BIOGRAFIA DE SOR LEONOR (TERCERA PARTE) A tres años de ser - TopicsExpress



          

BIOGRAFIA DE SOR LEONOR (TERCERA PARTE) A tres años de ser devueltos sus manuscritos al Monasterio, (habían sido entregados por Leonor al padre José León Torres, y éste, a la Superiora General de las H. Mercedarias) se escribió su primera biografía. Y la entonces Rvda. Madre Priora del Monasterio, solicitó de las monjas que la conocieron y convivieron con ella, redactaran todo lo que de ejemplar y virtuoso recordaran. Escribió una monja: "Observé también que en los oficios, tenía mucho espíritu de abnegación y de sacrificio, en particular, en el oficio de enfermería, que desempeñó durante varios trienios, el cual era muy recargado en esos tiempos. Continuamente se encontraba abierta la enfermería con enfermos graves y continuas malas noches, que atendía con caridad y esmero". La humilde grandeza de su alma se reflejaba en su porte: "Sor Leonor en su físico, revelaba nobleza y distinción, gran humildad y desprecio de sí misma", dejó escrito una monja que vivió muchos años con ella. Otra monja expresará: " En este Monasterio tenía tres tías, de las cuales una era tía carnal y las otras dos primas hermanas de su padre. Estas religiosas eran tenidas por la comunidad en elevado concepto y ocuparon los primeros puestos, en cambio a sor Leonor , el Señor la llevaba por muy distinto camino, no se tenía de ella igual concepto; en cambio todos los sacerdotes que como directores de su alma la atendían, hacían de ella mucho aprecio". "El P.Torres siempre hacía referencia de sor Leonor y constantemente solía decir: Ustedes tienen santas aquí, encomienden tal apuro o aflicción a sor Leonor, invóquenla..." Escribió una monja de ella: "... era muy buena y sobresalía entre las muchas virtudes que la adornaban, la humildad y la caridad. Era muy prudente, reservada, silenciosa, sufrida en extremo, veces hubo en que la encontré llena de lágrimas por sufrimientos morales y al preguntarle yo qué sucede, señalando el crucifijo me contestó:"El todo lo sabe". Un día le gastaba una broma y al decirle cuándo subiría a los altares, pues en tres siglos y pico que tenía el Monasterio hasta ahora no había subido ninguna religiosa de él, me miró fijamente con sus ojitos negros un buen rato y dirigiendo una dulce mirada a Jesús crucificado me contestó: "Él dirá con el tiempo, lo que de mí ha de ser". Era una Pascua, siempre contenta e igual, no cambiaba nunca, gozaba de una conciencia muy pura, como que siempre se encontraba en gracia de Dios. Era muy hermanable y muy observante de la regla y las Constituciones. No se desahogaba con nadie de las humillaciones y adversidades que le acontecían. Se iba al coro y allí, a los pies de Jesús Sacramentado, depositaba todos sus pesares para recibir de Dios fuerzas para tolerar todo lo que le viniere de adverso y amargo que el Bienamado Jesús le enviase". Con el transcurso del tiempo, la Rvda. M. Priora vio la oportunidad de publicar sus manuscritos, y así se escribió una segunda biografía. El ejemplo de su vida y virtudes en la comunidad y su intercesión en favor de quienes la invocaban, se hacían notar palpablemente. El ideal que alentaba a Sor Leonor es el Amor, el encuentro definitivo con Dios, que ella vivió ya desde el peregrinar de su vida terrena... Dice S.S. Juan Pablo II: "La vida de una monja de clausura, ocupada principalmente en la oración, la ascesis y el progreso ferviente de la vida espiritual... responde a la exigencia, sentida como prioritaria, de ESTAR CON EL SEÑOR... es vivir ofrecida con Jesús por la salvación del mundo..." (Exhort. Apost. Postsinodal Vita Consecrata, 25 de marzo de 1996) Sor Leonor, como toda monja dominica, fue una mujer que amó a Dios y le habló de la humanidad, alguien que hizo de su vida un incienso permanente que sube hasta el trono de Dios, elevando el clamor de tantos millones de personas que no pueden ni saben orar... "Es el clamor de tantos hermanos y hermanas sumergidos en el sufrimiento, en la pobreza, en la marginación. Son muchos los desplazados y los refugiados que sufren por falta de amor y esperanza, los que han sucumbido al mal y se cierran a toda luz espiritual, los que tienen el corazón lleno de amargura, víctimas de la injusticia y del poder de los más fuertes... CON SU ORACION, PENITENCIA Y VIDA ESCONDIDA, pueden hacer brotar del Corazón Divino el amor que nos une como hermanos, sosiega las pasiones y crea la comunión de los espíritus, produciendo frutos de solidaridad y de caridad evangélica... SUS FERVIENTES PLEGARIAS tienen una fuerza propiciatoria y reparadora capaz de atraer las bendiciones de Dios sobre esta humanidad sufriente." (S.S. Juan Pablo II, mensaje a las religiosas de clausura de América Latina de 1989 - L`Osservatore Romano, 31/12/89-N 53, pág. 8/85). Sor Leonor fue una mujer que amó a Dios, pero por sobre todo, se dejó amar por Él... porque Dios, encontró un corazón digno de recibir su Amor.*
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 02:19:04 +0000

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