Apuntes históricos sobre San Enrique del Guadiaro Por su - TopicsExpress



          

Apuntes históricos sobre San Enrique del Guadiaro Por su ubicación, junto al río Guadiaro, llamado por los griegos "Chrysus", el poblado de San Enrique, con vocación de frontera, tiene una dilatada historia que se podría contar por siglos, a juzgar por los hallazgos arqueológicos localizados por Lorenzo Perdigones y otros investigadores, que incluso han llegado a aventurar la existencia aquí de un poblado fenicio anterior a la creación de la milenaria Cádiz. Frontera, como digo dentro de la legendaria Tartessos entre las trfibus de los Cibelcine y los libio-fenicios; del Reino de Granada, de la Cora de Algeciras, del término de Gibraltar... El río ha sido siempre su referencia vital. En los primero años del siglo XX ocupa la presidencia de la Sociedad Industrial y Agrícola de Guadiaro Enrique Croke Larios, a quien debe su nombre el nuevo poblado de San Enrique, en la margen izquierda del río, próximo ya a su desembocadura. No cabe duda que había influido para la consolidación de nuevas casas la existencia, desde 1872, del canal Pacheco, que junto a los llamados Granados, Buceite y Esparragal proporcionaron feracidad y riqueza a estas tierras. Amparados en la Ley de 1868 habían sido creadas, con anterioridad, las colonias de Buceite (San Pablo) y Tesorillo (San Martín), en 1875 y 1876, respectivamente; así como la de Sabinillas (San Luis), en la provincia de Málaga, siempre recordando nombres de miembros de la familia de los Larios, quienes en 1887 firmaban la constitución de la antes citada Sociedad, formada por 329 fincas y más de 17.000 hectáreas, entre las que estaban las dos que fueron el origen de la actual San Enrique, las conocidas con los nombres de "Los Álamos" y "Las Bóvedas". Pero nos vamos a remontar a 1704, cuando se pierde por España la plaza de Gibraltar, para comprobar como ya entonces existía una toponimia que hoy se conserva: Felipe Barrinuevo, vecino que había sido de Gibraltar, en 1704 residía en Antequera, desde donde arrendó el cortijo Los Alamos, con casa, obra de teja y otras de palma y ramas a Fernando Vázquez y José Pérez, vecinos también de Gibraltar, que habían salido de la plaza el 4 de agosto al llegar los ingleses. Ese mismo año, en el mes de julio, arrendaba la Isla Chica, también de Guadiaro, al regidor de Gibraltar José Pérez de Viacoba, que era Capitán y regidor de Gibraltar, casado en primeras nupcias con Josefa Camacho Herrero. El 1 de diciembre de 1706, José Pérez asiste a la junta de Cabildo celebrada en el Campo, en la casa de Antonio Sebastián Romero y con la presidencia de Esteban Gil de Quiñones, que es la primera reunión que celebraron los Regidores después de salir del Peñón. Precisamente en 1708, su hijo, llamado también José Pérez de Viacoba, se casa con María de Quiñones, hija del capitán Esteban Gil de Quiñones. De este matrimonio nacería Pedro Pérez Quiñones, a quien en el año 1763 la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno en San Roque, demanda por el abandono en el que tiene la capilla que para dicha imagen estaba haciendo en la Parroquia, acusándole de que lo que parecía estar haciendo era una especie de palco para que sus familiares pudieran asistir a los actos que se celebraban en la plaza de Armas, especialmente las fiestas taurinas. El 17 de junio de 1706, el día antes de que se juntaran a Cabildo en la viña de Benito Rodríguez, el capitán Rodrigo Muñoz Guerrero, corregidor, en nombre de la Real Justicia que administra los bienes y rentas del Pósito de Gibraltar le vende el cortijo de Guerrero, que está junto al arroyo de Horra en Guadiaro, acto que se formaliza en presencia del escribano Francisco Martínez de la Portela.
Posted on: Wed, 19 Jun 2013 10:06:53 +0000

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