Atrapada por el puma. Capitulo 13- Frágil Me di cuenta cuando - TopicsExpress



          

Atrapada por el puma. Capitulo 13- Frágil Me di cuenta cuando cruzamos la ruta 97 porque Marcus disminuyó la velocidad un poco antes y luego espero en silencio para cruzarla, aguardando que pasara un camión, ya que era claramente visible conmigo a cuestas y con la luz artificial que allí había. “Richard, estoy cerca del parque, ¿dónde estás?” preguntó Marcus luego de cruzar la carretera y retomar su ritmo. Richard no contestó, Marcus comenzó a olfatear el aire y disminuyó la velocidad nuevamente. “¿Qué pasa?” le pregunté. Hizo un minuto de silencio mientras continuaba olfateando. “El olor de Richard no llega al parque, cambia de curso y se mescla con otros, esto no es bueno” me contestó Marcus. “será mejor que bordee la cinco y te deje en casa para después investigar, esto me preocupa” continuó. “Ok” fue todo lo que le dije, estaba de los nervios. Comenzó a correr nuevamente, de repente se tensó mientras corría y frenó de golpe, yo me fui hacia adelante y casi me caigo, me acomodé rápidamente y me aferre con fuerza. “¡Mierda!” exclamó y comenzó a correr en sentido contrario, dejándome atónita. “Desgraciados” estaba súper molesto. “¿Qué? ¿Qué es? ¿Qué sucede?” pregunté exaltada. “Estaban ahí como si nos esperaran… su aroma es conocido, son los chicos de siempre. Tiene nuestra edad y suelen acercarse al centro muy seguido” me explicó. “Se aprovechan de que no tenemos tan bueno olfato como humanos y eligen objetivos, luego nos damos cuenta de que estuvieron allí cuando sentimos su olor en las rondas de noche, que es cuando pueden atacar” “No suena bien para mi” contesté apretándome contra él. “Lo siento, lo siento mucho” se disculpó y luego no dijo más nada. Volvió a cambiar de rumbo. “Diablos, se dividieron, me están cercando y no puedo atacarles contigo aquí” me informó de la situación Marcus. Olfateo el aire nuevamente. “¿Cuántos son?” se pregunto sin ocultarlo de mi. Volvió a olfatear “Uno, dos, tres, cuatro esos son conocidos” comenzó a contar y me puse más nerviosa de lo que estaba sorprendiéndome a mi misma ya que creía que explotaría y no lo hice. “Cinco, seis esos no los conozco. Son muchos, demasiados, ¡no puede ser!” ¡Eso era una desventaja terrible! Mi hermano y Alex se habían dividido y ahora no aparecían mientras que Marcus estaba sólo, conmigo que no servía para nada, frágil y normal, era la típica damisela en peligro, un simple estorbo. “Ruta 22” pensó Marcus mientras corría. Frenamos de repente, él miró hacia todos lados dando la vuelta sobre si mismo, sus pelos se pusieron de punta y comenzó a gruñir, moviendo la cola “Estamos atrapados, me tendieron una trampa, me han mareado” Marcus estaba furioso y mostraba los dientes, se sacudió un poco, yo me aferré a su pelaje con las manos y las piernas pero me incorporé para poder ver, ahora que no corríamos. “¿Qué vamos a hacer?” le pregunté. “¡No lo sé!” exclamó molesto, mirando hacia todas direcciones, rodeados, estábamos rodeados pero aún no podía ver el peligro, mi corazón palpitó estrepitosamente. Vi la ruta a lo lejos y detrás de nosotros, a unos cuantos metros, un galpón gigante que parecía abandonado, no tenia para donde correr y seguro, no era lo suficientemente rápida para lograr escapar de todos modos. “Podrías serlo” contestó Marcus a mis pensamientos. “¿Ayudaría eso?” le pregunté mordiéndome el labio. “Quizás yo no estaría tan desconcentrado” sin más volvió a gruñir, pero esta vez más fuerte. Miré hacia adelante y vi a dos pumas blancos, del mismo alto que Marcus, o quizás un poco menos miré hacia la derecha y vi uno más, hacia la izquierda uno más y detrás otro, mis ojos se abrieron como platos mientras contaba y los observaba. Cinco, uno, dos, tres, cuatro… cinco, Marcus había dicho seis. Todos los animales comenzaron a gruñir, cada vez más fuerte moviendo sus colas y Marcus comenzó a girar nervioso. Sabía que Marcus no podía comunicarse con ellos así que no había muchas chances, yo moriría primero y al encontrarnos en desventaja, posiblemente el me seguiría. “¡NO!” gritó él al escuchar lo que yo pensaba y estalló en un gruñido desgarrador. -¡Amor! ¡Tranquilo, lo siento!- hablé en voz alta sin darme cuenta. Los pumas blancos se miraron e hicieron un gesto de acuerdo, como si dijeran que si con la cabeza, confiado de nuestra vulnerabilidad uno de ellos se alejó un poco a la izquierda hasta la oscuridad, Marcus le siguió con la mirada y yo observé a los que teníamos de espaldas, solo por las dudas, sin entender nada de aquello. Poco después, los pumas miraron hacia la izquierda, donde se había ido el primero y yo hice lo propio. Caminando a paso humano normal venia un chico, yo lo miré y luego me exalté al notar que su rostro era familiar para mí. Aquel chico, el del centro comercial que me había cruzado con las chicas en vacaciones, ¿cómo se llamaba? Lo pensé un segundo…. Dan El chico me miró y se sonrió al notar que yo le recordaba. “Idiota” gritó Marcus y gruño dando un paso inquieto hacia adelante. “Ya lo había visto antes” le comenté a Marcus dejándolo ser partícipe de mi recuerdo. “¿Tu, que?” él se agacho un poco como en pose de ataque y los otros le correspondieron. “No hagas eso, ellos no nos han atacado, no empieces tu” le recomendé, como si esta no fuera a ser una lucha a muerte, sino una normal. Él me hizo caso y se enderezó nuevamente, yo le acaricié el lomo. -¿Lo tienes entrenado, Kala?- me preguntó el chico, haciendo énfasis en mi nombre. Yo no dije nada.- La humana y el puma, ¡que cursi!- exclamó y se carcajeó, sus amigos parecieron reírse también. -No es así- contesté. -¿A no?- me retó Dan- parecías tener un olor de lo más normal cuanto te olí hace un momento- continuó él gesticulando con sus manos. “No le digas” me aconsejó Marcus “Ese imbécil” gruño. -¿Donde están Alex y Richard?- le pregunté sin pensármelo mucho. -Ah, los otros dos lentos, ¿porque preguntas por ellos? ¿No te interesa saber cómo están los chicos?- él tal Dan era un imbécil con todas las letras y se creía superior.- Mira por allí, me indicó señalando hacia la derecha, allí está tu amigo Tom, que estaba muy interesado en verte nuevamente- miré al puma que bajó la cabeza- ese de ahí es Leo, ¿lo recuerdas?- me preguntó retóricamente- y ese otro es Michael. -La verdad es que no recuerdo bien- le contesté con desdén. Dan se rió. -De mi si te acuerdas, ¿no? Tu amiga Elle se acuerda de mí al menos, aunque hoy no le ha quedado una buena impresión de mi persona. -¿Elle?- pregunté confundida. -Sí, esa misma. Te está esperando allí adentro para que le hagas compañía un rato- dijo como si nada mientras señalaba el galpón de detrás de nosotros, los amigos de tu novio también están allí con Clark y Jacobo cuidando de ellos, no te preocupes.- su ironía me tenia cansada. Sentí un escalofrió por mi cuerpo y presioné el pelo de Marcus. -Eres un…- me contuve para no gritarle todo lo que tenía ganas de gritarle. -Sí, muchos humanos insignificantes como tu piensan eso de mi, estoy acostumbrado, de todos modos no lo piensan mucho tiempo…- él idiota estaba en completa calma y yo me estaba poniendo furiosa, temblé de cabeza a pies y Marcus se quejó un poco, respiré profundo. “¿Amor, te sientes bien?” pensó Marcus para mi, poniéndose nuevamente en posición de ataque. “Si” le mentí. -Bien, veo que por la posición de tu novio esto será a las malas. Vi como los pumas comenzaron a moverse, ante una orden que al parecer no vi y comenzaron a “empujarnos” hacia el galpón, Marcus fue cediendo paso a paso mientras ellos se acercaban, procurando que no tuvieran acceso a mí. -Sería mejor que vinieras conmigo ahora- me “aconsejó” de cierta forma él chicho, Dan. -¡Ni loca dejo que te acerques a mi, pedazo de idiota!- le grité yo. El chico sacudió la cabeza molesto y solo pude ver como una cosa de color caqui se lanzaba sobre mí.
Posted on: Sat, 13 Jul 2013 03:10:19 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015