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BIOGRAFÍA DE MANUEL CALERO Sobre el monte pelado, un calvario. Agua clara y olivos centenarios. Por las callejas hombres embozados, y en las torres veletas girando. Eternamente girando. ¡Oh, Bollullos de la Mitación pueblo perdido, en la Andalucía del cante! Manuel Calero Varilla, nació en la calle Calvo Sotelo nº 79 del pueblo sevillano y aljarafeño de Bollullos de la Mitación el día 11 de mayo de 1947, hijo del matrimonio formado por D. Enrique Calero Aliste y Dª. Manuela Varilla de la Rosa. Manuel es el mayor de cinco hermanos, luego nacerían Ricardo, Lorenza, Jaime y Dolores. Desde muy pequeño, se dio cuenta que su verdadera vocación era el cante, que le apasionaba ese mundo y todo, gracias a sus grandes dotes para ello. La primera vez que se colocó delante de un micrófono fue a los 18 años en Radio Sevilla de la Cadena Ser, fue apasionante, esa experiencia Manuel la recuerda con mucho cariño, todavía se emociona cuando recuerda aquellos hermosos momentos. Como consecuencia de su participación en Radio Sevilla, a partir de entonces, fue invitado en numerosas ocasiones en un programa que se llamó “Los Jueves Flamencos de Radio Sevilla” que con motivo de la promoción de la cultura popular, organizaba conjuntamente Radio Sevilla y la Caja de Ahorros Provincial San Fernando. Aquello era lo que necesitaba, su aparición en la radio, le motiva y a partir de aquel momento, se decide a dar el salto definitivo y empieza a cantar en su pueblo natal y en el resto de la comarca del Aljarafe con grandes aficionados en reuniones y tabernas, toma parte en un concurso de cante flamenco en San José de la Rinconada, ganando el primer premio y es allí donde es descubierto por los grandes representantes de la Opera flamenca José Ceballos y Montilla. Como todo español, le llega la hora de cumplir con los deberes militares y a los 22 años tiene que dejar durante el periodo que dura el servicio militar, aquel peregrinar de actuaciones. En el sorteo que se hace en la caja de reclutas, es destinado a la Armada, donde tiene que realizar el periodo de instrucción en el acuartelamiento de San Fernando y una vez que hace el juramento a la bandera, es destinado al Dragaminas Ter, donde como curiosidad se comentará que el comandante de la nave, era el hermano del cantante gallego Juan Pardo. Allí permaneció por espacio de dieciocho meses, dieciocho meses que para Manuel le pareció un mundo de largo, pues él, nunca había embarcado antes, y todo aquello nunca le acabó de acostumbrar, cada vez que tenía que salir a navegar, era un suplicio, ya que se mareaba con bastante asiduidad. En definitiva, que cuando le llegó la hora de licenciarse, fue una liberación, a pesar de dejar atrás una gran cantidad de amigos. Una vez finalizado su compromiso con la marina, reanuda de nuevo su carrera artística formando parte de varias tournet en compañía de añorados artistas, como Antonio “el Sevillano”, “Gordito de Triana”, Manolo Fregenal, “Rere de los Palacios” y el genial “Peluso”. Y por si fuera poco las valías que le acompañan, intrépido, arriesgado, aún joven, en la primavera-verano de 1978, se marcha a Japón donde va contratado por el empresario artístico José Antonio Pulpón., allí tiene la oportunidad de que le surjan nuevas ideas, proyectos, vivencias y experiencia futura, actuó en las principales ciudades con el cuadro flamenco “Capricho Español”. Inmediatamente después de regresar de Japón, de nuevo emprende una nueva etapa en el flamenco, cantando para bailar, haciendo giras por el extranjero, estuvo en Bruselas, allí permaneció por espacio de tres meses, actuando en el tablao flamenco “Torremolinos” de aquella ciudad. El cante que nace del grito, de la queja, del llanto y hasta de la rabia, Manuel Calero, lo ejecuta como nadie con su voz áspera, ahogada y rota, esa voz que no encanta ni complace, sino que busca ir directamente al sentimiento. El día 12 de noviembre de 1976, en la iglesia de San Martín de Tours de su localidad contrae matrimonio con su novia, la señorita de Bollullos de la Mitación, Dª. Josefa Moreno Gordillo, de dicha unión nacería sus dos hijas, Silvia y Rocío. Manuel Calero, que se distingue como un cantaor serio, muy cuidadoso en la preparación de su repertorio, en el que abarca todo clase de estilos, a partir de entonces, con su matrimonio recién estrenado toma parte de grandes concursos por toda la geografía española, obteniendo infinidad de premios, destacando entre otros los más importantes: • Primer premio de la Volaera flamenca de Loja (Granada) en su VI Edición año 1977, en los cantes por Seguiriyas y Soleas. EDICIÓN AÑO GANADO Se presenta el día 14 de noviembre de 1981 a la VI Edición del Programa Concurso de TVE Gente Joven celebrado en Torremolinos (Málaga), contó con el presentador Antolín García, y el director de la orquesta fue el famoso maestro Rafael Ibarbia. Obtuvo Diploma de Honor en la final de flamenco, por dicho motivo graba su primer LP, con el afamado guitarrista lebrijano y desgraciadamente desaparecido en accidente de tráfico Pedro Bacán. • Primer premio en el concurso Nacional de Mairena del Alcor, por Malagueñas y cantes de Levante. Cante que Manuel Calero lo dice como pocos. • Primer premio en el concurso del Yunque Flamenco en Badalona (Barcelona). • Premio en el V Concurso Nacional del Yunque Flamenco, de Santa Coloma de Gramanet celebrado en la Casa Centro Regional de Andalucía y Cataluña el día 2 de diciembre de 1989. • Segundo Premio Concurso de cante jondo "Volaera Flamenca" de Loja (Granada) en su XII Edición año 1983, en los cantes por Seguiriyas y Soleas, organizada por la Peña Cultural Flamenca “Alcazaba”y el Ayuntamiento de Loja. • Premio Concurso por Saeta de Mairena del Alcor (Sevilla). • Premio Concurso Regional de Saetas de Radiocadena en Andalucía, celebrado en Granada el 14 de abril de 1984. • Diploma por su especial colaboración en el VII Festival Nacional de Cante Flamenco en la localidad de Lo Ferro (Murcia) el día 30 de agosto de 1986. Organizado por la Peña Flamenca Melón de Oro. • 1º Premio “Cante por Caracoles” en el IX Festival Nacional de Cante Flamenco celebrado en Lo Ferro (Murcia) el día 27 de agosto de 1988, consistente en el correspondiente metálico ofertado y Trofeo Melón de Oro, consistente en un tronco con una guitarra y un melón de bronce fundido. • Primer premio en el XXV Festival Nacional del Cante de las Minas de la Unión (Murcia), en el cante por Malagueñas y Levanticas, celebrado en agosto de 1985. • Premio “Otros cantes Mineros” en el 30 Festival Nacional del Cante de la Minas de la Unión (Murcia) celebrado en agosto de 1990. • 2º Premio en el concurso de la “Saeta de Oro” de RNE celebrado en Sevilla en el año 1989. Es actualmente por sus conocimientos en los diferentes estilos de cantes y su amplio repertorio, un cantaor muy considerado por las Peñas y Organizaciones Culturales. En 1979, el Excelentísimo Ayuntamiento de Málaga en colaboración con la Peña El Bastón del famoso barrio de la Trinidad hace entrega a Manuel Calero y Manolo Mairena de la distinguida “A” de amistad que hasta el momento de dicha entrega solo era ostentada por José Luis López Murcia. En la ciudad de Córdoba junto a Perejil, representan a Sevilla con sus saetas en el Pregón de la Semana Santa de dicha ciudad que tuvo lugar en la Real Alcazaba, tanta expectación levantaron y éxito tuvieron sus cantes de saeta que un famoso crítico escribiría: Calero y Perejil Que de Sevilla llegaron No conocían a nadie Dos mil amigos dejaron. Es un destacado intérprete del cante por Saetas donde cuenta con dos discos que abarcan la mayoría de estilos más importantes. • Una oración te canté, grabado en 1982. • Hacia el Calvario Antología de la saeta, en 1988. Actualmente además de los discos de saetas, tiene en el mercado otro de flamenco que fue grabado con anterioridad como es: • Amanecer flamenco de 1982. Entre los cantaores del Zurraque que recogen en directo varias variantes de solea de Triana, se encuentra Manuel Calero, Márquez El Zapatero, Jesús Heredia, Romerito de Jerez, Chiquetete, Naranjito, Juan Carmona "El Distinguido", El Cabrero, Antonio Mairena, entre otros, tienen grabado este hermoso cante con desigual suerte. Material en manos de los buenos aficionados hay, esperemos que alguien lo saque a la luz. Dentro de la Organización de la X Bienal de Arte Flamenco del año 1998, participó junto a Jesús Heredia y Manolito Herrera a la guitarra en la Peña la Fragua, cosechando un extraordinario éxito de crítica y público. Participa con gran éxito de crítica en la Tertulia de Enseñantes “Calixto Sánchez” ubicada en Ciencias de la Educación de Sevilla, el día 30 de enero de 1998, acompañado a la guitarra por Carlos Moya. Hay que reseñar que aquel día fue un día desgraciado para la ciudad, ya que fue cuando la banda terrorista ETA asesinaría al concejal del Partido Popular Sr. Becerril y señora. En un principio, se intentó suspender dicha actuación por el motivo antes reseñado, consultado el público, se decidió el mayor homenaje que se podía dar era seguir adelante con el acto y al fin se pudo celebrar. Manuel se encontraba muy deprimido y a la vez irritado, pero a pesar de ello, se supo sobreponer y dedicó su actuación a la familia Becerril, y Dios quiso que aquella noche fuese apoteósica a nivel profesional. Manuel Calero, forma parte del elenco artístico de la Agrupación “Álvarez Quintero” que durante la última semana del mes de marzo de 1990 representaron la Obra Músico-Teatral “Los Ojos del Alba” en la Sala Primera de la Caja de Ahorros de Sevilla, del autor Alfonso Contreras que junto a Pili del Castillo se suman entre los protagonistas la recitadora Rosalía Jiménez y los actores Eugenio Serrano, Emilio Segura y Luis Márquez. Ilustra la mayor parte de la obra, relacionada con la Semana Santa sevillana y se exalta la saeta. De nuevo, junto a Pili del Castillo Manuel participa en la obra teatral “La Virgen vuelve a su barrio”, de Salvador de Quinta, en el teatro Imperial de Sevilla, donde se recrea su Semana Santa. “La Virgen vuelve a su barrio” es una comedia estructurada en dos actos que gira básicamente en torno al enfrentamiento de un capillita y un personaje llamado Salvador – el “garbanzo negro de la familia” al que no le gusta la Semana Santa. Y no podría ser de otro modo en manos de Salvador de Quinta, porque incluso la música, presente en todo momento, es uno de los ingredientes principales de la obra: sin ella no hay ambiente; el ambiente que produce el escalofrío de seis saetas cantadas en vivo por dos de sus actores: Pili del Castillo, en el papel de Esperanza y Manuel Calero, que encarna a Bernardo. Participa en la “Exaltación de la saeta” organizada por la Fundación Antonio Mairena, en colaboración con Canal Sur TV, El Corte Inglés y ABC de Sevilla, dicho acto se celebró en honor de la Hermandad de la Amargura con motivo del III centenario de su fundación, siendo el escritor, poeta y colaborador de ABC Aurelio Verde, quien pronunció el pregón de la Exaltación de la Saeta, y Jesús Martínez Moreno que estuvo a cargo de la presentación del acto. La Iglesia de San Juan de la Palma, donde se radica la Hermandad, se vio abarrotada de público que vivió intensos momentos merced a las voces de los cantaores y se sumergieron en un bello preludio de la Semana Santa. El orden en que intervinieron fueron: Macarena Giraldez, La Nazarena de Marchena, Pili del Castillo, Mercedes Cubero, Carmen Linares Manuel Calero, José el de la Tomasa y Manuel Mairena. Manuel Calero, era debutante en esta clase de actos, pero no defraudó, al igual que los demás artista estuvo a la altura del contexto e hizo hincapié en el contenido flamenco de este estilo. Su cante por seguiriyas no precisaba adornos de ningún tipo para tocar la sensibilidad del público asistente. En la Semana Santa del año 1996, el Ayuntamiento de Sevilla, siendo alcaldesa la señora Becerril, y Jaime Bretón concejal hispalense delegado de Fiestas Mayores, partió la idea de que durante los días de la semana, diferentes cantaores interpretaran una saeta desde los palcos del Ayuntamiento. Fueron: Pepe Perejil, Pili del Castillo, Manuel Calero y Macarena Giráldez los elegidos e interpretaron de domingo a jueves, cada día a una imagen ya elegida con anterioridad. Además ha participado como artista invitado en varias ocasiones en espacios de la TV andaluza Canal Sur como: “La Venta del Duende”, cuyo presentadores son José Luis Montoya y Eulogio Serrano y en la “Puerta del Cante”. Como saetero ha sido contratado por hermandades de penitencia de casi toda la provincia de Sevilla, y en Sevilla capital ha tenido el honor de cantarle a la Macarena, Buen Fin, Merced del Cerro del Águila. Ha participado en infinidad de pregones de las Fiestas del Verdeo del Aljarafe que se celebra en su pueblo natal desde hace ya bastantes años. Como dato significativo, recuerda con especial cariño el primer año en que participó junto a los Romeros de la Puebla. Se celebraba el “VI Pregón”. Se celebró en el cine de verano San Fernando, y la reina de ese año fue la señorita María del Carmen Fernández Sánchez, de la vecina localidad de Gines. Fue su mantenedor el poeta y académico, D. Daniel Pineda Novo. Tras la presentación realizada de forma magistral por el poeta local Francisco Varilla, subió al estrado el pregonero de ese año D. Daniel Pineda, que comenzó su poética disertación haciendo un maravilloso canto del Aljarafe. Y como finalización del pregón, una singular nota de cante grande, de cante jondo, la puso en el aire templado de la noche la voz grave y profunda de Manuel Calero, que se arrancó por seguiriyas y soleares, consiguiendo fuertes abrazos. De los muchos actos de Exaltación al Jueves Santo en que ha participado en Bollullos de la Mitación, el último en que estuvo presente fue, el día 10 de marzo de 2002, celebración de su IX Edición y organizado por la Ilustre y Fervorosa Hermandad del Gran Poder y María Santísima de la Merced, donde la saeta corrió a su cargo. En Sanlúcar la Mayor participó en el Festival del Cante dedicado al Flamenco, el día 8 de febrero de 2002 celebrado en la Casa de la Cultura junto a los artistas: Lolita Valderrama, Plácido González, Rufo de Santiponce, Juan Góngora, El Mantero, Manuel Reyes, Eulogio Vargas, el Niño de Sanlúcar, entre otros. En Mairena del Alcor, tras el paréntesis del año 2003, participó en la Exaltación de la Saeta que volvió a celebrarse el jueves 23-Marzo- 2004 en la iglesia parroquial de La Asunción. Para esta cuarta edición de la cita, la Delegación de Cultura y Fiestas Mayores del Consistorio eligió un cartel formado por Manuel Calero, Antonio Ortega "hijo", Manuel Castulo, Virtudes Jiménez, y Pili del Cartillo. El canto de exaltación a la saeta fue pronunciado por Antonio Reyes Peña, que con motivo de cumplirse este año el vigésimo tras la muerte de Antonio Mairena, rastreó el legado del maestro como interprete e investigador de cantes por este palo. En el transcurso del acto la Banda Municipal mairenera interpretó varias marchas de entre su extenso repertorio. El presentador fue Antonio Bonilla Marín. Dentro de las actividades programadas en la Bienal de Flamenco con motivo del 25 aniversario, se organizó en tiempo de Semana Santa del 4 al 11 de abril actuaciones de saeteros y saeteras en todas las Hermandades de Sevilla. El programa Saeta, pues, se enmarcó dentro de los actos conmemorativos del aniversario. Se desarrolló gracias a la colaboración de la Obra Social de Caja San Fernando. El Ciclo cuenta además de Manuel Calero con un gran elenco de cantaores como: Tina Pavón, Mercedes Cubero, Rocío Díaz, Macarena Giráldez, Pili del Castillo, Rocío Segura, Marcelo Sousa, Jesús Heredia, Manuel Calero, Kiki de Castilblanco, Raúl Montesinos, Rufo de Santiponce, Antonio Ortega, Itoly de los Palacios, Paco Taranto, José de la Tomasa, Fernando Terremoto y Carmen de la Jara D. Daniel Pineda Novo, de las Reales Academias de Sevilla, Córdoba, Cádiz y Málaga, con motivo de su último trabajo discográfico, escribiría: Manuel Calero se encuentra en un excelente momento de inspiración flamenca, lo que le ha llevado a grabar este nuevo disco, donde vuelca toda su sabiduría cantaora… Manuel Calero es el cantaor significativo del Aljarafe, el cantaor de la tradición, el cantaor cabal que va por derecho y lo demuestra, valientemente “EN LAS ENTRAÑAS DEL CANTE”, un disco completo, de gran calidad artística, en el que Manolo se atreve con los palos esenciales del flamenco: Cantes Libres y Cantes a Compás, compás y ritmo en una voz de hondos matices y de un rajo especial. Comienza Manolo a cantar por romeras: Por Dios, Rafael Alberti, en homenaje al flamenquísimo poeta del Puerto de Santa María, en el centenario de su nacimiento… La vos de Calero, limpia, clara, fuerte, canta con deleite a ese marinero en tierra, a ese mayoral del mar… Después interpreta una dolida historia de amor, por milongas; Árbol caído; letra con gancho popular que cuenta los amores intensos de un hombre y una mujer de la vida… Hay mucho sentimiento, Manuel canta desde abajo, con la voz natural, meciendo el cante, como hacía Marchena en este palo, aunque Calero le da un toque personal. Además, el cantaor rinde homenaje a su tío Curro Varilla, autor de la letra. Y sigue Manolo meciendo el cante en unas melódicas guajiras: “Cañas de hiel anciana”, de Rafael Arjona, engrandeciéndolo con su gran personalidad. Notas dulces, amables, de honda sensibilidad, y de este ritmo intenso, que te envuelve y te incita a bailar… ¡Calero es los cantes de ida i vuelta…! El fandango es un palo fuerte en su repertorio; con magisterio canta “El mundo la despreciaba”, fandangos naturales, escritos por él, basándose en el estilo antiguo que en Coria del Río recató Joaquín González Ramírez, “El Pato” (1937-1981), malogrado cantaor al que Calero siguió desde niño y ahora lo recuerda con su sello personal… Y, con arrojo, se adentra en ese cante que para algunos tiene “mal fario”, por eso no se atreven a cantarlo: Las peteneras, que engrandeció la irrepetible Pastora Pavón, y Calero se moja aquí; sube la voz –limpia y fuerte- y la mece, y con estilo clásico recuerda a la Niña de los Peines – con letra de Curro Varilla-, en un soberbio “Llanto por Pastora”, con pausa, con sentimiento, con dominio… Vocalizando y derrochando arte. Como artista de Aljarafe, no olvida los cantes de este zona geográfica, y se arranca por barberas: “Con el aire del columpio”, derrochando compás y una voz limpia, que él eleva en los tercios, con rítmica musicalidad flamenca. Ahora la hace un guiño a Concha La Petenera para recrearse a su estilo de malagueñas: “Quisiera ser un suspiro”, con remate por verdial. Perfecta la malagueña, con la voz valiente, arriba, para conseguir el perfecto remate, ligando el cante, como hace un buen profesional. Y, como Silverio Franconetti, Manuel Calero se adentra en el Barrio de Triana para embriagarse del misterio antiguo de sus cantes y, “En el oro de la fragua”, rinde homenaje a la cantaora Rosalía de Triana, recatando, con marcado compás trianero, sus viejos tangos, en la línea de Rafael Ramos, El Gloria (1893-1945); y con una perfecta salida interpretada “Porque tiene capital”, unos fandangos de su propia cosecha, y en donde Calero se moja como siempre dándole un son muy bravío… Se nota que canta por derecho, como los buenos profesionales. Nos pellizca el alma con los tientos “Por amargarme la vía”, de José Carrasco –el impulsor de José Domínguez, El Cabrero-. Cante puro y duro, que nos llega a los adentros. Otro palo difícil, con el que también pocos de atreven, es la soleá apolá y Calero se la dice con temple, como el buen torero en la plaza; la letra, que es suya, es muy significativa; “Antes de empezar los cantes/el temple es fundamental;/ el que no sabe de temple/ tampoco sabe cantá¡ Cante propio, con un compás medido, exacto… La soleá apolá a ritmo, pocos la han cantado… Y redondea Manuel el disco con liviana, serrana y cabales: “Manojito de estrellitas”, rescatando ese viejo cante por serranas que hacían los míticos cantaores, rematando con la cabal. Tras este magnífico trabajo, llagamos a la conclusión de que Manuel Calero es un excelente cantaor, largo y ortodoxo, dominador del verdadero Cante, dueño del ritmo y del compás, con una voz poderosa y limpia, una modulación exacta y un perfecto conocimiento de los cantes que interpreta. Afirman los entendidos que el cante para bailar es el bachillerato de los buenos cantaores ortodoxos, y en este disco se nota que Manuel Calero tiene ese bachillerato magníficamente aprendido. También debemos destacar la flamenquísima guitarra Manuel Herrera (San José de la Rinconada), con un toque castizo, limpio y tradicional, así como la percusión de palmas a compás que brillan es este trabajo. La presentación oficial del disco, tuvo lugar en el marco incomparable de la Escuela de Magisterio de Sevilla el día 14 de mayo de 2004. El ARTISTA Y LA CRÍTICA Como consecuencia de la grabación de dicho disco de saetas, en el Correo de Andalucía del día 22 de febrero de 1989, M. B. escribiría: Cuando la Semana Santa se acerca, aparecen como por arte de magia los sufridos saeteros, y buscan amparo en un cante tan difícil y a la vez tan ingrato como es la saeta. Cada vez son menos los cantaores de flamenco que se suben a un balcón para cantarla, entre otras cosas porque está muy mal pagada y se expone mucho para recoger tan poco. Otra cosa es el saetero espontáneo que entona su estilo desde el bullicio de la calle, costumbre en desuso que seguramente acabará desapareciendo. Uno de los cantaores se llama Manuel Calero y nació hace unos cuarenta años en Bollullos de la Mitación, en pleno corazón del Aljarafe. Su fama como saetero no es extraordinariamente importante, pero cuando llega la Semana Santa apenas sí se ve por Bollullos. De voz perfectamente amoldable, posee, posee en cambios unos conocimientos envidiables sobre la saeta, como lo demuestra en “Hacia el Calvario”, su último disco, un trabajo de “Ediciones Senador” que merece todos los elogios habidos y por haber. Destacan en este trabajo de reciente salida al mercado las saetas denominadas “Maireneras”, matices inconfundibles que forjaron marineros tan célebres como M. “el Viejo” o Harnerito, interpretadas hoy magistralmente por muchos y buenos aficionados que posee tan flamenco lugar. De buen corte, aunque de menos profundidad que las reseñadas anteriormente, son las que denominan por martinete y por seguiriyas, donde la influencia de Manuel Torres, Centeno, el Gloria y Antonio Mairena es más que evidente. Por último, consideramos de gran originalidad la saeta por sentencia, romanceada, de melodía algo monótona pero un trabajo serio. D. Daniel Pineda Novo catedrático de las Reales Academias de Sevilla, Córdoba y Málaga diría de Manuel Calero: “El fervor, la fe de Sevilla, se manifiesta cada Semana Santa, a la luz del sol o en la madrugada sublime, en ese piropo de unción desgarradora que es la saeta, llanto y oración, sentimiento y dramatismo, inmensa comunicación y profunda intimidad… La saeta, el cante más difícil que existe en la baraja cantaora, ya que su intérprete debe dominar todos los estilos del flamenco para manifestarla, junto con unas imprescindibles facultades de voz, tiene hoy en el admirable cantaor del Aljarafe Manuel Calero su máximo representante, que está creando, innovando, en este cante flamenco, al que presta su gran estilo. Calero, voz y sentimiento, en estas 10 saetas: Esperanza y Macarena por carceleras; A la Virgen de los Gitanos de Utrera por seguiriyas; Reina de Coria del Río por seguiriyas y cambio de Martinete; A la Virgen del Refugio por mairenera; Pedro te negó dos veces por carceleras; El Cachorro por el puente por Seguiriyas; Sentencia de muerte por sentencia; Hacia el Calvario por mairenera; A la Virgen de la Encarnación por carceleras; Rosario de Montesino por carceleras, nos ofrece una variedad de estilos inimitables, ya que ha tenido la paciencia de rebuscar en los viejos cantes de mayor sentimiento y profundidad, como en las carceleras, las saetas viejas por sentencia, las saetas por seguiriyas con cambios por martinete o en las saetas de Mairena, que él ha escuchado de los buenos aficionados de las tierras de los Alcores… Y nos ofrece el cante del amor y de la pena en estas saetas impresionantes, inolvidables, antológicas, en las que la voz de Manuel Calero parece que va a romperse en cualquier tercio en forma de cristales de música y de gotas de sangre compasiva… Manuel Calero, de excepcionales dotes para el flamenco, dominador de todos los estilos, nos brinda sus saetas con esa difícil facilidad cantaora: con voz limpia, los temas bien vocalizados y la angustiosa razón que le sale del alma en una especie de lamento a voces… Porque todo en su obra antológica es voz, sentimiento, pellizco y madera… Y sudores, que le la costado cada una de sus grabaciones, porque Manuel Calero ha recreado la saeta más difícil, con ritmo y melodía, con dulzura y profundidad, poniéndole, como el buen torero en la plaza, solo ante la saeta: únicamente le acompañan su voz, sus innatas cualidades y su corazón… Calero está en la raíz del cante… ¡Saetas de Manuel Calero…! ¡Saetas de gran impacto!, porque en ellas todo es difícil: las líricas subidas, los valientes tercios, las artísticas recreaciones… Y todo matizado por ese estilo personal que Manuel Calero sabe imponer a sus cantes… Carceleras, sentencias, maireneras, seguiriyas con cambios por martinete… He aquí la obra de un creador, de un auténtico profesional del flamenco, de un excelente saetero, inmenso en esa línea intemporal que abarca desde Manuel Torre hasta Manuel Mairena, pasando por Manuel Centeno, Manuel Vallejo, El Niño Gloria, Antonio Mairena …y Manuel Calero”. José Antonio Blázquez, en el diario ABC, el día 17 de marzo de 1989, escribiría: Pineda Novo define así a Manuel Calero: “De excepcionales dotes para el flamenco, dominador de todos los etilos, nos brinda sus saetas con la difícil facilidad cantaora, con voz limpia, los temas bien vocalizados y la angustiosa razón le sale del alma en una especie de lamentos a voces…Porque todo en esta obra antológica es voz, sentimiento, pellizco y madera”. Más adelante en la contraportada del disco titulado “Hacia el Calvario”, Pineda Novo se pronuncia de manera radical. “Calero está en la raíz del cante”. En el disco Manuel Calero recrea a su forma la saeta por carceleras, la seguiriya con cambio a martinete, la mairenera primitiva y un tema poco conocido que él define saeta por sentencia. Lo escucho hablar de su producción saetera “Ya sabemos que se discute el término carcelera como si esta forma cantaora no encontrara otra base que las de las plegarias que se hacía entre rejas, cuando las imágenes desfilaban entre cárceles o presidios. Existe un cante que hacía Juan Talega, sobre la base del martinete en el que se substancia esta fórmula saetera. De ahí bebieron Luis Cabrera y Nati Garrido. Yo he hecho, o he pretendido hacer de todo eso, un compendio porque he ido a beber en las fuentes de lo puro, cante, sin tropezar, por supuesto, pero incorporando giros que, sin alejarse demasiado de la ruta cantaora, no sigue con absoluto rigor las normas de los Cruz, de los Mairena…”la saeta mairenera –define el cantaor- es una forma de seguiriya con el aire que le dan los aficionados del Alcor. Y le planteo, cómo no, lo de la saeta por sentencia. “Esto es muy antiguo. Salmodia o rezo. Yo he tratado de armonizarla después de haber indagado en lo que originalmente se denominaban cuarteleras de Puente Genil. Digo que he tratado de armonizarlas, que es una forma de decir, a mi forma, flamencamente un cante que estaba totalmente perdido. En mi disco “Hacia el Calvario” hay más dedicación, más estudio, más entrega, que la que pueda aportar mi propia condición de cantaor. La saeta tiene muy diversos caminos, muy distintas facetas. Yo no he tratado más que ser o de practicar una especie de notaría para demostrar que conozco ese cante bellísimo a través de sus muy diversas vertientes expresivas.” Dejamos la saeta. Y Manuel Calero se me define como voz que se encuentra a la misma distancia de los cantes o compás –“en la soleá me hallo a gusto”- y en lo que se denominan estilos libres como la malagueña y la taranta. “En la saeta, claro, El Gloria, y Antonio y Manolo Mairena. En otros palos, pues todos los grandes. No soy un fanático de éste o aquél. Y por esa línea tengo que hablarte de Pastora, de Tomás, de Manuel Torre, de Caracol y de Marchena, que, aunque ahora lo nombren poco, fue un monstruo. D. Eduardo Rojas, crítico de flamenco escribiría sobre Manuel Calero “Monumento a Manolo Calero” “Toda la profunda ciencia andaluza es esta de valorar las cosas todas y poner cada cosa en su sitio” José María Pemán. Antes de subir el telón de la Peña Flamenca de Huelva, en aquellos socios que no habían escuchao a Manolo Calero, cundían las lógicas dudas acerca de sus dotes artísticas o facultades. Al finalizar su actuación, después de dos horas largas de superior cante, hemos de subrayar que puso el auditorio de pie y metió a los aficionados en el bolsillo en cuatro o cinco palos de esa decena de cantes grandes de su amplio repertorio. De salida, la propia frialdad de un debutante en plaza, fue motivo para verle algo indeciso, pero enseguida los aplausos y los comentarios se dispararon diversos y unánimes. El toque de Manolo Herrera, joven promesa del flamenco, fue asimismo vehículo sublime que llevaron los cantes a las más altas cimas, ganándose también los mejores aplausos de los oyentes. “Y la guitarra, una vez instrumento y otra compañera del tocaor, lloró por cosas lejanas, como llora el viento, como llora el agua…” Casi todos los buenos aficionados se pronunciaron favorablemente (ellos saben que las grandes faenas se construyen de menos a más), por ello, en lo determinante, el análisis fue estimativo “además de tener una gran voz, el cantaor que hace el flamenco puro como Manolo, no tiene nada que ver con los que sólo buscan el aplauso sin sentirse ni dolerse ellos mismos…” Este preámbulo de opinión ajena, viene al pelo de esos ecos profundos y extraordinarios que posee y escuchamos en este cantaor, al meterse de verdad en la hondura de los cantes y poderle con portentosas facultades a varios remates, que hubo de llevar a lo más alto cuando ya parecía que su voz estaba a punto de perecer en aquellos falsetes y pausas del tercio correspondiente. Sin que demos orden secuencial a su repertorio, y nos atengamos personalmente a lo que más nos gustó (aunque quizá no sea lo mejor que hizo), diremos que nos conmovió el prodigio de su seguiriya, en la que plasmó con voz doliente todo el sentimentalismo que el verso flamenco conlleva. A los que faltaron al recital, cabría decirle, “que su voluntad eligió para morirse una noche sin estrellas en la que era muy hermoso no pensar ni querer”. Tampoco nosotros podemos dejar de pensar en esta Huelva flamenca, lejana y sola… Los espectadores aplaudieron con frenesí al llegarles muy adentro, y compartir con el cantaor, toda su angustia de un tercio patricio de la soleá (soleá grande de Triana), o la sensibilidad y la jonda pena que se escapa en los ¡ays! dolorosos de una monumental seguiriya, la majestuosidad de la malagueña, los tarantos hirientes, javeras, rondeñas, romanas, guajiras, tangos y jaleo al compás libre del Porra, livianas, serranas, fandangos naturales, hasta llegar al final con unos martinetes “a capela”, que se fundieron en la eternidad de los aplausos… Es muy fácil, y por otro lado, muy difícil, hablar de este hombre. Fácil por su manera de ser, Manuel, es una persona tranquila, afable, amante de la familia, sus amigos y las cosas sencillas; capaz de compaginar todo ello, se formó en el colegio del pueblo donde le enseñaron a valorar las cosas pequeñas, a tratar por igual a las personas. Esta idea, Manuel la ha trasladado a su trabajo y la experiencia de la vida le ha hecho ver que todas esas enseñanzas le han servido para hacerlo bien. Manuel, es un artista enamorado de su profesión, es un artista que siempre que se sube a un escenario consigue lograr un gran sentido de la estética, ser artista es un mundo, una forma de vivir, en esta profesión la humildad debe primar por encima de todo porque puedes pasar de cien a cero en un minuto. El cante es su vida y con ello al final, todo se traduce en equilibrio, sentimiento y compenetración. Difícil porque por mucho que yo diga, nunca podré descubrir con acierto lo que su carisma conlleva. Ha hecho casi todo su trabajo profesional en los tablaos, con salidas a teatros, festivales, peñas flamencas y otros escenarios. Tanto en las actuaciones personales como en sus grabaciones, Manuel Calero, muestra una clara tendencia a cultivar el cante. Precisamente donde este cantaor brilla a mayor altura es en lo más difícil: el cante jondo. Manuel Calero, es un cataor que siente pasión por lo jondo. Gran conocedor de los diferentes palos hace que el eco de voz rancia aflore en los distintos escenarios donde actúa y sale a relucir la esencia del cante. Manuel aporta al flamenco su forma distinta de cantar, su voz diferente y su gran personalidad. Su trayectoria artística es muy extensa, siempre lo hace con dignidad, honradez, sabiduría y arte. Manuel sólo necesita sobre el escenario, una silla y una guitarra, es un cantaor muy completo, así es Manuel Calero: Garganta de libro antiguo, un artista, un orgullo para Bollullos de la Mitación. Manolo es un artista que vive por y para el flamenco. Amigo de sus amigos y una voz que pasará a la pequeña historia de su pueblo. Romualdo Cedillo López. PROFETA EN SU TIERRA Ha tenido que pasar mucho tiempo, para que por fin, Manuel Calero, haya tenido el reconocimiento de sus paisanos. La Corporación Municipal, a través de su Delegación del Cultura, desde el año 2002, viene organizando en la casa de la cultura la Reunión de Cante Flamenco “Manuel Calero”, donde hasta el momento se han celebrado dos ediciones. En ésta su Primera Edición participó como conferenciante D. Daniel Pineda Novo siendo presentado por D. Fernando Rodríguez. Al cante acompañaron a Manuel Calero, José Larrondo y Marcelo Sousa todos ellos acompañados a la guitarra por Antonio Carmona. Y en su Segunda Edición, acompañó a Manuel Calero el conferenciante, D. Manuel Serejón: “Historia del cante Flamenco”, siendo de nuevo presentado por D. Fernando Rodríguez. Al cante: José Larrondo y Eustaquio Mora “El Tirito”, siendo acompañados a la guitarra por Niño Fraile y Juan Barrera. Y al baile: Cuadro Flamenco de Alonso Pavón.
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 09:25:34 +0000

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