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Asì comienza EL FRUTO DEL ARBOL ENVENENADO 1 Le encontraron a primera hora de la tarde, elegantemente ataviado para el festín nupcial de la muerte. Tenía los ojos muy abiertos, como si quisiera explicar lo sucedido, y en su sonrisa se adivinaba una canción de burdel, pero el tono azulado de su piel sugería que ya era demasiado tarde. Una mosca se posó sobre la frente y amenazaba con introducirse por las ventanas de la nariz. El comisario la apartó de un manotazo, luego hurgó en los bolsillos del difunto y extrajo un encendedor dorado que guardó en su bolsillo tras comprobar que funcionaba. Miró los ojos del hombre para intentar ver una imagen cristalizada en el iris, una explicación congelada en el tiempo. Nada. Ningún signo de violencia, sólo una flor en el ojal, y el pelo y las uñas que crecían imperceptiblemente. Una llamada anónima al Juzgado de Guardia de Ibiza había dado cuenta del hallazgo del cuerpo en un descampado junto a la carretera a San Juan. Un hormigueo incesante de agentes de policía y reporteros bullía en el camino de grava cuando el juez hizo acto de presencia. Examinó el cuerpo del hombre. Era alto y corpulento, de unos treinta y cinco años. Vestía chaqueta y pantalón claro, zapatos marrones y un sombrero jarano con las iniciales E.G. en el interior. Una corbata a rayas de colores chillones rompía la austeridad del atuendo. Se abrieron las primeras diligencias, se realizó un exhaustivo registro y la consabida inspección ocular, y el secretario hizo constar en las diligencias los pormenores primerizos, tras lo cual y sin más dilación, el juez ordenó el levantamiento del cadáver que fue introducido en la ambulancia para ser trasladado al Instituto Anatómico Forense Provincial. Fue entonces cuando el juez percibió con asombro el frenético canto de las cigarras y el penetrante olor de las algarrobas. Aquel verano de 1979, el último de la década, había sido pródigo en muertes accidentales, violentas o misteriosas. No era este el caso. En la autopsia se encontró un arsenal de sustancias tóxicas que sin duda causaron la muerte del hombre cuyo cadáver se dirigía a la ciudad dejando atrás la hermosa campiña ibicenca.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 18:01:25 +0000

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