Aquella Plaza del 17 de Octubre de 1945, es el fiel reflejo de un reclamo legitimado por el Pueblo, que nos vuelve al corazón peronista cada vez que lo proyectamos. Nacía el Peronismo debajo de sus banderas, de sus ideales, de sus valores y de la fuerte decisión de librarnos de la opresión de la trampa institucional. “Queremos a Perón” fue un grito, y en el se sumaba el consenso implícito y explícito de un movimiento popular naciente con diferentes raíces ideológicas y partidarias. Fue el voto el que puso las cosas en su lugar, legal y legítimamente. La Democracia es un arma cargada de votos, que debemos custodiar para evitar cualquier posibilidad de amenaza a la paz social. La legalidad y la legitimidad, son la base de un Estado de Derecho de orden institucional. Amenazada esa legalidad, o esa legitimidad, es necesario poner en marcha el arma democrática a pleno, porque solo el voto podrá detener un estado de violencia social. Es claro que sin institucionalidad y pleno funcionamiento de los poderes del Estado, una Democracia traicionada e ineficaz desde la misma base, ejercerá esa violencia desde un poder transformado en dictatorial, cayendo en el autoritarismo, en el abuso, en la corrupción sin control y tenderá a mecanismos que sostengan la perpetuidad de ese poder. Un gobierno electo por la mayoría del Pueblo, es legitimado justamente por responder a la voluntad de ese Pueblo. Por lo tanto podemos asegurar que es legal, respondiendo a su carácter constitucional, y legítimo, surgido popularmente. Si se traiciona su propio espíritu democrático, con mecanismos y sistemas tramposos que burlan sus principios, inutilizando el arma del voto, se llegará a la ilegitimidad, más allá que se apele a una legalidad traicionada y disfrazada. Cualquier parecido a lo ocurrido en la UNLAR, no es pura coincidencia, sino que es un relato que se ajusta a esa realidad. Anulada cualquier resistencia desde el voto, y habiendo ejercido hasta el hartazgo un autoritarismo extremo, el Pueblo de esa Universidad habló, gritó y obró en consecuencia. Puertas afuera, la comunidad se sumó con un ¡Basta! Multitudinario. En la Provincia, también cumplía años un reclamo que ponía en jaque la legalidad de un Gobierno: la sanción de una Ley de Coparticipación Municipal, que cumpla con el mandato de las Constituciones Nacional y Provincial y con el derecho de todos los ciudadanos de la Provincia a contar con sus recursos. La trampa, siempre la trampa, por cuestiones pertinentes a sostener la perpetuidad en el poder, se perjudicaba a todos los ciudadanos para no dejar crecer la gestión gigantesca llevada a cabo por el Municipio de la Capital. Cuando vieron que era una misión difícil, subieron la apuesta, se encomendó a funcionarios y candidatos a realizar obras del orden municipal con el dinero del mismo municipio, profundizando aún más, la ilegalidad en la que caía nuevamente el Gobierno de la Provincia. Llegaría el episodio Famatina, con la resistencia heroica de un Pueblo que tras el grito de El Famatina no se toca, puso el énfasis en la ilegitimad de un Gobierno que llegó con un No a la Megaminería, para cambiar desde el primer día la Ley que había propulsado antes de llegar al Poder. La solidaridad de El Famatina Somos Todos, profundizó esa ilegitimidad al extremo. Luego el histórico Acampe de Marzo, donde una Multipartidaria levantó y legitimó el reclamo a un Gobierno Ciego, Sordo y Mudo, que ya ilegítimo, caía en la ilegalidad de la desobediencia constitucional, con un Poder Legislativo y un Poder Judicial más que sospechados. Se pedía Respeto y Dignidad, detrás de una Ley de Coparticipación ya, un no a la Megaminería contaminante, Aumento de Salarios, Derogación del Decreto Cavero, Paritarias Libres y políticas de Salud. Así desembocamos en la página histórica de la UNLAR, que parece ser una síntesis a escala, de lo ocurrido en la Provincia desde hace muchos años. Caer en la asociación UNLAR- PROVINCIA no cuesta mucho, la diferencia parece ser solo el temor, o el miedo, que perdieron los estudiantes, pero que aún rondan sus fantasmas por una sociedad rehén. Pero la legitimidad pudo más, y hoy se está construyendo el marco legal que la contenga. Vivimos en la UNLAR el principio de una historia que empieza a escribirse. En Octubre, con la esperanza de los resabios de aquella Plaza, esperamos la legitimación de un cambio que nos conduzca a la reconquista de los valores peronistas, a partir de una vuelta a la transparencia institucional. Hoy, valores compartidos por diferentes fuerzas políticas, que además también dependen de esa transparencia institucional traicionada. Sabemos que el 17 de Octubre no puede ser una burla, como lo fue el 12 del año pasado. También sabemos de traiciones cuando apelamos al peronismo desde un gobierno que no lo es. Antes de votar peronismo, es necesario reconstruir la institucionalidad de la Provincia. Es Hora de consenso. Sabemos a quién no hay que votar, para que la recuperación del Justicialismo pase por la unión y las banderas que siempre nos caracterizaron. Acumulación o Distribución, eso marcará el rumbo que debemos recorrer. Octubre es un camino hacia un 2015 diferente, pero debemos legitimar ese cambio desde el voto. Hoy podemos continuar o cambiar. El arma del voto, puede traer la tranquilidad de un cambio sin sobresaltos, simplemente legitimando que así no se puede seguir. Un NO a tiempo, legitimará el proyecto de un Peronismo renovado. Un modelo de Provincia espera, construyamos hoy la transparencia institucional, para que el éxito del cambio sea la consecuencia lógica de la legitimación popular. Los líderes de ayer, el General Perón y la Querida Evita, sostienen la llama de la memoria que nos mantiene vivos.
Posted on: Thu, 17 Oct 2013 17:20:19 +0000
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