CAPITULO SEGUNDO LOS FENÓMENOS MÍSTICOS: VARIEDAD, NATURALEZA, - TopicsExpress



          

CAPITULO SEGUNDO LOS FENÓMENOS MÍSTICOS: VARIEDAD, NATURALEZA, DISCERNIMIENTO. 1.Una cuestión delicada El estudio de los fenómenos místicos no es fácil, dado que en ellos está implicada la posible interacción de lo divino y de lo humano. Como afirma P. Zavalloni.Se trata de saber: a)en que medida los fenómenos de naturaleza extraordinaria, como los éxtasis, las visiones, los estigmas, puedan encontrar una explicación psicológica. b)De cuales signos se pueden reconocer los verdaderos místicos de los pseudomísticos, tan numerosos en nuestros días. c)Como pueda establecerse si en un grande místico haya una determinada enfermedad mental, sin comprometer la potencia de su doctrina y el esplendor de su fe. Tratamos de decir una palabra con la ayuda del estudio desarrollado por P. Valentino Macca y de D. Giorgio Gozzelino. 2. Variedad de los fenómenos místicos La fenomenología mística es muy variada, ya sea que se hable en general de sus posibilidades en absoluto, ya sea que se haga referencia a los fenómenos concretos atestiguados por la historia d la espiritualidad y por la santidad carismática. Una tal variedad depende en absoluto de las posibilidades humanas, latentes en la persona misma, capaces de ser activadas por una intervención divina: en el cuerpo, en la mente, en el corazón, en la sensibilidad, en la imaginación, en el entendimiento, en la memoria. Con frecuencia tal variedad se configura también con la modalidad de la experiencia mística más conocida o estudiada: visiones, revelaciones, fenómenos corporales, llagas, éxtasis... Los diferentes autores proponen varias divisiones, más o menos con una cierta concordancia. a) Grados de oración En vista de que en la mística tradicional se habla frecuentemente de la oración como ámbito tradicional de la relación con el misterio divino, una de las formas características de enumerar las diferentes formas de la fenomenología mística, se hace a través de los llamados grados de oración. Si se habla de una progresividad en el ámbito del camino de la experiencia mística, a través de la oración y de la contemplación, podemos distinguir con el itinerario del Castillo Interior de Santa Teresa: entre las cuartas y las séptimas mansiones, que indican el ingreso, el progreso y el vértice de la vida mística, estas experiencias: a) algunas oraciones interiores: - recogimiento interior; sueño de las potencias - oración de unión; - raptos y suspensiones; - vuelo del espíritu; b) fenómenos extraordinarios - éxtasis, ímpetus de amor y de alegría; - locuciones o audiciones; - visiones y revelaciones; - heridas de amor; - desposorio espiritual - matrimonio espiritual... Santa Teresa, especialmente en el Castillo Interior, moradas VI, con sus once capítulos, y VII, con cuatro capítulos, describe bien la fenomenología, las gracias, los criterios de discernimiento espiritual. Su doctrina permanece un punto de referencia, también en la elaboración de la fenomenología mística actual. b) En relación a la participación de la persona Si se toma como punto de referencia toda la realidad de la persona, encontramos en los autores una serie de fenómenos que ofrecen casi exhaustivamente cuanto se puede encontrar en las posibilidades de la persona y en el testimonio de los místicos. Algunos autores distinguen: a)fenómenos de carácter corpóreo: - raptos, éxtasis, vuelo del espíritu; - estigmas o llagas; - transverberación o herida del corazón; - sudor de sangre y lágrimas de sangre; - cambio de corazones; - sobrevivencia de la persona, también en la privación de alimentos (inedia) y del sueño (insomnio o acemia); - fenómenos corporales que parece que anticipen la condición gloriosa futura del cuerpo: agilidad, sutileza, luminosidad; bilocación, levitación, ligereza; perfume que exhalan los cuerpos vivos o también los restos mortales de los difuntos; telepatía o sentimiento a distancia, telekínesis. El éxtasis es considerado el fenómeno místico más representativo y comúnmente citado en el análisis y en los estudios sobre la experiencia de los místicos. Con su estructura bien definida, puede servir como orientación para analizas otros fenómenos y experiencias. Tres elementos principales; - presencia de Dios y gracia intensa; - concentración psíquica intensa, por la absorción de la persona en la presencia de Dios; - cese o debilitamiento de las actividades sensoriales somáticas. b) fenómenos de orden afectivo - transportes de amor; - heridas de amor; c) fenómenos de orden cognoscitivo: - “cardiognosis” o conocimiento de los corazones y conciencias de los demás; - “hierognosis” o conocimiento de lo sagrado y distinción entre lo que es sagrado y lo que no es (por ejemplo el conocimiento interior de hostias consagradas y no consagradas); - ciencia infusa; d) Fenómenos más frecuentes: Apariciones-visiones: Son percepciones recibidas, algo así como una mirada interior, de objetos o sujetos espirituales. Son frecuentes en la vida mística, a tres niveles: sensorial, imaginativo, intelectual. Se pasa de las más elevadas experiencias místicas intelectuales, hasta la “apariciones” de carácter sensible y corporal. Con mucha frecuencia las visiones comportan también locuciones, mensajes, secretos... Locuciones-audiciones: Percepciones a nivel de palabras escuchadas y percibidas. También se notan, como se verá, las tres modalidades especificadas por S. Juan de la Cruz; sucesivas (elaboradas por la persona misma), formales (comunicación de información y orden de parte de Dios), sustanciales (obran en lo más profundo lo que dicen). A propósito de las palabras, según San Juan de la Cruz, en las primeras, es decir, en las palabras sucesivas y las palabras formales, pueden influir sobre el espíritu, el entendimiento humano, pero pueden ser del demonio; no son de Dios como tales, sino que son atribuidas todas a la responsabilidad del que escucha, aunque alguna vez estén iluminadas por la gracia ordinaria; las terceras (las palabras sustanciales) son de Dios, se sienten en lo íntimo del alma, realizando lo que dicen.. Revelaciones: No forman una categoría nueva. Se llaman así ciertas visiones y locuciones, cuando manifiestan un contenido nuevo desconocido naturalmente ya sea de las cosas naturales como de las cosas sobrenturales. Tacto, gusto, olfato: Indican percepciones ‘sobrenaturales’ más globales e imprecisas que las dos precedentes, con el lenguaje simbólico de otros “sentidos espirituales”. Estos sentidos son utilizados mucho menos, pero se pueden encontrar algunos fenómenos en estos sectores o bajo estas formas. Estigmas: Reproducción espiritual psíquica, o física de las heridas de la pasión de Jesucristo. Es un fenómeno que solamente se encuentra en la mística cristiana, y no antes del Medioevo. Hay estigmatizados conocidos en nuestro tiempo, como el P. Pio. Otros fenómenos: Inedia, levitación, bilocación, incombustibilidad, insomnio, sudor de sangre.... 3. Dificultades en el acertar los hechos sobrenaturales Hoy el conocimiento de la psicología humana nos pone en guardia ante tantos fenómenos de carácter extraordinario, con el fin de que no sean dados con rapidez juicios demasiado precipitados acerca de estos hechos, sino que se atenga a unos criterios objetivos. Un gran experto en la materia y consultor de la Congregación, P. Roberto Zavalloni, me expresaba la dificultad de poder hacer un análisis objetivo de ciertos fenómenos con este razonamiento que resumimos. El mundo interior del cristiano, especialmente en personas pías y bien intencionadas, es tan rico de capacidades y de resonancias para vivir, entender y vivir una intercomunicación con el mundo sobrenatural, que puede tener en sí mismo, sin necesidad de recurrir a fenómenos místicos extraordinarios, la posibilidad de emociones, noticias, intuiciones y fenómenos que pueden parecer místicos pero que no lo son con toda certeza. Mantener estas cosas en el ámbito de la discreción, eventualmente comunicarlas a quien es debido, es más que justo; interpolarlas, divulgarlas, hacerlas pasar como visiones, revelaciones y mensajes con la pretensión de que sean aceptadas y seguidas puede ser peligroso. Es difícil llegar a una certeza sobre la procedencia de parte de Dios de tales fenómenos, como experiencias claramente místicas sobrenaturales, tanto más que en estos casos, es decir, cuando se trata de fenómenos puramente subjetivos, no hay una correspondencia efectiva al exterior, que pueda probar cuanto ha acaecido. De tal manera que se puede permanecer en la duda cuando una persona dice que ha visto u oído, pero no hay una verificación de carácter objetivo para probar lo que ha sucedido. Se debe estar entonces muy atentos a la divulgación de presuntas gracias, que son tal vez el fruto de una sólida vida interior, nutrida también por una cierta inteligencia de las cosas, pero podrían ser fruto de una imaginación vivaz de las personas, que aunque no piensan engañar se engañan pensando que todo venga directamente de Dios. Una serie de fenómenos externos pueden ser ejercitados también por concausas naturales, sea por la potencia misma del organismo humano, que por la fuerza de la psiche de la que ignoramos todas sus posibilidades. Ttambién esto vale para todo lo que es el mundo de la comunicación interpersonal, gracias al poder que existe en la comunicación de persona a persona. Esto es lo que sucede en el vasto campo de los fenómenos que pueden ser reducidos a la comunicación interpersonal, a través de la potencia de la psique humana, que tiene posibilidades inmensas y algunas veces desconocidas, En general, los médicos se niegan a entrar en el campo de la parasicología y de sus fenómenos, pero no se puede rechazar a priori que existan estos fenómenos “paranormales”. En este caso el discernimiento cristiano procede con cautela, porque está siempre latente el peligro de engaño consciente, tolerado, inducido. En este caso no se trata de fenómenos sobrenaturales. 4. Algunos criterios generales de orientación y discernimiento Ante tanta variedad de fenómenos posibles y en vista de que un trenzado tan sutil entre la objetividad del don y la subjetividad de la percepción, de la habilitación del sujeto para vivir interiormente las realidades del mundo sobrenatural y el efectivo realizarse de un don que viene del externo, de Dios cuando él quiere, como quiere y concedido a quien quiere, no es fácil establecer la verdad. Son necesarias algunas orientaciones precisas, tanto más que pueden subsistir engaños subjetivos o también inconscientes errores debidos a exageraciones, ilusiones, alucinaciones. a) Primeros y elementales criterios de discernimiento positivos Según los elementales criterios de discernimiento es necesario en presencia de estos presuntos hechos sobrenaturales: - estudiar el caso, para llegar a una certeza moral, o al menos a una grande probabilidad de que el hecho exista, gracias a una atenta investigación objetiva; - evaluar las circunstancias particulares que conciernen la existencia y la naturaleza de los hechos: - examinar las cualidades del sujeto para ver si existe en él equilibrio psíquico, honestidad y rectitud, sinceridad y docilidad hacia las autoridades eclesiásticas, capacidad de retornar a la vida normal de fe, evitando autoproclamarse, definirse o considerarse videntes o místicos a tiempo completo... Desde el punto de vista objetivo: es necesario que e el contenido de las revelaciones haya una doctrina teológica y espiritual que tenga que ver con los fenómenos mismos de modo que estén libres de errores doctrinales: Dios no puede engañarse ni engañar. Alrededor de un posible favor místico es necesario examinar si se cultiva una sana devoción, si crecen los frutos espirituales, personales y de los demás que participan de esa gracia.
Posted on: Thu, 01 Aug 2013 17:17:24 +0000

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