Aquí la prueba de los boletines de la SSP-DF. No hagan esto: México, D.F., 27 de noviembre, 2013 COMUNICADO 1179/13 PARA SER HÉROE NO SE NECESITAN BALAS NI FUERZA, SOLO UN CORAZÓN… ASÍ DE GRANDE Sin duda, el acto más sutil puede convertirse en palanca para mover una montaña. Y es que no todo puede traducirse en acción, voluntad, fuerza física o disciplina; al final de cuentas todo policía es una persona con fortalezas, sensibilidades y debilidades y, un gesto amable o una palabra fuerte, puede liberar al ángel o demonio que puede llevar dentro. La breve historia inicia cuando el policía auxiliar Marco Antonio Chávez González decidió comprar un muñeco Woody para regalarlo a un niño de cinco años que no conoce, pero lo hizo conmovido porque el pequeño lo reclamaba en un mar de lágrimas. Por tanto, decidió prescindir de una parte de su ajustado sueldo para adquirir aquel monigote que, por cierto, ni siquiera está de moda. Por si algunos no saben, Woody es el vaquero consentido de la saga Toy Story, muy amigo de Buzz Lightyear, el astronauta. Y, precisamente, Woody era nada más y nada menos que la condición que puso el pequeño Sebastián Dávalos Beltrán para dejar que los doctores lo sometieran a una de sus sesiones de quimioterapia para combatir un infame cáncer que invade su cuerpecito. Simplemente: ¡”si no me traen a mi querido Woody, no me dejo curar”!, advirtió. Sebas, como le dice cariñosamente su madre, dejó olvidado a Woody en el taxi en el que lo llevaron al Hospital Pediátrico Infantil del Imán. Ante la negativa de recibir el tratamiento si no tenía con él a su compañero y amigo, la madre hizo lo posible por recuperar a Woody. En ese momento, la estreches económica no daba para comprar otro, por lo que, desesperada, hizo una llamada a un programa de radio para que pidieran al taxista que devolviera a Woody por una simple razón: salvar la vida de su hijo. Fue entonces que entró a escena el policía auxiliar Marco Antonio, luego de escuchar por la radio la súplica de la madre de Sebas. Pensó que quizás el trabajador del volante no se iba a enterar del llamado maternal. Se preguntó ¿quién no se condolería de un ángel invadido por una enfermedad tan terrible como el cáncer? Con la imagen en su mente de un niño de cinco años encamado y llorando, buscó a la madre y le preguntó ¿cómo era el muñeco que había perdido? La mujer le dio las características del dichoso juguete y el policía lo buscó en algunas jugueterías hasta encontrarlo. Lo llevó al hospital y lo entregó: “Esto es para Sebas… para que no siga llorando y se deje curar”, se concretó a decir. La señora Andrea Beltrán Romero, madre de Sebas, agradeció en red nacional el gesto del policía. Dijo que para ella y para el niño, era un héroe… con un corazón así de grande”. Ese día Sebas accedió a tomar su quimioterapia seguro de que junto con Woody, luchará hasta vencer al maloso cáncer que lo agobia. Marco Antonio Chávez González es segundo comandante de destacamento 1, adscrito al sector 74 de la Dirección General de la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal.
Posted on: Thu, 28 Nov 2013 01:46:56 +0000
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