, pero el neciamente creer que es cristiano, es suficiente para esos cientos y hasta miles de ingenuos hermanitos que corren hacia la boca del lobo, exclamando “gloria a Dios”. Enseguida que oímos de alguien famoso que dicen se ha convertido a Jesús, lo creemos sin más, sin ver la evidencia del fruto. Cuando George W. Bush dijo que había nacido de nuevo a través de Billy Graham, en seguida muchos en su día lo creímos, y dimos gracias a Dios por un presidente de una nación cristiano… (¡¿cristiano?!) Hace poco a alguien muy conocido por mí, y que perdió a un ser muy querido, muchos y muchos hermanos le dieron sus condolencias, declarando que el finado estaría ya con el Señor… ¡y resulta que esa persona no era cristiana! Tenemos la tendencia a asumir que los que mueren, si es que pertenecen a un grande o pequeño ámbito cristiano, van a la gloria; ¿por qué? Porque nos parece en la mente natural incompatible el amor de Dios y la condenación del ser humano. Reconozcámoslo. Nos cuesta creer la verdad. Nos cuesta creer que la condenación es la realidad en este mundo desde Adán,“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5: 12) Nos cuesta creer esta escritura, pero es la verdad de Dios. “…yo no justificaré al impío” (Éxodo 23: 7) “Todas las cosas ha hecho Jehová para sí mismo, y aun al impío para el día malo” (Proverbios 16: 4) Otra vez, el hombre no es básicamente bueno; es básicamente malo, y está apartado de la gloria de Dios (Ro. 3: 23). Cuando cualquier hombre y mujer muere sin Cristo – es decir – sin haber nacido de nuevo (Jn. 3: 3), por motivo de morir en condenación, va al lugar de los condenados, al infierno. Esa es la verdad. Cuando el rico alzó sus ojos segundos después de morir, “en el Hades alzó sus ojos estando en tormentos” (Lc. 16: 23). Estas son palabras de Jesús. Alguien argumentará aquí diciendo, “Bueno, el rico era un malvado y merecía el infierno”. Sí es cierto, el hombre rico era un malvado porque anduvo en su egoísmo y vanidad todos los días de su vida, pero lo paradójico del asunto, es que no sólo los que son como ese hombre van a la condenación en la que ya están en vida aunque no les parezca que están, sino que todos aquellos que piensan no ser como ese hombre, sino que se creen mejores que él, también van. Todos los que mueren sin Cristo, van a la condenación manifiesta y eterna, porque, como está escrito, no hay justo, ni aun uno…no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno (Ro. 3: 10, 12).
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 04:19:50 +0000

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