Ayer fue mi cumpleaños llegando al número 76, agradezco los saludos de los amigos y amigas y les digo que pasé muy bien, me visitaron mis cuatro hermanas y mi hermano y cuñados, pasando un día que lo califico de espléndido. Les digo, para los que no me conocen, que nací el 4 de agosto de 1937, pasé mi niñéz hasta los primeros años de mi juventud en las SIERRAS DE ROCHA, 1ra. Sección Judicial y 12a.Policial del Departamento de Rocha, donde eran oriundos mis antepasados desde la época de la dominación española. Las Sierras de Rocha, primeramente se les denominó: Sierra de los Rocha, es un hermosísimo paraje, que está ubicado al oeste de la Ciudad de Rocha, sobre la Ruta 109, a Aiguá. En este paraje se destaca este accidente geográfico: La sierra, que comienza, más ó menos a unos diez kilómetros de la ciudad y se extiende entre los dos arroyos: Rocha del Este y Rocha del Oeste, tiene un corte que le llaman El Abra y reinicia hasta terminar sobre el Camino La Centinela, límite de la Seccional 12a. Fueron primeros dueños de esta sierra y territorio sito entre los dos arroyos mencionado: Manuel y Luis Rocha, hijos de Mateo Rocha, un faenero riograndense que se asentó en esos lugares, una hija de Manuel Rocha, Paula, se casó con un carolino: Pedro Araújo estando ahí el,origen de todos mis antepasados. Paula Rocha heredó de su padre una parte de esta sierra y campos circunsdantes y fue así, que durante el siglo XIX, en esta zona predominaron los apellidos:ARAUJO y ROCHA. Fines de la década del 1820, apareció en esos parajes un mercachifle Francisco Alvarez que casó con Gregoria Rocha, origen de una numerosa población de apellido Alvarez. Es de agregar, que estos apellidos, Alvarez, Rocha y Araújo, ya no existen en es lugar, hoy la SIERRA DE ROCHA, una perte impotante de esos campos fueron adquiridos por una secta de los gipsy, que han formado una comunidad que se llama de la: ATAHONA, en homenaje al gran molino movido a agua, donde aún se conserva, la represa, canales, noria y construcciones. Ahí en esa zona pasé mi niñez, adolescencia y mis primeros años juverniles, en una de las cuatro escuelas que existían en ese paraje, La Nro.84, me eduqué, ddonde exisía una hermosa biblioteca conteniendo entres otros libros: nada menos que los ANALISIS HISTÓRICOS de Eduardo Acevedo, con todos sus Tomos, una colección: LOS GRANDES HOMBRES donde estaban las biografias de todoas las grandes personalidades:militares, científicas, escritores, etc. las Obras de Varela, Legislación Escolar, Educación del Pueblo, Las Obras de Rodó y de otros escritores uruguayos y extranjeros en las que ñiños y vecinos, afectos a la lectura, se deleitaban. La Sierra en tosos los parajes que la conforman. Laguna Blanca, Los Bosques,El Taruman, Paso Mataojo, La Pantanosa, El Abra, Paso la Horqueta, Passo de Las Carpinchas y pagos adyacentes al mio: Alféres, Punta de Alféerez, Cerro Negro, La Centinela, Siete Cerros, Punta de Don Carlos, Valdivia, Picada de Fariña, Puntas de Garzón, eran el ámbito espacial de mis andanzas juveniles, hasta que a principios de la década de los sesenata del siglo pasado, abandoné esos pagos, para correr suerte, como miles de paisanos, en la ciudad, llegando en 1964 a esta ciudad de Maldonado y con mi esposa:Irma Osano, formamos nuestro hogar radicándonos definitivamente en este lugar. Recuerdo de mi ciudad de Rocha, su época floreciente: La fábrica de Ladrillos y Cerámicas, de Mesías y Pertusso, ubicada en el Camino a la Sierra, en la salida de la ciudad, todavía existe su chmenea y los restos de sus construcciones, alcanzaron a trabajar mas d cuatrocientos operarios, la fábrica de Inconsa, la Fábrica de Famaplas, Los Molinos de Cordone,la fÁBRICA DEL SOYP en la Palma, carretera a La Paloma, la Fabrica de Pesacdo de la Avenida 1r0.de Agosto, la Fábrica de Caños de Benítez, etec., la ruina de todo esto, mas la decdencia del campo, que comenzó en la década de 1960, con la Reforma Monetaria y Cmbiaria del Contador Azini, que arruinó la campaña y las industrias, vino el éxodo de los rochenses, que abandonamos en masa nuestra ciudad y las campañas y en busca del porvenir que no encontrábamos en nuestro Departamento. Dos caminos teníamos los habitantes de la campaña, en la inmensa mayoría: peones de la construcción, de las barracas, en las Unidades de Artillería y Cballería de nuestro Ejército ó en La Policía, donde había que contar con la recomendación de algún caudillo blanco ó colorado, para poder ingresar. Terminé en la Policía, donde me jubilé. Acá estamos, para contar nuestro pasado, de donde venimos, qué hicimos y donde estamos. Saludo a todos los amigos en este momento especial de mi vida, les deseo la mejor de las suertes y agradezco los saludos recibidos. GRACIAS.
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 21:45:21 +0000