Arturo Faneite En verdad que este gobierno ha cometido grandes errores, horrendos errores. El más grande, en mi opinión, es el que tiene que ver con su ensañamiento con la Policía Metropolitana. Nada más aberrante que eso. No han tenido escrúpulos de ninguna especie para dejar de manifiesto, ante toda nuestra sociedad, que son portadores del virus de una discriminación activa en extremo irascible, hasta con excitación vehementemente violenta. Da la impresión que hasta a ultranza serían capaces de desahogar tanta baja pasión que albergan en sus resentimientos. Esto, sin dudas, es “prejuicio social”. Si, igualito al prejuicio racial, en contra de los negros; o al religioso, en contra de los cristianos; o al antisemita, como enemigo de la raza hebrea; o al fascista, con su totalitarismo sin importarle nada ni nadie. El difunto Presidente se fue, pero dejó para la posteridad esa semilla inoculada de odio para sus regentes. Y lo han estado haciendo con una efervescencia que produce ceguera y obstruye los sentidos. Han decidido montarse esa cruz a cuesta y les va a doler, estoy plenamente convencido de que les va a doler, y mucho. Eliminaron nuestra institución, para crear otra. Se dieron cuenta que fue un error. Pero mientras tanto es bueno seguirle achacando esos errores al personal que proviene de la Policía Metropolitana, esa gente es la que está haciendo las cosas malas en la novel Policía Bolivariana. El Presidente actual, en su primera gira por Centroamérica, suscribió un acuerdo con Nicaragua para copiar el modelo policial nicaragüense, es decir, quiere decir que el modelo policial copiado para la Policía Nacional Bolivariana fracasó, es obvio, está más allá de lo obvio. Que despelote, y todo debido al odio. Miren ustedes hasta donde puede llevar el odio. Así el Ku Klux Klan destruyó muchas familias por su condición racial en EEUU; así los dueños de esclavos hacían de ellos lo que les venían en ganas; así los ricos abusaban de sus sirvientas y sirvientes porque les parecían inferiores. Pare usted de contar. Lo más irónico es que se sirven de escoltas que provienen de la Policía Metropolitana. Así usted podrá ver altos funcionarios y funcionarias del Tribunal Supremo de Justicia, de la Fiscalía General de la República, del CNE, de la Asamblea Nacional, del mismo Ejecutivo Nacional, Gobernadores, Alcaldes, escoltados por funcionarios que pertenecieron a la extinta Policía Metropolitana. Hasta el mismo Chávez fue escoltado por nuestros funcionarios. Las policías estadales y municipales de Venezuela están integradas por una gran parte de funcionarios y funcionarias que se formaron o provienen de la Policía Metropolitana. Y, para colmo, la Policía Metropolitana también formó policías de Centroamérica, lo cual incluye a Nicaragua. Será que ninguno de estos revolucionarios sabe nada de esto, o, como dije antes, es tanto el odio que no pueden ver ni hacer uso de los otros sentidos. Están condenados a servirse de quienes tanto odian, esa es su peor penitencia, su vía crucis. ¡Entonces! Será qué van a eliminar las policías estadales y municipales donde quiera que llegue un Gobierno Revolucionario. Imagínense ustedes ese supuesto. Y tendrán que eliminar la Policía Nacional Bolivariana porque ya está contaminada con el germen de la Policía Metropolitana. Por cierto, de lo cual se dieron cuenta en días reciente en que una comisión de la PNB detuvo a un supuesto pariente de la Primera Combatiente, Cilia Flores. Comisión que ya está sub júdice, más que todo por orden Presidencial, pobre gente. Pero la nueva policía bajo el modelo Nicaragüense podría nacer contaminada, pues, tiene una alta influencia de la extinta Policía Metropolitana. De manera que ya tenemos el pretexto, si fracasa, diremos que fue por culpa de la influencia de esa policía maldita. Pero, mientras tanto, no se quitan a esos escoltas provenientes de esa escoria policial ¿Por qué será? Será que en el fondo saben que nadie los resguardaría mejor. La conciencia los traiciona, y los hechos también. Yo estimo, sugiero, recomiendo y propongo a este gobierno, que someta esta deleznable y repugnante conducta a revisión, rectificación y reimpulso. Si, lo intangible también es revisable. Ese discurso, ese sentimiento resentido y obsceno en contra de una institución, le ha traído más fracasos a las políticas de seguridad que éxito, y, sobre todo, un desprestigio a los supuestos principios de inclusión, no discriminación y dignidad humana tan cacareados por esta revolución, pero que a la final no ha sido sino un doble rasero o doble moral en los hechos. …continuará
Posted on: Sun, 14 Jul 2013 00:20:02 +0000
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