Anarcosindicalismo, anarquismo sin adjetivos Hacia finales de - TopicsExpress



          

Anarcosindicalismo, anarquismo sin adjetivos Hacia finales de la década de 1880 en España, anarcocomunistas y colectivistas dejaron de enfrentarse por los planteamientos económicos postrevolucionarios, como por otro lado también Kropotkin y otras voces en el anarquismo internacional propugnaban. En 1889, la Federación regional (heredera de la Internacional) es reemplazada por la Organización Anarquista de la Región Española, sin distinción de procedimientos revolucionarios ni escuelas económicas. Fernando Tarrida del Mármol fue nombrado delegado a las reuniones anarquistas internacionales de París, y planteó que ningún régimen económico especial debería ser impuesto a la sociedad nueva, y que todo trabajo sobre economía no debía ser considerado más que como estudio. En una carta enviada por Tarrida a La Révolte el 7 de agosto de 1890, plantea el anarquismo sin adjetivos como el modelo español de superar diferencias entre las distintas corrientes anarquistas: «creemos que ser anarquista significa ser enemigo de toda autoridad e imposición, y por consecuencia, sea cual sea el sistema que se preconice, es por considerarlo la mejor defensa de la Anarquía, no deseando imponerlo a quienes no lo aceptan». En el continente europeo el anarquismo sin adjetivos tuvo como importantes propulsores a Élisée Reclus, Max Nettlau y a Errico Malatesta. En EE. UU. en los debates entre comunistas como Johann Most e individualistas como Benjamin Tucker se reprodujo esta situación, que también cobró vigencia especialmente propulsada por Voltairine de Cleyre y Rudolf Rocker. En una conferencia sobre la anarquía dada en Filadelfia en 1902, de Cleyre explicó las diversas concepciones (individualista, mutualista, colectivista y comunista) en igualdad, explicando las diferencias debidas a los ambientes y personalidades que las gestaron. Hubo difusión de periódicos anarcocomunistas italianos, como La Questione Sociale de Gaetano Bresci (que asesinó en 1900 al rey de Italia Humberto I de Saboya), o la Cronaca Sovversiva de Luigi Galleani a partir de 1903. Galleani, de ideas ilegalistas, fue un conocido propulsor de la «propaganda por el hecho», alrededor del cual gravitaron otras figuras como Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, injustamente ejecutados en 1927 por asalto y homicidio. Pese a que el anarquismo no tuvo entre la clase obrera estadounidense la difusión que tenía en Europa, el sindicalismo revolucionario de la Industrial Workers of the World —Trabajadores Industriales del Mundo— (IWW), promotora de la solidaridad obrera en la lucha revolucionaria en Estados Unidos, contó con anarquistas como Lucy Parsons entre sus referentes principales.70 Cabe destacar también en el anarquismo estadounidense a la pensadora, conferencista y propagandista de origen lituano Emma Goldman. Pacifista y pionera de la emancipación femenina, fue autora de Anarquismo y otros ensayos (1910) y Mi desilusión con Rusia (1922), donde narró su experiencia y rechazo del autoritarismo estatista que siguió a la Revolución rusa de 1917. España Entre finales del siglo XIX y principios del XX se sucedieron las revueltas y proliferó la realización de atentados con bomba: el 24 de septiembre de 1893 un anarquista atentó en Barcelona contra el general Martínez Campos, que resultó herido, a la vez que moría un guardia civil. El autor del atentado, Paulí Pallàs, fue fusilado, hecho que comportó la represalia de otro anarquista, Santiago Salvador Franch, que el 7 de noviembre de 1893 lanzó una bomba en el interior del Teatro del Liceo, causando 20 muertos. Igualmente en la ciudad condal, el 7 de junio de 1896, el anarquista Tomás Ascheri hizo explotar una bomba en la procesión de Corpus, con un resultado de seis muertos. Otra serie de atentados en los siguientes años condujeron de nuevo a una dura represión gubernamental, ejecuciones, encarcelamientos y destierros masivos a Inglaterra, que debilitaron el movimiento anarquista en España unos años, hasta la fundación en 1900 de la Federación de Trabajadores de la Región Española. La Federación se extinguió como organismo en 1905 o 1906, pero las distintas secciones o sindicatos, que persistieron pese a la falta de organización, comenzaron a federarse de nuevo en Cataluña alrededor de Solidaridad Obrera. En 1905 y 1906 se produjeron sendos atentados contra el rey, el segundo perpetrado por Mateo Morral el día de la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia en la calle Mayor en Madrid, a resultas del cual fallecieron treinta personas. Los atentados fueron el resultado de una amplia conspiración y ejecutados por anarquistas, pero los republicanos al parecer estaban informado de antemano, como también pareció estarlo el pedagogo Francisco Ferrer Guardia, de cuyo centro educativo era bibliotecario Morral, con vistas a una posible intentona revolucionaria si los regicidios hubieran tenido éxito. En 1909, la movilización de los reservistas para la Guerra de Marruecos provocó tumultos populares, que se agravaban con las noticias sobre las numerosas bajas en el conflicto. En Barcelona, Solidaridad Obrera convocó un paro de 24 horas el lunes 26 de julio, una semana antes de la fecha acordada en Madrid, que degeneró en una insurrección general que es conocida como la Semana Trágica de 1909. Durante la represión subsiguiente, acusado de haber sido el instigador de la revuelta, Francisco Ferrer Guardia ( que no tuvo relación con los hechos) fue fusilado en la prisión del Montjuïc. Esta ejecución forma parte del imaginario colectivo de los anarquistas, y para múltiples grupos anarquistas de acción por todo el mundo fue un acicate, generando una efervescencia de complots dedicados a vengar su muerte. La muerte de Ferrer tuvo un fuerte impacto y dio lugar desde su detención a una gran campaña de protesta internacional. En otoño de 1910 se constituyó la Confederación Nacional del Trabajo (C.N.T.) Su vida pública fue corta debido a los arrestos que se hicieron días después, pero los sindicatos y secciones comenzaron de nuevo el proceso de reconstitución, primero en Cataluña en 1913-1914, y ya nacionalmente en 1915 en Ferrol. Para 1931, tras una difícil trayectoria llena de luchas y de mártires, de huelgas generales y persecuciones, clandestinidad y vida pública, la cifra de miembros de la CNT rondaba el millón de afiliados. Francia Puede considerarse a Émile Pouget un antecedente del anarcosindicalismo francés desde la década de 1880, así como lo fue también en la siguiente década el periodista Fernand Pelloutier, líder de la Federación de Bolsas de Trabajo, una federación de grupos sindicales que se fusionaron en 1902 con la Confederación General del Trabajo (CGT), fundada en 1895 y que en aquel momento acogía toda la vida revolucionaria de los sindicatos Pelloutier rechazaba el anarquismo individualista y el terrorismo,79 y en LOrganisation corporative et lAnarchie (1896), planteó la asociación voluntaria y libre de productores como la primera y transitoria forma de la futura sociedad anarquista. También Paul Delesalle apoyó esta teoría, y Pouget, secretario adjunto de la CGT de 1901 a 1908, planteaba el mismo concepto «embrionario» del anarcosindicalismo; en el Congreso de Amiens en 1906 fue presentada la resolución conocida como la Charte dAmiens, que planteaba el papel embrionario de los sindicatos como base de la reconstrucción social, en tanto grupo de producción y distribución. En la línea del anarquismo sin adjetivos, planteaban también que la acción económica directa contra la patronal era lo único importante, y que las distintas tendencias políticas y filosóficas de los trabajadores podían desarrollarse al margen del sindicato. De ese modo, pretendían impedir la injerencia ideológica del socialismo en los sindicatos, sin que hubiera por ello impedimento a que, como trabajadores, pudieran entrar en los mismos. Para los anarcocomunistas Kropotkin y Malatesta, que habían elogiado y promovido la «propaganda por el hecho» como estrategia revolucionaria, el fracaso y la represión subsiguiente a los atentados e insurrecciones anarquistas les habían llevado a concluir que una revolución comunista breve era impracticable: «Una estructura basada en siglos de historia no puede ser destruida con unos cuantos kilos de explosivos», publicó Kropotkin en La Révolte. Por ello, apoyaron el sindicalismo como estrategia revolucionaria que aglutinase a la clase obrera para acabar con el Estado, previa al establecimiento de la anarquía y el comunismo, que entendían como inevitable. El anarcosindicalismo terminó convirtiéndose en la forma de organización sindical compartida por todas o casi todas las corrientes anarquistas, con sindicatos que llegaron a alcanzar gran fuerza y un importante número de afiliados.
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 07:17:19 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015