Así de sencillo: tu bendición está amarrada a las elecciones que hagas. Si te decides por lo malo, la muerte y la maldición, el Señor no puede cumplir Su promesa de bendecirte. Claro que nadie le diría: “¡Dios, escojo la maldición!” Pero lo importante es que tus acciones demuestren que realmente has escogido la luz y no las tinieblas. De nada sirve que le digas que Él es tu elección, si no lo demuestras.
Posted on: Thu, 10 Oct 2013 18:32:21 +0000
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