CFK y el kirchnerismo: pequeños bonapartes En la entrevista que - TopicsExpress



          

CFK y el kirchnerismo: pequeños bonapartes En la entrevista que Hernán Brienza le realiza a CFK se pueden rescatar una concepción de su movimiento político. Preguntada precisamente sobre el significado del kirchnerismo la Presidenta lo definió como “un fenómeno que tiene que ver con la aparición de una Argentina totalmente dada vuelta que abreva en el peronismo” y lo asocio a la siguiente formulación: “Uno es instrumento de la Historia. No la puedo manejar. La Historia me maneja a mí. Néstor decía lo mismo. La Historia misma va produciendo esos instrumentos para cumplir determinado rol”. La primer definición sobre el kirchnerismo rescata para sí misma la “épica” del peronismo originario que los exponentes teóricos de la izquierda peronista y de la autotitulada “izquierda nacional” consideraban una política disruptiva del status quo o el fenómeno maldito del país burgués que se hacía intragable para el régimen oligárquico porque marcaba la conquista de derechos de la clase trabajadora y la emergencia de un movimiento nacional. Esta versión mitificada de la historia intenta expropiar a la clase obrera el sentido de sus acciones y la dimensión de sus fuerzas. El peronismo originario fue lo que fue porque el 17 de octubre de 1945 la clase obrera ocupo la ciudad de Buenos Aires protagonizando una gigantesca huelga general que obligo un giro en las elites políticas de la burguesía argentina. El peronismo supo reconducir a los sindicatos y a la clase obrera de la oposición al capital a la subordinación al Estado burgués y de ideología de la lucha de clases a la de la armonía entre las clases. El “país dado vuelta” había encontrado en el peronismo una salvación para mantener el orden burgués vigente mediante la subordinación política de la clase obrera a un liderazgo burgués y la corrupción de las dirigencias sindicales. El peronismo siempre fue la gran fuerza que evito nuevos 17 de octubres. El peronismo de la resistencia cumplió un papel similar impidiendo siempre que la lucha de clases del proletariado pudiera asestar golpes mortales a sus enemigos de clase colocando el interés de sus luchas al servicio de la política de Perón. Mientras que el peronismo en los setenta, frente a un ascenso generalizado de la clase obrera jugo un papel contrarrevolucionario abierto con las bandas de la derecha peronista y sindical y con la mezcla de seguidismo y guerrillerismo de Montoneros que evitaban una radicalización mayor de la lucha de clases y la vanguardia obrera y popular. La Presidenta dijo que el Pacto Social del73 era revolucionario. Pero toda la lucha de clases de 1973 a 1975 se hizo contra el Pacto Social que era denunciado por la izquierda y los luchadores de entonces como un instrumento de disciplina fabril al servicio de los capitalistas (mientras los Montoneros lo criticaban en voz baja y lo apoyaban por arriba). La definición de CFK entonces retoma este tópico, el peronismo es el reordenador de la política argentina luego de la crisis del 2001 porque es quien pudo contener las amenazas subalternas contra el país burgués y resignificar las demandas sociales en una fórmula que mantiene el mando político de los capitalistas sobre el movimiento obrero y popular. Los kirchneristas no deberían olvidar que el peronismo originario y la resistencia se basó en la clase obrera organizada por arriba y por abajo, mientras el kirchnerismo solo abrevo en ampliar el espectro político hacia el centroizquierda y en la cooptación de movimientos sociales y democráticos extendidos algunos pero sin la fuerza y el poder social del proletariado, ya que en ese vértice el kirchnerismo fue un respetuoso defensor del poder de las burocracias sindicales que hoy le juegan mayoritariamente en contra. CFK asocia al kirchnerismo y su propio papel y el de Néstor como el de instrumentos de los que se sirve la historia. Así la historia no tiene sujetos colectivos que libremente la van haciendo sino que la historia se encarna figuras y movimientos que cobran independencia y expresan en sí mismo el interés de las grandes masas. En la historia hemos visto siempre que cuando los “sans culottes” retroceden, su lugar es ocupado por los pequeños bonapartes que se apropian de su obra y en lugar de expresar “la razón a caballo” como se entusiasmaba Hegel ante Napoleón el Grande, elevan su misión al rango de impedir que la clase obrera sea quien encabece la lucha de la Nación oprimida. Estos pequeños bonapartes se erigen en conducción política del Estado burgués, declarandolo a partir de ese momento, con nuevos pergaminos y en nombre de causas nacionales único representante del interés general por el cual los explotados tienen que aceptar la regimentación de sus organizaciones y el no disputar el poder de su enemigo de clase.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 15:11:47 +0000

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