Aqui os dejo el capi 7 de "Reencuentro" chicas :) *-* By: Silvia - TopicsExpress



          

Aqui os dejo el capi 7 de "Reencuentro" chicas :) *-* By: Silvia Nos quedamos en... María había llegado a la suite del hotel con una sonrisa en los labios, sonrisa que había conservado todo el trayecto desde que salió de la casa de los San Román. Aquel hombre, Esteban la había impresionado, había tocado un punto en ella que la había hecho sentirse feliz con el solo hecho de haberlo visto o haberle dado la mano. Sentía que lo conocía de siempre, que eran los mejores amigos que estaban destinados a encontrarse y a hacerse mutuamente felices. Eso era lo que sentía, una felicidad profunda, tan grande como el sentimiento de amor profundo o el dolor infinito que podía sentir en ocasiones, aquellos ojos verdes la habían conmovido, la habían enamorado. Continuará.... Cap.7 - a que se debe esa sonrisa mamá – preguntó Ángel al verla un tanto extraña - si, a que se debe, mira que no recuerdo haberte visto de esa manera en toda mi vida, luces – se quedo en silencio observándola un instante – radiante! - que exagerados – los evadió – luzco como siempre, quizás ustedes no se habían fijado bien en mí – se excuso - eso ni tú te lo crees – le respondió Andrés – pero esta bien si no quieres decirnos el motivo de tu felicidad no lo hagas, el verte de esa forma me complace enormemente, así que no me importa el motivo – le sonrió y la beso en la cabeza. - de acuerdo contigo hermano – dijo Ángel – el verte con esa expresión en el rostro es suficiente para nosotros – besándola también Estaban los tres juntos disfrutando de un momento entre madre e hijos cuando el teléfono sonó y María fue a atenderlo - si - contestó - mi amor al fin puedo hablar contigo – dijo la voz al otro lado - Sebastián hola – respondió María no muy feliz o al menos no lo suficiente para una mujer que no ha hablado en días con su esposo al que ama – cómo estas – tratando de simular estar emocionada - mal porque no estas a mi lado – le dijo - pero pronto vendrás no? Así que tu malestar no será tanto – tratando de nuevo de parecer la esposa ansiosa y enamorada - no mi amor, lamentablemente no podré ir pronto, se presentó un problema serio y no podré viajar al menos en un mes – hablando trise – te extraño mucho y el saber que no podré verte pronto me hace extrañarte mas. - y es grave el problema? – dijo María evadiendo el punto - algo, por eso no puedo irme en este momento - respondió - es una lástima – dijo María por mero compromiso - estas tomándote tu medicina amor? – le preguntó - claro, todos los días – mintió – además los gemelos trajeron la que enviaste, acertaste en hacerlo ya que no estarías por algún tiempo – siguió mintiendo - sabes que es importante que no dejes de tomarla, podría alterarte y sabes que es por tu bien, lo sabes, no amor - insistía - claro que lo sé, tu no harías nada que pudiera perjudicarme o fuera contra mi voluntad – le preguntó algo dudosa y más porque Sebastián tardo en responderle – o sí? - pero como puedes decir eso amor – dijo algo nervioso – sabes que te quiero más que a mi vida y haría lo que fuera para tenerte a mi lado, lo que fuera – le repitió seriamente – amor, tengo que dejarte, me llaman, recuerda que te amo Sebastián colgó el teléfono sin siquiera darle a María tiempo de despedirse dejándola muy confundida por la actitud de su marido, esos nervios repentinos no le decían nada bueno y por eso la expresión de su rostro cambio un poco haciendo que sus hijos lo notaran - te pasa algo mamá? – preguntó Andrés al notarla algo rara y más después de lo efusiva que estaba – quien era? – preguntó intrigado - Sebastián – respondió - y que dijo – preguntó Ángel - que no podrá venir en un mes, algo se le presentó – respondió - por eso cambiaste de actitud? – preguntó Ángel de nuevo - no, no fue por eso – les respondió - entonces – hablo Andrés - no le den importancia – dijo sonriendo al pensar de nuevo en Esteban – no fue nada, porque mejor no nos cambiamos la ropa y nos vamos a un lugar bonito de la ciudad - esa me parece una gran idea – dijo Ángel Dejaron el tema de lado aunque la idea de las palabras de Sebastián seguían rondando en la cabeza de María. Se cambiaron y se fueron a pasar un buen rato los tres. A la mañana siguiente, los muchachos salieron muy puntuales para las empresas a cumplir con su primer día de trabajo. Se habían despedido de su madre y salieron para no llegar. 5 minutos después de partir, tocaron la puerta de la suite. María se dirigió a abrir y tras hacerlo se encontró con un hermoso arreglo floral. - Maria Santos Romero – pregunto quien quiera que estuviera tras las flores - si soy yo – respondió ella emocionada - traigo una entrega para usted – dijo el hombre María le permitió entrar y le indico un lugar sobre la mesa para que pusiera el arreglo sobre la mesa de la sala. Se retiró unos instantes y regresó con su bolsa para darle la propina al joven. Una vez se retiró se acerco impaciente a las flores para buscar la tarjeta. Pero primero se tomó el tiempo para oler las flores, sentir su tacto, su forma. Tomó la tarjeta y la abrió emocionada, como si las hubiera estado esperando por largo tiempo y al fin hubieran llegado. Cerro los ojos con la pequeña tarjeta entre las manos, quería inmortalizar el momento, quería disfrutarlo hacerlo suyo. Poco a poco saco la pequeña nota, escrita con tinta negra en una letra clara y bien definida dejando evidencia de quien la había escrito, paso los dedos por sobre aquellas palabras escritas en el papel y luego finalmente la leyó “Es un atrevimiento lo sé, pero no podía dejar pasar el hecho de que no tuvieras flores para que tus hermosos ojos admiraran esta mañana. Esteban” María se sentía en una nube, cual adolescente. El hombre que había ocupado gran parte de su pensamiento desde el día anterior la había sorprendido en la mañana con un hermoso ramo de rosas en diversos colores, donde las rojas resaltaban sobre las demás. Mientras María estaba embelesada oliendo las flores el teléfono sonó y ella sin salir del encanto en el que estaba sumergida respondió. - Aló – dijo mecánicamente - espero que te hayan gustado las flores – dijo una varonil voz al otro lado de la línea - me encantaron, gracias – dijo con honestidad - no sé si son tus favoritas pero hice el intento – hablo de nuevo - no, no lo son, pero igual están verdaderamente hermosas – sonrió – quieres que te diga cuales son mis flores favoritas? – le preguntó - la verdad prefiero seguir adivinando a diario hasta que acierte – le dijo – porque puedo seguir enviándote flores? – le preguntó - desde luego – respondió ella sonriente – veo que usaste tus influencias para localizarme - desde que saliste de mi casa sabía a que lugar te dirigías – se jacto – sólo quería saludarte y desearte el mejor de los días - es muy amable de tu parte, el mejor de los días para ti también - le respondió - ahora si lo será, ya que escuche el sonido de tu voz, hasta muy pronto – se despidió - hasta muy pronto – le respondió ella. Era increíble el efecto que aquel hombre había causado en ella, simplemente el tenerlo en el pensamiento la hacía olvidar de todo y una sonrisa se posaba en su rostro, se sentía plena, feliz. Se preguntaba que tenía Esteban para lograr hacerla sentir de aquella manera. Se dispuso a organizarse pues Estrella no tardaría en estar allí así que mejor se apuraba. Tal como ella pensó, Estrella estuvo puntual tocando la puesta a las 9 de la mañana. - Buenos días María – saludándola con un beso – y esas flores – dirigiéndose de inmediato al hermoso para admirarlo – son de mi papá? – preguntó cómo si aquello fuera de los más normal del mundo lo que hizo que María se sorprendiera - si son de él – le respondió ella con naturalidad - me lo esperaba, dijo que te enviará flores para compensarte el mal rato que pasaste ayer en la iglesia – sonrío - si fue muy amable de parte de Esteban – dijo ella sonriendo al pensar en él y mirar las flores - estas lista para el médico – le dijo Estrella – no creas que te vas a escapar de esta – le advirtió - si ya estoy lista, podemos irnos cuando gustes - tomando su bolso e indicándole el camino a la puesta Ambas salieron rumbo al hospital, donde Rubén las atendería para que descartará cualquier posible padecimiento de María. - Rubén hola, ella es María Santos Romero, tu paciente el día de hoy – dijo Estrella presentándosela - Mucho gusto señora, Rubén Gutiérrez – respondió él – tomen asiento – les indicó – y cuál es el motivo de su consulta, cuál es su dolencia. - para serle honesta doctor me siento muy bien – respondió – solo que mis hijos y Estrella insistieron que me hiciera un chequeo completo - bien, en ese caso procedamos – dijo el doctor Rubén realizó un chequeo exhaustivo a María y no encontró nada fuera de lo normal en su salud, salvo por la vieja cicatriz en la cabeza. - de que es esa cicatriz – preguntó intrigado - hace 20 años tuve un accidente de avión, mi esposo falleció y yo me golpee la cabeza, de hecho eso me causó una perdida de memoria; desde ese momento hacia atrás no recuerdo nada - no recuerdas nada de esa época de tu vida? Y dices que fue un accidente aéreo? – le intrigaba porque aquella cicatriz no era tal para un accidente de aquel tipo - si, desde esa época he sido medicada para evitar jaquecas y el stress – dijo María – de hecho tengo un frasco en el bolso – acercándose a buscarlo – la verdad hace dos semanas que no las tomo, siento que no las necesito. Rubén tomó el frasco y se quedo examinándolo un buen rato, esas pastillas no eran para el stress, eran para controlar de cierto modo la estimulación de una parte del cerebro, lo sabía porque había leído sobre ellas, pero no estaba seguro de si decirle o no a María. No sabía si había algún motivo oculto en todo aquello o si podía estar cometiendo una indiscreción - creo que no tienes que seguirlas tomando, tu salud esta en perfectas condiciones – le dijo sólo eso, había decidido guardarse la verdad hasta tener más conocimiento de los efectos del medicamento para poder exponer con argumentos su punto – puedo quedarme con el frasco? – le preguntó – en mis ratos libres me gusta analizar los componentes de las drogas y esta no es muy común aquí, aún es experimental – diciéndole la verdad a medias - claro que puede conservarlas, no hay problema – le dijo – terminamos con las pruebas? – le preguntó - desde luego – respondió Rubén María se ordenó nuevamente y una vez pasó Estrella al consultorio, Rubén le explico que todo estaba perfectamente con María, que era una mujer joven y saludable, pero lo que no les dijo era que ahondaría en el asunto de las píldoras y sólo hasta tener la certeza del efecto que podían haberle estado causando su continuo uso a María les daría una explicación clara del asunto. Hotel de la Ciudad Estrella informó a Ángel y Andrés todo cuanto el doctor le había dicho sobre la salud de María, a ellos aquellas noticias les había quitado un gran peso de encima, porque ellos en el fondo temían que algo malo le pudiera estar sucediendo a su madre. - ahora dejaran de preocuparse? – les preguntó María - tal vez bajaremos un poco la guardia, pero eso no significa que dejaremos de preocuparnos por ti – dijo Ángel - siempre nos preocuparemos por ti – dijo Andrés – siempre - bien yo los dejo – se despidió Estrella – esta noche si me esperan a cenar en casa – dijo sonriente - que te vaya bien hija – dijo María – maneja con cuidado - lo haré – respondió la joven - nos vemos Estrella – se despidió Ángel con un beso en la mejilla - yo te acompaño al auto – dijo Andrés - gracias – le dijo Estrella mirándolo a los ojos En el camino hablaron de muchas cosas, Andrés le agradeció que se preocupara por su mamá y ella agradeció que le dejaran pasar tiempo con ellos, ambos tenían muchas cosas en común y aunque Estrella fuera un año y medio mayor que él al parecer eso no era importante para ninguno de los dos. - Estrella – dijo Andrés algo tímido – te gustaría ir al cine y a cenar mañana conmigo – nervioso esperando la respuesta de la chica que invitaba por primera vez a salir - me encantaría – le contestó ella - te recojo en tu casa a las 7 – preguntó él entusiasmado - pero si estaré con tu mamá en la suite, podemos irnos desde ahí – le dijo ella - soy un tipo chapado a la antigua, así que preferiría recogerte en tu casa, al menos esta vez – le respondió él agregándole una sonrisa, una sonrisa que le era tremendamente familiar a Estrella pero que no lograba identificar completamente el por que. - como digas – le dio un beso en la mejilla y tomó su auto De regreso a la suite Andrés se veía muy feliz, como si caminara por sobre una nube, así que aquella actitud no podía pasar desapercibida para su madre - a que se debe tanta alegría – le preguntó María a su apuesto hijo - a que invite a Estrella a salir y ella dijo que sí – sonrió acercándose al mueble donde estaba su mamá - así que la invitaste a salir – preguntó ella de nuevo – que tanto te gusta Estrella cariño? – le preguntó - pues la verdad no lo sé mamá – respondió con honestidad – por ella siento algo que nunca antes había sentido por una mujer, no sé, quiero protegerla y cuidarla y consentirla, así como a ti – le respondió - y crees que eso es amor – le preguntó ella mirándolo a los ojos, pues había algo en su corazón que le dictaba que algo no estaba bien - mamá yo no sé lo que es el amor así que no puedo darte esa respuesta – hablo serio – solo te puedo decir que lo que siento por Estrella nunca antes lo había sentido – sonrió – y esas flores tan bonitas quien te las envía – cambiando de tema - Esteban – le dijo ella como si Esteban San Román le enviara todos los días flores – quiere compensar lo que paso ayer en la iglesia - pues que atento es Esteban – mirando a su madre – y al parecer a ti no te desagrado en absoluto el gesto – riéndose para tratar de avergonzar a su madre - no, no me desagrado – le respondió ella y él de inmediato puso cara de “lo sabia” – pero no pongan esa cara, Esteban y yo somos amigos – y poniendo una expresión que dejaba notar un poco de desagrado hablo de nuevo – además bien sabes que soy una mujer felizmente casada – dijo sin mucha convicción, pues desde que había visto a Esteban San Román muchas cosas habían perdido el sentido que hasta el momento habían tenido. - sabes que eso es fácil de solucionar, Esteban me cae muy bien, además siempre puede divorciarte de Sebastián – le dijo con una gran sonrisa en el rostro - vas a divorciarte mami – dijo Ángel que salía con su pijama puesto – ese sí que es un motivo para celebrar, ordenaré champaña – haciendo amague de tomar el teléfono - vasta los dos – dijo María – yo no voy a divorciarme de Sebastián – les hablo seriamente – no sé porque de repente empezaron a verlo de otra forma, pero el es mi esposo y me quiere igual que yo a él – aquellas palabras le eran muy difíciles de creer - mami no te enojes – le dijo Ángel – además no es que de repente Sebastián nos haya empezado a caer mal, nunca nos ha caído bien solo que nunca te lo habíamos dicho – confeso el muchacho - es cierto mamá, hay algo en él que no nos permite apreciarlo totalmente, aunque él haya sido la única imagen de padre que hemos tenido, y que él ha estado desde el principio a nuestro lado, pero hay algo en su actitud que no me permite confiar, como si ocultara algo que tuviera miedo que se descubriera – hablo serio Andrés - porque nunca me lo habían dicho – hablo María un tanto sorprendida - porque primero que nada eres nuestra madre y no somos quienes para cuestionar tus elecciones; te respetamos y por consecuente respetamos tus decisiones – contestó Andrés - ustedes tienen todo el derecho en opinar porque son mis hijos, lo más preciado que tengo – abrazándolos a los dos – porque todo lo que hago es por su bienestar. - lo sabemos mamá – dijo Ángel – pero de ahora en adelante, queremos que decidas para ti, porque es lo que tu deseas, lo que tu corazón te dicta - nosotros solo tenemos que respetar tu decisión y apoyarte – corroboró Andrés El tema no fue tocado en el resto de la noche, luego de hablar un rato y comer se fueron a descansar para poder tener energías suficientes para enfrentar el nuevo día que les esperaba. Llegó de nuevo la mañana y como el día anterior los muchacho salieron muy temprano para las Empresas San Román e igual que el día anterior se oyeron golpes en la puerta de la suite y una vez más María se sorprendió al ver frente a sus ojos un hermoso arreglo florar con lirios de todos los colores. De nuevo le permitió al dependiente de la floristería colocar las flores sobre la mesa y luego de darle una propina, literalmente corrió para ver que le había puesto Esteban en la tarjeta “Lirios para alegrar tu mañana. Acerté? Si es así llámame de lo contrario lo intentaré de nuevo mañana” en la tarjeta estaba el número de su celular, tomo el suyo y marcó el número - diga – respondió la voz masculina - lo siento no acertaste esta vez – dijo ella - creí que solo me llamarías si hubiera acertado – le dijo él - bueno habría sido una grosería de mi parte no agradecer tan caballeroso gesto – respondió ella - así que tampoco son lirios – dijo él – bueno eso me da una oportunidad más de acertar - sólo me enviaras flores hasta que aciertes cuáles son mis favoritas – dijo ella con un dejo de tristeza en la vos - claro que no – se apresuró a responder – solo que una vez lo sepa, me encargaré que siempre estén disponibles para enviártelas cada día – le dijo - que tengas un lindo día – le dijo ella – y gracias por las flores, no son mis favoritas pero están hermosas - no más que tú – le respondió él - hasta pronto – dijo ella - hasta pronto – dijo él La sonrisa no se quitaba del rostro de Esteban, desde que había visto a María Santos Romero su corazón había dado un vuelco y se sentía vivo de nuevo, algo lo impulsaba para querer estar siempre a su lado, para cortejarla y halagarla, para tratar de ganar su corazón, y a juzgar por la respuesta que ella les estaba dando, iba por buen camino lo que lo hacía muy feliz. Una sola mirada había sido suficiente, solo tenía una duda si lo que estaba comenzando a sentir por aquella mujer era real, verdadero, o si simplemente era un reflejo de lo que sentía por su María. Mientras hallaba la respuesta seguiría sintiéndose de la manera en la que se estaba sintiendo. Por primera vez en 20 años se sentía vivo, con esperanza. - Te conquistaré María Santos Romero, voy a ganarme tu corazón – sonrío y siguió trabajando El día continúo sin mayores sobresaltos, todos trabajaron gustosamente, los muchachos se estaban adaptando muy bien al trabajo, todos los habían recibido muy bien, en especial, Esteban, Héctor y Leonel. Esteban después de recibir la llamada de María se pasó con una tonta sonrisa el resto del día, Héctor y Leonel estaban alegres al ver la actitud de Esteban. María y Estrella habían avanzado mucho en los planes para poner en marcha la fábrica; ya tenían algunos contratos listos como la maquinaría, de la decoración y adecuación de las instalaciones se estaban encargando algunos expertos que habían contratado para ello. Estrella paso la mayor parte del día mirando el reloj aunque lo hacía inconscientemente y desde luego María no pudo dejar de notarlo - si quieres irte puedes hacerlo – le dijo María - porque lo dices – respondió Estrella nerviosa - porque no has dejado de mirar el reloj – le contestó ella sonriendo - en serio? – le preguntó ella - si, así que si quieres irte a preparar para tu cita, puedes hacerlo, yo tomaré un taxi luego – le dijo - cómo crees que te dejaré tomar un taxi, eso no – le respondió Estrella - no es el fin del mundo además te comprendo, quieres ir a ponerte bella para tu cita, quieres sorprender a mi hijo – se sonrió – la verdad no puedo terminar de decidirme por cuál de los dos tratará de verse mejor para sorprender al otro - creo que exageras María, solo iremos al cine y a comer, nada más – dijo Estrella un poco sonrojada pues María tenía razón, ella estaba en su mente probándose diferentes atuendos - no lo soy, lo conozco a él y puedo decir que te conozco a ti y ambos son muy parecidos sabes – pensando un instante – en verdad que se parecen – mirando con detenimiento a Estrella y notó que incluso se parecían físicamente, tenían los dos el cabello y los ojos claros, eran de tez blanca aunque Andrés estuviera un poco bronceado y tenían la misma sonrisa, parecían un par de hermanos - María!! – casi le grito Estrella – en que pensabas, te dije que acepto tu proposición y me iré a casa, no quiero que se me haga tarde María se despidió de ella y se quedo pensando de nuevo en el parecido físico en ambos jóvenes por un instante más, luego se concentró de nuevo en el trabajo y se olvido del asunto. Mansión San Román A las 6:45 de la tarde la puerta de la entrada sonó y Transito fue a atender. Luego de hacer pasar a la sala al joven que acababa de llegar subió buscar a Estrella para anunciar que la esperaban - quien era Transito – preguntó Alba que venía por el pasillo - un joven que busca a la señorita Estrella – respondió ella - deja yo le digo a Estrella – le dijo Alba encaminándose a la habitación de su sobrina – Estrella – dijo cuando entro sin tocar la puerta – te buscan - gracias – le respondió – y te agradecería que tocaras antes de entrar tía - agregó - así que vas a salir – dijo sin prestarle atención a lo último que le había dicho Estrella - si vos a salir a cenar - respondió - vaya hace mucho que no salías – hablo Alba y era verdad, Estrella no solía salir mucho en las noches, tal vez le encantaran las compras y salir a dar una vuelta por ahí pero no tenía muchos amigos y ciertamente no acostumbraba salir con jóvenes, hasta el momento no había tenido una relación medianamente seria – y con quien vas a salir, con un amigo de la universidad? - porqué no vas y lo saludas mientras termino de arreglarme te parece – le dijo Estrella - esta bien, como quieras – le dijo Alba retirándose y dirigiéndose a la sala para conocer al hombre con quien Estrella iba a salir, solo esperaba que fuera alguien de su círculo social y no cualquier aparecido busca fortunas – buenas noches – dijo al entrar a la sala, y ver al joven de cabello algo largo que le daba la espalda - buenas noches señorita San Román – dijo Andrés poniéndose de pie para saludar a Alba Alba quedo un tanto sorprendida, no esperaba encontrarse a aquel joven, no esperaba encontrarse con otro de los hijos de Esteban, el que más se le parecía esperando a su propia hermana para salir con ella - Andrés que sorpresa – fue lo único que pudo decir - como se encuentra señorita San Román – preguntó el cordial tratando de entablar una conversación - por favor llámame Alba de acuerdo – sonriéndole al muchacho – así que saldrás con Estrella - si, así es – dijo algo nervioso - buenas noches – se escucho la voz de Esteban quien recién llegaba a la casa después que la última reunión del día se había extendido y de la cuál Andrés se había excusado – pero que sorpresa encontrarte aquí, como estas hijo – dándole unos pequeños golpes en la espalda - bien, gracias Esteban – respondió nervioso ya había jugado bastante con las flores que llevaba para Estrella - y que haces aquí – dijo Esteban intrigado - viene por mí – dijo Estrella quien finalmente había aparecido - vaya, vaya esto sí que es una sorpresa – dijo Esteban - son para ti – dijo Andrés entregándole el ramo de azucenas a Estrella - gracias, están hermosas – oliéndolas – son mis favoritas - dijo - mamá me dijo que te iban a gustar – respondió - a ella también le gustan - son sus favoritas también? – preguntó Estrella y Esteban de inmediato se interesó más en la conversación - no, el gusto de mamá en flores es igual que su gusto por el vino; es un poco mas costoso y algo escaso – dijo divertido Esto ya era una pista para Esteban, por lo que sonrío para sí mismo. - déjame llevarlas para ponerlas en agua y nos vamos – dijo Estrella retirándose un segundo. - y a donde irán – pregunto Alba un tanto preocupada por la situación, ellos eran hermanos y no debían tener ese tipo de relación, tenía que estar al pendiente y hacer todo lo que estuviera a su alcance para separarlos. - a cenar y al cine – dijo él - bien, conduce con cuidado y tráela temprano a casa – bromeó Esteban poniéndose muy serio - claro Esteban así lo haré – respondió Andrés nervioso - papá por favor!! – dijo Estrella quien regresaba – nos vamos Andrés? – tomándolo del brazo - claro!! – respondió él Tan pronto se fueron ambos Esteban y Alba quedaron con una extraña sensación Esteban pensando que se veían bien juntos pero no como una pareja y Alba pensaba en que tenía que hacer algo para que su cercanía no pasara de ser más que una amistad. Aquella velada tanto Estrella como Andrés la pasaron maravillosamente, la película había estado excelente y la cena espléndida, Andrés había escogido un bonito sitio para comer. Después de hablar por un rato miraron el reloj y vieron que era hora de ir a casa. Cómo todo un caballero Andrés llevo a Estrella hasta su casa, le abrió la puerta del carro y la acompaño hasta la entrada. - bien tal como le dije a tu papá aquí estas sana y salva – dijo Andrés con las manos en los bolsillos balanceándose sobre sus talones nervioso – que tengas una buena noche – dijo un tanto incómodo pues pensaba la noche no había terminado, que probablemente vendría un beso de despedida pero en realidad él no quería besar a Estrella. Si la habían pasado muy bien, sí se había divertido enormemente y se había sentido celoso cuando algún hombre la miraba, pero era lo mismo que sentía cuando iba por ahí con su madre, así que solo esperaría a que ella tomara la iniciativa, por su parte él no haría nada. Ya a lo largo de la noche se habían presentado algunas oportunidades de compartir un beso, pero por diferentes motivos nunca llego a suceder y en verdad se sentía aliviado de que no hubiera sucedido pero veía que el momento estaba llegando y que en esta oportunidad no habría nada que lo evitara - si tal como lo prometiste, me trajiste sana y salva a casa – decía Estrella jugando con su cabello, y esto solo lo hacía cuando estaba nerviosa. Andrés era el mejor de los muchachos, la pareja ideal, era atento, galante, caballeroso, educado pero luego de pasar un rato más íntimo por así decirlo con él se había dado de cuenta que era como compartir tiempo con Héctor, recordó cuando salían juntos a pasar tiempo de hermanos, compartiendo las pequeñas cosas de la vida. De esa manera estaba viendo a Andrés, como un amigo, un hermano, no lo veía como un hombre. Pero al parecer el estaba esperando algo más de parte de ella – la pase muy bien, acercándose a él pero tratando de evitarlo al mismo tiempo, me gustaría que- decía el más nervioso aún si podía estarlo - que tengas buenas noche – ahora había quedado frente a él y cerrado los ojos Andrés la tenía a escasos centímetros de la cara y antes de que la distancia dejara de existir tenía que poner un alto a la situación así que se armó de valor y hablo - Estrella – la llamó haciendo que abriera los ojos – no quiero que te ofendas por lo que voy a decirte pero tengo que hacerlo – suspiró profundamente – no quiero besarte, no, no puedo hacerlo – finalmente dijo – sería como besar a mi hermana, lo siento. Estrella en respuesta a estas palabras corrió y lo abrazó con todas sus fuerzas, lo que él había dicho era lo que ella quería escuchar - la verdad yo tampoco quería hacerlo – dijo aliviada – estamos bien no? Somos amigos – algo preocupada - desde luego – abrazándola de vuelta – los mejores amigos - nos veremos mañana – le dio un beso en la mejilla y entro a la casa completamente aliviada de cómo se habían desarrollado las cosas. Andrés se retiró y se dirigió al hotel entre aliviado y decepcionado, aliviado porque no había dado ningún paso con Estrella del cual pudiera arrepentirse luego y decepcionado porque una vez más lo que el creía que era amor solo era una ilusión pasajera. Continuará...
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 20:05:42 +0000

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