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Buenas noches: comparto con ustedes refleiones sobre " La Manzana". Es, atractiva, delicada, impetuosa, novelesca, fantasmagórica, sensual, poética sana y eterna, son sólo algunos de los infinitos adjetivos y cualidades que se le han atribuido describen a la manzana. Representan todo: símbolo y concepto, fondo y forma, como parte fundamental de la historia de la humanidad, de su cultura, folklore y por supuesto de su alimentación El origen de la manzana se remonta al Paraíso, pero… ¿a cuál? Intentaremos descifrarlo juntos. Sin duda es uno de los primeros frutos que recolectó el hombre, por lo tanto quizá también sea un alimento original. Posee todos los tamaños, pero su piel siempre es lozana y su sabor varía según la especie a la pertenece y de igual manera, según su color. La manzana encarna una expresión de vida, de amor, de discordia y libertad; en síntesis, es común denominador de todos los sentimientos del hombre y de la mujer. La manzana, todo un paraíso mordido, Nirvana subyugante, desobediencia humana, Edén creativo y al propio tiempo destructible. Una lucha permanente del hombre por ser; simbolizando caminos, ideales, civilizaciones y culturas. Inmensa galería que nos conduce al Génesis. Y tarea permanente de la conciencia humana, a la que nos vemos sometidos todos aquellos que anhelamos trascender en la apasionada lucha por aportar algo a la construcción de una Utopía o un Edén renovado día con día que representa a veces suavidad y delicadeza, otras, contradictoria aspereza, y en ocasiones hasta fruto doliente y pétreo. Se estima que, las primeras manzanas fueron las de Cidón (o membrillos).Todo parece indicar que este extraño apelativo proviene del lugar de origen de una peculiar clase de esta fruta que utilizaban los griegos para injertos: Cidón, un punto ubicado en la isla de Creta. La traducción literal se equipara al culto del membrillo (cydonia vulgaris). El calificativo griego fue adoptado rápidamente por los latinos, quienes lo convirtieron en cotonea, sin que en realidad tuviera relación directa con la capa de aspecto lanoso que la recubre. En alguno de sus relatos, Virgilio asegura que los romanos de la antigüedad también la denominaron “mala cana” (manzana cana) o “mala áurea” (manzana de oro), apelativos que han desaparecido poco a poco de la lengua italiana moderna. Por todas estas razones resulta difícil, más no imposible, transportar la línea de la historia natural a la cultural, además de que la tarea se complica porque la simbología de este fruto ha ido creciendo y también renovándose. No obstante, la alianza entre hombre y naturaleza sigue intacta y creciente. Por todo ello le suplico a nuestra invitada de honor, la manzana, que acceda a ser nuestra interlocutora para hablar acerca de sus aventuras. Así conoceremos sus historias, por demás interesantes y nos formaremos una imagen de su universo, de todo lo que la rodea, de sus múltiples transformaciones, y entenderemos cómo a partir de su aparición, ha logrado convertirse en un símbolo eterno, aromático, bello, jugoso, brillante, acari¬ciado con ternura, curiosidad y hasta con cierta erotismo por la historia. Alrededor de ella se han urdido mitos y escrito li¬bros; ha poblado de imágenes a creadores, y de manera justa o injusta (según con el color de cristal con que se mire = femenino ó masculino), incluso se le ha responsabilizado de los pecados de la humanidad. Inspiradora de científicos, ya que gracias a su caída fue posible establecer la ley de la gravedad. Se le ha utilizado como blanco de disparos en la cabeza de los hombres. Diosa y maestra, ha servido de regalo para las reinas. Por supuesto que también ha desatado grandes pasiones y de ello tenemos, por ejemplo, la rivalidad y la furia que desencadenó entre Afrodita (Venus), Era (Juno) y Atenea (Minerva), cuando el personaje griego Paris tuvo que decidir a quién debía entregar una manzana de oro en la que estaba inscrita la leyenda “Para la más Hermosa”. Después de grandes aflicciones se decidió por Afrodita, quien le prometió el amor de Helena de Esparta, esposa del rey Menelao. De esta manera se dio pie a la guerra de Troya, uno de los conflictos bélicos más largos y sangrientos que evoca la historia y la leyenda. Además, fue precisamente este mito el que dio lugar a la expresión “la manzana de la discordia”. Uno de los más importantes trabajos de Hércules fue recuperar las manzanas de oro que habían sido robadas por la diosa Gea y devolverlas al Jardín de las Hespérides, para lo cual tuvo que pasar una aventura tras otra. Mató gigantes, liberó a Prometeo y por un largo tiempo se vio obligado a sostener en sus espaldas al mundo, relevando así al titán Altas. Y la causante de esta gran tragedia fue una manzana dorada, mejor conocida en aquel entonces como “Manzana de Cidón” o membrillo, considerada entonces como sinónimo de la rosa. Desde el punto de vista botánico es un "pomo", es decir un "falso" fruto que se desarrolla en los receptáculos de la flor y no en el ovario, como es común. La pulpa de la manzana corresponde a la protu¬berancia del extremo del tallo de la flor y el corazón es el verdadero fruto que contiene las semillas. El hoyuelo u ojo, al final de la manzana, es todo lo que permanece del cáliz y los estambres. El tallo es la línea vital que une al fruto con el árbol y a través del cual se alimenta. Se dice que tuvieron su origen entre los Mares Negro y el Caspio, en los límites de Europa y Asia. En un principio eran silvestres y recolectadas por el hombre, quienes las domesticaron para obtener hasta con el tiempo más de 7,500 variedades. Los primeros manzanos llegaron a América a través de los colonos ingleses y los conquistadores españoles. Por supuesto que es un ingrediente imprescindible en casi todas las cocinas del mundo, que además se puede desdoblar de mil y una formas, pero siempre con la gran cualidad de conservar su identidad. Por si no fueran suficientes todas estas bondades, la manzana está presente en la cosmetología; posee poderes curativos infinitos y sus beneficios son incalculables. A la manzana la convirtieron en objeto de inspiración: Rembrandt la inmortalizó entre las manos de Eva; Gauguin y Picasso la convirtieron en objeto de inspiración; gracias a Magritte la vemos flotando en el espacio; Rivera, Tamayo la incluyeron en algunas de sus obras; y yo, con modestia, puedo decir que ha sido el adjetivo de mi vocación. En la redondez de ese fruto caben los misterios del mundo. Otros artistas le han rendido tributo, tales como Pablo Neruda, José Gorostiza, Carlos Pellicer, Jorge Luís Borges, entre otros. Alejandro Ordorica, mi pareja, de igual forma ha escrito un hermoso libro en torno a las manzanas: Las Inmediaciones del Delirio. Para terminar este preludio del libro “Manzana, Historia de Siglos”, diré que es una emotiva narración de las vicisitudes de la manzana con un regusto a Paraíso, al tiempo, que no puedo omitir la cita del poeta latino Marcial, quién aseguró que no le fue posible encontrar una comparación más adecuada para relatar la suavidad del beso de la amante que de la siguiente manera: “El perfume que se libera cuando una tierna muchacha muerde una manzana, es dulce como la fragancia de tus besos” por todo esto ser humano y manzana, van de la mano, son inseparables, constituyen una sola historia y ahora pretendo evocarla junto con mis lectores, lo cual resultará un desafío tentador y a la vez mejor forma de rendirle homenaje. que descnase y reciban mi cariño
Posted on: Wed, 21 Aug 2013 02:50:34 +0000

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