Autor.-Robles H Daniel A. Capitulo IX. Un lugar infinito, completamente solo e un silencio que sofoca a toda la memoria del mundo entero, eh estado aquí antes sin ninguna de estas pequeñas voces que suelo escuchar como el crujir del vidrio al ser estrechado hacia el suelo, parece que estoy durmiendo profundamente pero al pestañar, estos párpados de los ojos una y otra vez me doy cuenta que me encuentro completamente despierto, solo que la oscuridad es muy profunda, de pronto me encuentro en un lugar lleno de verdor con una mañana anaranjada que baña todo el horizonte, entonces aparece en un acantilado de acero, sin decir una sola palabra abre sus ojos rojos y el agua choca con violencia sobre esta gran masa metálica, se aproxima desde el sur hasta llegar a la parte del centro para abrir la pinza finalmente, en su frente una cruz roja, que parte el cielo en cuadrantes mientras le miro a la distancia. En aquellos días que pasaste viviendo, lleno de tierra en tus prendas había disipado cualquier duda cuando te levantaste del piso y te sacudiste discretamente, sin decir una sola palabra, ahora cuanto mas pesan los años, tus ojos se comienzan a volver tan dóciles como en aquella infancia, no es así. Algo ah perturbado tú descanso después de 15 largos años en los que no tuve seña alguna que me indicase tú existencia, desde aquel momento sobre las nubes de esa villa, en la morada donde te aguardaban los atesorados recuerdos de una vida que ya no te pertenecía, se bañaron las nubes de un hermoso escarlata, ¿Cuanto tiempo crees que ha pasado desde aquel día?, cuando girabas la perilla de esa puerta para volver ah esos preciosos momentos, no podemos volver ah esos días, sean consumido para nunca retornar en ninguna forma de vida, entonces no tuviste el valor de girar nuevamente la perilla y entrar por la puerta Este del Sol y salir a reencontrarte con un destino o porvenir. Al mirarte veo a un cuerpo puesto de lado mío con una profunda herida, mi brazo parece roto al igual que mi pierna, escupo un poco de toda esta sangre que emerge de mis cavidades, tomo algo de nieve para sanar e cicatrizar lo antes posible estas lesiones, luego intento reincorporarme pero eres demasiado rápido, con tu larga cabellera oscura para contener ese raudal de emociones, te vuelco a la infancia aunque la amargura que guardas es demasiado para olvidarla por completo, a la vez siento que se adhiere a mis entrañas la misma furia que albergas, me trasladas a través de los campos en diversos tiempos obligándome a mirar lo que ha sido consumido en todos estos años de feroz lucha, creo que te comprendo y puedes entender por que estoy boca arriba mirando pacientemente el firmamento, después de pasar tanto tiempo desprendiendo la vida que hemos consumido, te detienes y por un momento solo escuchas detenidamente mis palabras, dices, habríamos desaparecido como los despojos oxidados de este navío, por un afán ciego de tener tú fe puesta en la palabra paz, por bastantes años como para no haberte dado cuenta de esta realidad, ahora me pides paciencia sin otorgarme una razón poderosa para seguir absorte de todo lo que pasa a mi alrededor, tan solo te pido que busques en esta profunda penumbra con esta pequeña vela lo que llamo alegría entre toda esta aplastante realidad, ah cambio tengo un pequeño punto en la frente con esta cera liquida que me eh puesto, si no lograses hallar aun pequeño trozo de esperanza entonces te estaré esperando a pie en este sitio perdido. Pagina 233.
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 15:27:02 +0000