Anibal Malvar06/07/2013 Se llama Macario, tiene 63 años y es - TopicsExpress



          

Anibal Malvar06/07/2013 Se llama Macario, tiene 63 años y es policía nacional, aunque ya está en lo que se denomina “segunda actividad”, destinos para agentes que alcanzan cierta edad o han tenido algún problema psicofísico que les impide rendir al 100% en cualquier tipo de servicio. Macario pertenece al primer grupo, así que hace seis años pudo elegir y se adscribió a la Unidad de Prevención, Asistencia y Protección a las Víctimas de Violencia Doméstica (UPAP). Y fue a caer en uno de los distritos más conflictivos, en este aspecto, de Madrid. En términos de violencia de género, algunos policías definen Puente de Vallecas como "la cocina del infierno" madrileña, en referencia al barrio marginal (aunque ya no tanto) de Manhattan. Aunque lo de "cocina" se dice con cierto segundo sentido, por su connotación machista. "Sí que es uno de los distritos más conflictivos de Madrid, junto con Usera y Centro", apunta Macario. Allí están destinados tres agentes (uno en activo y dos en segunda actividad) específicamente para velar por las más de 400 mujeres a quienes la autoridad judicial ha concedido protección. De estas, 30 sufren riesgo extremo, y tanto ellas como sus agresores están constantemente controlados por pulseras telemáticas. En Puente de Vallecas viven unas 125.000 mujeres. Los tres agentes atienden una media de dos casos urgentes a la semana. No hace falta mucha imaginación para saber qué es un caso urgente: alertas directas de una mujer mientras su marido aporrea la puerta, llamada de algún familiar o vecino que está oyendo gritos en la casa, avisos de un camarero que sospecha que un tío la va a montar en casa nada más salir del bar... Sea la hora que sea "Todas estas mujeres tienen nuestros móviles y saben que pueden llamar las 24 horas del día. Nos llaman a nosotros, pero nosotros inmediatamente avisamos y es el zeta más cercano el que se persona. Nuestra velocidad de respuesta es muy buena. En eso hemos mejorado muchísimo desde que yo empecé aquí. Pueden pasar, dos, tres o como máximo cinco minutos, salvo que surja algún imprevisto, un atasco, una situación inesperada. Pero se echa mano de la sirena y aparecemos enseguida", relata Macario. Sea la hora que sea, en cuanto hay una alerta, el agente encargado de la vigilancia de esa víctima concreta acude a comisaría para hacer seguimiento del caso.
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 10:35:31 +0000

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