Balzac y su Musa Entre nubes y trigales,a unos veinte kilómetros - TopicsExpress



          

Balzac y su Musa Entre nubes y trigales,a unos veinte kilómetros al este de París,el pueblo de Villeparisis exhibía su tranquilo tedio. Taciturno,el joven Honoré Balssa rumiaba su decepción y buscaba evadirse escribiendo.Dos años antes,en 1819, cuando era ayudante de escribanía, había escandalizado a su familia declarando su deseo de ser escritor. Luego de gritos, escenas y súplicas,consiguió ir a París,pobremente mantenido por los suyos, a intentar fortuna. Pero su padre, poco convencido, había limitado el ensayo a dos años. Con la cabeza gacha debió volver a la casa familiar de Villaparisis. En la casa vecina vivía madame Berny con sus dos hijas mayores y dos hijos pequeños. Pronto entablaron conversación y las visitas a los Berny se hicieron frecuentes. Honoré se mostraba encantador,pero,en realidad, sólo tenía ojos para madame de Berny. Le seducían su dulzura, su resplandeciente belleza. Veía en ella a la mujer de sus sueños. No osaba develar el sentimiento que se insinuaba en él por temor a un rechazo y,para poder estar cerca de madame de Berny con más frecuencia,le propuso dar lecciones de francés a uno de sus hijos. Madame de Berny aceptó. A medida que pasaba el tiempo, Honoré se enamoraba más y más. Laure de Berny tenía cuarenta y cinco años. A ella le parecía imposible que él la amara. Sin embargo, cada vez a menudo se sorprendía soñando con tener veinte años menos. ¡Era tan grato leer una vez más el amor en los ojos de un joven! Entonces sus sonrisas se hacían más tiernas, su mirada más dulce, y Honoré leía casi una invitación. Ella aceptaba que le apretara la mano, a veces le acariciaba la mejilla con la punta de los dedos. Luego se dominaba, se decía que sería una locura ceder al impulso de un instante, que podía enamorarse de Honoré y sufrir cuando él partiera. Entonces su actitud era de rechazo, él se desesperaba. Una tarde pesada y calurosa, a la hora en que se acumulan las nubes precursoras de tormenta, Honoré fue a golpear a la puerta de madame de Berny. Hacía dos días que no la veía y temía que estuviese enferma. La halló sola. No bien entró, él notó la melancolía que empañaba su rostro. Ella tuvo una sonrisa un poco triste: sólo la cansaba el peso de los años y el miedo a los que vendrían trayéndole la soledad. En un impulso la estrechó en sus brazos, ella lo dejó hacer y no apartó su boca cuando él posó los labios sobre los suyos. Luego lo tomó de la mano y lo condujo hacia la escalera. Los dedos de Honoré temblaban cuando hizo deslizar el vestido de Laure y cuando la levantó para tenderla en la cama. Su abrazo tierno y apasionado le dio una plenitud de felicidad tan intensa que lo aturdió. Convinieron en encontrarse en secreto. Por la noche, cuando los suyos dormían, Honoré se deslizaba a la casa de Laure, que dejaba la puerta abierta. Luego él regresaba antes del alba. Él se confiaba a Laure. Le contaba sus esperanzas, sus proyectos literarios. Pese a las precauciones tomadas, su relación fue descubierta. La hija de Laure los sorprendió una noche. En la casa de Laure el ambiente era de guerra. Sus hijas se indignaban por la relación y la tensión se hacía insoportable. Honoré, intimado a abandonar la casa paterna o a no ver más a Laure, eligió partir. Laure lo aprobó: sería imposible mantener relaciones armoniosas en ese ambiente hostil. Ella poseía en París un pequeño apartamento e iría a verle con frecuencia. Honoré se instaló en una habitación de la calle de Tournon, cerca del jardín de Luxemburgo. Laure iba a verle regularmente. Con una parte de dinero prestado por Laure y otra cedida por sus padres, Honoré compró una imprenta y acometió una edición de Molière. Pero carecía de talento para los negocios y terminó vendiendo la imprenta a un primo,a bajo precio, y su saldo fue una importante pérdida. Honoré alquiló un primer piso en la calle Cassini, cerca de la iglesia de San Sulpicio, cuyas paredes tapizó con una bonita tela. Según él, para ser considerado en París, bastaba con aparentar una posición deshogada. La apariencia de la fortuna atraía la fortuna. El apartamento de la calle Cassini marcaba el abandono de los folletines populares.Sintió deseos de indagar acerca de la suerte de los que la Revolución había aplastado: los chuanes. Decidió pues visitar el lugar de los acontecimientos y,cosa que hasta entonces ningún novelista había intentado, emprendió una encuesta en los pueblos, interrogando a los sobrevivientes de la masacre, bebiendo con los campesinos, impregnándose del espíritu chuán y de la atmósfera de la Vendée. De regreso a París se puso a escribir. Cuando el libro estuvo terminado, eligió firmarlo con un apellido precedido de la partícula de: Honoré de Balzac. Luego escribió un librito que causó escándalo por su audacia: La fisiología del matrimonio. Juzgada muy escabrosa, la obra hizo conocer a su autor. Cuando empezaba a hablarse de él, Honoré, en un viaje a Turena, conoció a la duquesa de Abrantes, ex gloria del Imperio y ahora en la miseria. La duquesa evocó a Napoleón, y Honoré quedó deslumbrado. Honoré le sugirió escribir sus Memorias, asegurándole que él la ayudaría. La duquesa aceptó. Laure palideció al enterarse.Los celos la enloquecieron.Desesperada le suplicó a Honoré que pusiera fin a esa relación. Sus relaciones con la duquesa de Abrantes así como su libro escandaloso le valieron ser invitado a los salones parisinos. Conoció a madame de Récamier, a Marceline Desbordes Valmore, a Próspero Merinee, a Delacroix. Honoré quiso escribir una novela que expresara la desesperanza del paso del tiempo que atormentaba tanto a Laure. Cada momento vivido se restaba de lo que quedaba por vivir, y vivir la vida era también perderla. La piel de zapa tradujo fantásticamente esa verdad. El libro tuvo éxito. Después de esto se puso a escribir lo que sería La comedia humana. Trabajaba día y noche.Laure continuaba guiándolo y aconsejándolo. Era su primera lectora, y la más importante. Honoré,ahora autor de moda,era perseguido por las mujeres hermosas. Laure sabía que él siempre volvería a ella,pero sufría con cada escapada de Honoré. Conoció la tortura de los celos más agudos cuando Honoré se enamoró de madame de Castries,paralizada como consecuencia de una caída de caballo. La acompañaba a Aix, a Saboya, convirtiéndose en su devoto servidor. Ella se burlaba de él,prometiendo siempre, no cumpliendo nunca,hasta que al fin se enojó. A su regreso, Laure le abrió los brazos y calmó las heridas. El se vengó escribiendo La duquesa de Langlais, transposición novelesca de su aventura. En febrero de 1832, llegó la carta de una desconocida,una admiradora polaca: Eva Hanska. Laure se acercaba a los sesenta años.La mala suerte se abatía sobre los Berny: la mayor de las hijas había muerto,la otra había enloquecido. Laure presentía que Honoré quería irse. No lo retendría por la fuerza,las lágrimas o las súplicas; su último obsequio de amante sería renunciar a él. Siguieron llegando cartas de la polaca Eva Hanska. Pronto Honoré no pudo más, partió a Ginebra y a Viena a fin de conocer a Eva,empeñando alegremente su platería para pagar los gastos del viaje. Despues de partir él, Laure cayó enferma. A su regreso, Honoré se asustó por el estado de Laure, delgada, demacrada, representando de pronto veinte años más. Lo asaltaron los remordimientos. Estaba locamente enamorado de Eva Hanska,pero seguía encariñado con Laure y habría deseado no hacerla sufrir. En su Comedia Humana se había propuesto describir la realidad de los caracteres.Quiso inmortalizar a Laure y,siempre en pos del realismo, mostrar al ángel que ella había sido. Madame de Mortsauf sería Laure, una mujer dulce, sensible, casi santa, que sin embargo deploraría no haber aprovechado las felicidades de la vida. El título se le ocurrió naturalmente al contemplar su palidez El lirio del valle. Eva continuaba obsesionándolo.En 1836 partió a unirse con ella en Italia. Allí se enteró de la muerte de Laure. Su dolor fue inmenso. Laure acababa de inflinglirle la única pena que le causara jamás. Con ella moría la juventud de Honoré; él nunca se consolaría totalmente. Laure lo había creado. Honoré ignoraba todavía que Eva Hanska lo destruiría. “La piel de zapa” youtube/watch?v=TGxSgCfublE 1960,10 minutos,Croacia DIRECTOR Vlado Kristl e Ivo Vrbanic GUIÓN Tomislav Butorac y Dragutin Vunak (Basado en la obra de Honoré de Balzac) MÚSICA Miljenko Prohaska
Posted on: Sun, 04 Aug 2013 16:05:41 +0000

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