Ayer, y también hoy, han sido dos días que podrían denominarse - TopicsExpress



          

Ayer, y también hoy, han sido dos días que podrían denominarse pruebas de fuego a mi ataraxia. Lo he comentado con los más allegados, sí, pero la cosa no ha ido más allá que un simple comentario. Sin embargo, el problema que se me había planteado era más grave de lo que a simple vista a muchos les pudiera parecer. Pese a mi ahora pausada y calma existencia, yo también he tenido momentos en los que he vivido una azarosa vida en la que he tenido que contenerme para mantener la calma. Era cuando aún no dominaba la ciencia ni el noble sentido de la ataraxia. He sufrido momentos en el pasado, que he tenido que padecer y sobreponerme, pero debo reconocer, que aun no siendo menos graves o complicados los más recientes, sí he sabido llevarlos mucho mejor y vivir a pesar de ellos con un mejor ánimo y mayor espíritu de superación. No voy a exponer aquí un relato de mi triste y tortuosa vida, pero a modo de ejemplo, y por lo comparable del caso con el problema de ayer y hoy, solo recordar que no hace muchos años, yo habitaba en una auto caravana, la cual tenía aparcada cercana al bar de unos amigos donde solía pasar las tardes echando una mano en temas de informática y márquetin. Pues bien, cierta noche, me despedí de ellos y cuando me disponía a dormir, al abrir la puerta, observé que ésta había sido forzada, y que en el interior, prácticamente no quedaba nada. La habían desvalijado completamente, todo cuanto poseía me había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Quizás, para mí en aquellos momentos, lo que más eché en falta, fue un disco duro en el cual guardaba la información de toda una vida. Fotos, historiales médicos, documentación de todo tipo, trabajos de años y más años. Todo aquello desapareció para siempre, pero yo nada podía hacer ya por recuperarlo. Mi reacción?, cerrar cuidadosamente de nuevo la puerta y regresar al bar a tomarme otro cafetito para al menos, poder contárselo a alguien. Y ahí quedó la cosa. Nunca más se supo de lo robado, ni yo tampoco volví a darle más vueltas a aquel problema, porque al fin y al cabo, ya no iba a solucionar nada. Pues bien, aquel valioso disco que se me llevaron, era para mí como un tesoro, y en aquel preciso momento, pocas cosas materiales podían superar a aquello por la información en él contenida. Sin embargo ayer, y esto sí que fue un tremendísimo error mío, me pasó algo aún peor. Quienes hagan como yo y lo confíen todo a la tecnología, sabrán de qué puedo estar hablando, pero una cuenta de correo hoy en día puede ser la clave para abrir miles de puertas. Y yo dependo de esa cuenta principal. Tengo una cuenta que no es la que doy normalmente a la gente, pero que sí me sirve para otras muchas cosas y es a la que se derivan el resto. Es como una llave mágica que guarda todos y cada uno de mis secretos, poco o nada importantes para otras personas, pero hoy por hoy, imprescindibles para mí. Gracias a ella, llevo el control de cientos de programas registrados en el móvil, gestiono las aplicaciones que he descargado, organizo mis diferentes calendarios, y sobre todo, llevo al día rigurosamente actualizados, todos mis contactos allá donde vaya. La ventaja, es que si cambio de teléfono, con solo introducir esa mágica llave, toda esa información se descarga sola a mi nuevo aparatito. En fin, estos son unos pocos ejemplos de lo que significa para mí estar conectado con Google y disponer de cientos de ventajas. Pues bien, ayer, por un insignificante error de cálculo, le di al botoncito eliminar cuenta y todo ese castillo maravilloso se desvaneció delante de mis ojos. Toda la magia que google hacia que cualquier correo enviado a guarnio me llegara a mí, había dejado de existir, los contactos del móvil ya no estaban, el calendario se quedó sin eventos, el espacio drive vacío, el mundo entero se me vino abajo. Pero eso sí, yo no perdí los nervios. La ataraxia siguió estando activa y me mantuvo firme. Hoy he mirado con más calma entre las miles de explicaciones que google sugiere para ayudar a los que tienen dudas, y ahí, escondida entre tanta paja, estaba la solución. Solo aplicable si no había transcurrido mucho tiempo, y ese era mi caso, así que dicho y hecho. Todo solucionado y vuelvo a ser yo, aunque ahora ya no recuerdo cuales son los cambios que hice durante los momentos de emergencia. Seguro que algo andará aun revuelto por ahí y algún día saldrá a la luz, pero ya no recordare los motivos tampoco. Queríais que contara algo, ea, pues ahí tenéis.
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 15:27:31 +0000

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