Anecdota de un soldado Por. (Diego atzin) Causé alta con - TopicsExpress



          

Anecdota de un soldado Por. (Diego atzin) Causé alta con otros 8 compañeros, estuvimos un tiempo en la unidad antes de ir al básico. Todos los días nos mandaban de apoyo a intendencia, de 6am a 9pm. Esos días eran pesados pero así empezamos a conocernos ya que iríamos juntos al básico y ahí tendríamos que cuidarnos unos a otros, decían los soldados antiguos. Siempre andabamos juntos, menos uno, Rufo, que buscaba la manera de encobacharse, y cuando llegabamos a la compañía ya estaba durmiendo y eso nos empezó a molestar. Y no nos caía nada bien. Cuando fuimos al básico las cosas no cambiaron mucho con él, siempre encobachandose, buscando la manera de andar relax, aunque a veces a fuerza teniamos que trabajar juntos, la mayoria de las ocasiones se apartaba de nosotros. En fin, así pasamos toda la ladilla del adiestramiento. Cuando regresamos a la unidad, hicimos el segundo nivel y ahí ya hablamos màs con él, pues teniamos que trabajar muy de cerca con todos. una vez concluida la segunda fase de adiestramiento nos separaron, unos se fueron a destacamentos, otros a la guardia, y otros como yo, a una base desplegada, mi primera salida, todos me ladillaban pues era un recluta y no tenia derecho, decían. así anduve meses, sin volver a ver a ninguno de mis antigüedades por mucho tiempo, a algunos por màs de un año y otros solo con saludos eventuales y de nuevo nos separabamos. Pero un día, me mandaron con una sección de la segunda compañía a un puesto de control móvil (todavía eran puestos de control) y me lleve la sorpresa de que también habían subido a Rufo, -de todas mis antigüedades ¿porque él?- me dije, pues a pesar de que le hablaba, no me caía bien y ni yo a él. Preparamos el equipo y después de 3 horas de camino llegamos a Coxoth,como es conocido el lugar, recibimos el servicio saludé a Rufo quién se limitó a hacer un gesto con la cabeza y voltear la mirada....y aquí comienza la verdadera historía. Casi no hablabamos por no decir que solo intercambiabamos gestos, pero un día, decidí tragarme mi orgullo y hablarle, me acerqué y lo saludé, contestò con un -¿que pasó?- y luego un silencio incomodo. Al principio asi fueron las charlas entre él y yo, no teniamos muchas cosas que contarnos y la verdad no me sentia muy comodo hablando con él. pero poco a poco las conversaciones se fueron extendiendo, empezamos a conocernos y me dí cuenta de que teniamos muchas cosas en común, y ya habia muchos temas de los cuales hablar, hablamos de los amigos, de la vida civil, de la vida militar y me habló de su familia. Pero entonces se le borró la sonrisa, pues me habló de su hermano menor -apenas tiene14 años y ya se esta metiendo en problemas- me dijo. -esos amigos que tiene son malandros y a veces no va a la casa en días, ya le advertí que se aleje de ellos pero no me hace caso y dice que un dia se va a ir con ellos-. Así, casi siempre hablaba de su hermano, lo tenia muy preocupado, y la confianza entre nosotros creció. Nos volvimos muy unidos en esos tres meses de trabajar juntos. Cuando regresamos a la unidad nos separamos un tiempo pero seguiamos en contacto, él se hizo traca y yo seguí de infante en una secciòn de la 2da cía. Pasados varios meses volvimos a encontrarnos, ahora en una base de operaciones. Noté que se apartaba y casi no hablaba, asi que me acerqué y le preguntè que tenía, y sin titubeos me contestó. -mi hermanito se fué, carnal. me dijo con lagrimas en los ojos. -se fue con los malandros, me dijo que lo iban a adiestrar, para ser sicario y que no iba a regresar. Rufo estaba destrozado, no tenia mucho que su harmanito habia cumplido 15 años y ahora formaba parte de las filas del crimen organizado, se había declarado enemigo de su propio hermano, y se habia ido al frente de batalla a otra región y no sabía ni siquiera si volveria a verlo, -confío en que el destino nos lo regrese a casa de nuevo- me dijo sollozando. Pero el destino teje extrañas redes que nos unen y nos llevan a eventos desastrozos de los cuales no podemos escapar, como sucediò después, redes en las que me hubiera gustado nunca haberme involucrado pero asi es el destino y no podemos huir de él... El tiempo pasó, la vida era normal y con rufo coincidía más seguido. Un día platicabamos en el casino cuando se acercò un cabo de transmisiones y le dijo -oye preparate porque esta semana salimos a operativo. nadie sabia nada y nos cayó de sorpresa, después lo confirmamos en la lista de diana, la orden habia llegado el dia anterior y en 5 dias a mas tardar tendriamos que estar saliendo al norte. organizaron al personal y a mi sección subieron como traca a Rufo.... en fin. los dias previos al despliegue eran puro estres, como siempre que hay una salida, revistas, listas, organizar,combiar personal, volver a organizar. etc etc. asi llegó el dia de partir, el comboy de unidades era enorme y nosotros ibamos en cheyenne. despues de 2 dias de camino por fin llegamos al destino o eso creíamos, porque en realidad era el destino quien nos habia llevado hasta alli y el destino era ahora quien movia las piezas y las acomodaba a su antojo y en la oscuridad escribia con sangre ésta historia y con sangre habría de terminarla..... Ahora estabamos en una base a orillas del río, a unos 300 metros río arriba estaba el puente que lo cruzaba y hacia abajo un pequeño pueblo dominado por el crimen organizado, al cual por las tardes haciamos patrullajes de reconocimiento. las semanas pasaban entre aseguramientos, persecuciones, detenciones y uno que otro enfrentamiento. así llegó el rumor del relevo, según decían los que estaban en el puesto de mando, -a más tardar en una semana nos relevan. Aunque no sabiamos la fecha exacta, la llegada de esa noticia iluminó nuestros corazones y el recuerdo de la familia germinó en un deseo inmenso de volver a casa. Pero la maldición de toda base de operaciones es que siempre en los últimos días es cuando pasan las cosas y lo que estaba por suceder, de verdad que nadie lo esperaba. Todo empezó como un dia normal, en la mañana el aseo personal y de las instalaciones, el desayuno y a subir el equipo a las camionetas pues nos tocaba ir a patrullar las brechas. Fuimos al pueblo primero, alli estuvimos por unas horas, después del medio día, la primera camioneta se enfiló hacia las brechas y las demás la siguieron. yo iba en la primera junto con Rufo, que era el traca, ibamos despació y con precaución pues esa zona era muy peligrosa, a los lados del camino habia pequeñas colinas de piedra donde nacían los mezquites, -este terreno se presta para una emboscada de fibra- pensé, mientras miraba hacia arriba. La camioneta se detuvo de golpe, -abajo, abajo- decía el oficial bajando la voz mientras descendia de la camioneta, -cubranse, cubranse- Todos nos bajamos y nos cubrimos aunque no sabiamos de que o de quienes, la camioneta se echó de reversa unos 10 metros. frente a nosotros el camino giraba a la izquierda rodeando un montículo de piedras enormes, justo cuando giraba la camioneta el oficial alcanzó a ver 4 vehículos a unos 300 metros aproximadamente, por eso nos ordenó que nos bajaramos y nos cubrieramos. Subímos con cuidado por el montículo que se levantaba a nuestra izquierda y al llegar a la cima, las vimos, eran 4 camionetas, todas de color negro, colocadas en forma de círculo con el frente hacia afuera, tenian las puertas abiertas. Alcancé a contar a 20 sujetos que comian y bebian, unos con armas colgando a sus lados y otros sentados con las armas en sus piernas. al frente de cada camioneta habia lo que parecía ser un vigilante. El oficial nos reunió y nos explicó la forma en que ibamos a intervenirlos, -si no nos disparan ustedes no disparen- nos dijo, nos desplegamos y avanzamos hacia ellos, las cheyennes se quedaron atras, pero listas por si se daban a la fuga. nos desplegamos en un frente de unos 100 metros, el avance era cansado y lento por el terreno, avanzabamos por ambos lados del camino, siempre hacia el frente, pensando que en cualquier momento las detonaciones comenzarían y la vida y la muerte de nuevo danzarían en un escenario lúgubre y solitario. Iba junto con Rufo y entre nosotros iba el oficial, guiando el avance, mientras más nos acercabamos, aumentaba la adrenalina y el miedo. Recuerdo que puse mi rodilla sobre el suelo cuando escuché un grito, un grito de guerra, un grito que anunciaba el inicio de la batalla. el vigilante nos habia alcanzado a ver y daba la señal de alarma a sus compañeros avisando que habíamos llegado. ¡Lo Guachos!!!! gritó el vigilante de los sicarios mientras se cubria tras su camioneta blindada y todos sus compañeros hicieron lo mismo. -no disparen, no disparen, aguanten, aguanten- gritaba el oficial desde su abrigo. los nervios estaban al máximo, a menos de 50 metros se encontraba el anemigo, bien armado y bien cubierto y ahora sabia que estabamos ahi. durante el avance, un compañero se habia recargado sobre una piedra floja, cuando rodó la vió el delincunte y asi fue que nos descubrió. -¡¡Vayanse pinches guachos!! no queremos pedos con ustedes, dejenos chambear- dijo quien al parecer era el cmte de los malandros. -Somos el ejército Mexicano, entreguen las armas y se respetaran sus derechos humanos- contestó el oficial. El teniente Campos, es muy valiente, lo ha demostrado muchas veces, pero siempre nos dijo que él no quería ir a prisión por culpa de unos malandros, asi que con él se hacia todo conforme a derecho, no golpearlos, no agredir si no nos agreden, y si se rinden tratarlos como marca el derecho internacional. ésta era la forma de trabajar del oficial, porque tiene esposa y dos hijos y no quiere perderlos. Asi que intentó convencer a los malandros de que se rindieran, pero no cedian, si no se van de aqui se van a morir, tenemos cartuchos de a madre- -eso vale madres cabron, ya vienen los re
Posted on: Sun, 24 Nov 2013 16:37:10 +0000

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