CINCO LUSTROS MAS ACA Por Luciano Abreu La luna Chorreaba sangre en cada destello, muchas veces se deslizaba durante las noches y perseguía endemoniada a esos malignos espíritus fantasmales, Que se ocultaban en medio de aquel monte, que vivía poquito más allá de nuestra casa. Yo corría en sentido contrario a la luna, piel desnuda, descalza por la vida, chapaleteando lodo por la humedad de la esperanza, mientras descifraba y resolvía aquel juego a las escondidas. ¿Dónde se esconderían los malvados? La oscuridad era su cómplice y los cubría con ropa invisible. El silencio era su cómplice y por momentos paralizaba la noche y hacia completamente estático al universo. El tiempo no. El tiempo no era su cómplice, pero tampoco me ayudaba. El tiempo estaba destinado a ser el árbitro, que ya en las frías madrugadas, dictara el desenlace y el final del juego, Cuando el buscador se rendía, o el escondido se marchaba silencioso a su casa. Así era y ahora lo recuerdo, Sin embargo he olvidado Si me divertía lo aburrido del juego era adicto a sufrir su suspenso. Entonces cada quien buscaba su inocente guarida, Refugio de precariedades, Aérea batalla de mosquitos cantautores, que en orquestada sinfonía repetían toda la noche la misma canción, En medio de cuyo concierto nos engullía Morfeo. Y en un desordenado rincón de nuestras vidas, Se mantenía intacta aquella despensa, Vorágine de encontrados sentimientos. La despensa estaba allí y guardaba los sueños y guardaba la ternura, como se atesora el turbio fondo del océano o el infinito traspatio del cielo. Una despensa que almacenaba el amor, nuestra abundante ingenuidad, los anhelos y en el fondo de ella un exceso de años por vivir. El sol ponía luego a correr el video de nuestras vidas. Yo, cabellos de alambre, piel curtida y mirada silenciosa. Tú, pelo de caballo y ojos traviesos, piel blanca como nuestra incipiente historia, Precarios de pasado y preñados de futuro, ese futuro que tomaste de repente y empacaste en tu maleta del tiempo, ligándolo a tu pasado. Tú no te fuiste al mas allá. Estás justo en el lugar donde te dejamos. En cambio nosotros hemos rodado 25 años y ahora somos tu más allá. Tú eres exactamente el mismo. Yo sigo siendo exactamente el mismo, pero muy distinto, completamente transfigurado; cargado de sueños sí, pero de otros sueños. Los de entonces aquellos, están dormidos y aunque todavía miro al ya no es el mismo sol, este es un sol que va rumbo al poniente, a la deriva y aunque sigo descalzo ya no es de pasado sino de futuro. Ahora en los bosques de nostalgia, persigo endemoniado mis fantasmas de recuerdos, esos que en la oscuridad de mi alma, se hacen cómplices de los monstruos del tiempo. Ya no tengo aliados, ni siquiera la luna que consumió todo su combustible y por eso ya no sueña ni se inspira. ¿Dónde está el futuro? Pienso que si alguna vez lo conseguí en el presente, lo perdí en el pasado. Quizás soy lo que una vez soñé ser, sin embargo sueño con ser lo que una vez fui. Sueño con ser lo que tú sigues siendo, veinticinco años después, una vida precaria de pasado y preñada de futuro, una vida rebosante de vida. LUCIANO ABREU
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 17:09:50 +0000