BYE MICHELLE…BYE!-----------------------y me la soltó sin compasión, sin importarle absolutamente nada lo que sintiera el corazón… ¡Hasta aquà llegó Michelle!- me dijo con frÃa voz…como de ultratumba…hiriente…como vengativa… ¡Jamás tendrás nuevamente a Michelle! -Dijo esto mirándose al espejo… Y cada palabra que decÃa era como un puñal que me destrozaba las entrañas, que removÃa con singular maldad hacia un lado y hacia el otro, para causar el mayor daño… Por un momento pensé que gozaba al torturarme con su soliloquio, pero la realidad era que me ignoraba, pues con el espejo hablaba… Por lo cual la encaré: ¿Qué dices, de qué hablas Michelle? Tal pareciera que la pregunta encendió un barril de pólvora seca, pues volteó y me fulminó con su verde mirada, a la vez que decÃa con furia contenida palabras que apenas se entendÃan…hasta aquà llegó Michelle… hasta aquà llegó Michelle… E inició la despedida, lentamente, minuto por minuto, hora por hora…y desde el lunes pasado que se echó su morral al hombro e inició la largada, le he visto difuminarse dÃa a dÃa… Y la dejé partir…morir… Yo se que en dos semanas ella ya no existirá, habrá sido una presencia más que acompañó mi hastÃo, colores vivos y muertos que iluminaron mi vida, primaveras y ocasos de mis dÃas… Bye Michelle, Bye… ¡contigo fui feliz! Diste colores hermosos a mi vida gris, Bye Michelle, Bye…contigo reÃ, soñé, sentÃ… Te dije verdades, jamás te mentÃ, Que tú has sido el amor -¡que jamás vivÃ! ¿Pero quién es Michelle? -los que conocen a mi esposa saben que se llama Marythel, pues bien… Un dÃa de tantos de esos que descansan en la gaveta del pasado, llegó la susodicha del trabajo, despotricando -¡lanzando rayos y centellas a diestra y siniestra! Entonces me atrapó con su mirada, y no me soltaba, solo bufaba pero nada decÃa…entonces, después de unos segundos que parecieron eternos, arguyó: ya no me llames Marythel…ahora dime Michelle… A lo cual pensé -¿Qué se trae esta vieja? ¿A qué está jugando? Al ver yo el rictus de total derrota en su rostro, al ver que no era juego, le pregunté: ¿Por qué debo decirte Michelle? -¿Qué no estás viendo? – me contesto; chicas llantotas que tengo -¡parezco una llanta Michelin! Y desde ese momento mi esposa dejo de llamarse Marythel, obedeciendo solo al nombre de Michelle… ¡y ella fue feliz comiendo lo que querÃa! ¡Sin medida! ¡Ni horario! ¡Y la llantota crecÃa, crecÃa y crecÃa! Pero…sucede que en dÃas pasados fue invitada a una boda, y ¡oh sorpresa! ¡Llenaba el vestido de más!- según ella… ¿Cuál era la solución para verse radiante y más bonita que la novia? -matar a Michelle… ¡NOOOOOOO! Grite de inmediato, ¡con Michelle yo soy feliz! De nada valieron mis suplicas, Michelle debÃa morir… Empezó a morir Michelle bajo una dieta rigurosa de atún, ensaladas, y agua; y después de tres dÃas Michelle va perdiendo fuerza a un ritmo acelerado, Marythel empieza a emerger… ¡Tan feliz que yo era con la Michelle! ¡Era graciosa! ¡Pero comÃa más que yo! Yo sé que cuando la Marythel esté completamente en casa, me sorprenderá mirando dubitativamente por la ventana, entonces me preguntará -¿en qué piensas? ¡En nada! - le responderé, pero tú y yo sabemos, que estaré pensando en el amor que se fue… Bye Michelle…
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 00:19:55 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015