CINE DE SILENCIOS: Hace muy poco un amigo en Video Place me - TopicsExpress



          

CINE DE SILENCIOS: Hace muy poco un amigo en Video Place me comentó que había visto Las Acacias, y que no le había gustado nada, que no pasaba nada. Comprendí del saque el error que había tenido al verla, y yo al recomendársela. Y es que hay películas tan íntimas, tan sutiles, en las que todo lo que pasa, pasa por dentro, cosa que puede resultar imperceptible para quien busca el agite de las explosiones, características clásicas del cine de Hollywood. Porque es verdad que hay propuestas como las de Kiarostami, o las “Historias mínimas” de Carlos Sorin, o la “Luz silenciosa”, de Carlos Reygadas, o “Bands Visit”, de Eran Kolirin, o la recién comentada La Mujer sin Piano de Javier Rebollo, o la recién vista de Enrique Rivero Parque Vía, o la tan controversial, genial y única obra de Bella Tarr (El Caballo de Turín), o tantas más, que cuesta decir de qué van… porque se trata de historias pequeñas e invisibles, casi imperceptibles para quien busca la convencional , para mi vacía, propuesta usual de acción. Son joyas en las que lo esencial es sentir y vivir con los personajes, ser ellos, y tocarles en su intimidad, ver cómo se van transformando por dentro a raíz de unos encuentros. En estas propuestas de cine pasan muchas cosas, pero debemos que estar atentos, no tener prisa, relajarnos en la silla-butaca, mirar a los ojos de los protagonistas, y percibir sus pequeños gestos y reacciones...dejarnos emocionar por el silencio de su vida cotidiana, su intimidad, su sonrisa, su escondido gesto, con su aparente pausado entorno. Son miradas serenas hacia adentro donde también hay turbulencia y explosiones, crisis y catarsis, pero no se ven afuera. Son películas que muestran la realidad de lo que somos, que miran a la personas y a sus más profundas inquietudes, adentrándonos en lo más escondido de su mundo, en las múltiples complejidades de su comportamiento. En ese mundo interior, las cosas que pasan no son simples y en muchas ocasiones no suelen (ni pueden) explicarse con palabras, porque el misterio en la persona misma es el mismo cuento. Se necesita, muchas veces, un gran cineasta, un maravilloso cinematógrafo, que analice rostros, que viaje por los mundos de su entorno para recrear el ambiente del personaje, para mostrar cómo le condicionan esas circunstancias... y las personas con las que convive. Se hace unas veces de manera sencilla y rutinaria, otras...de forma compleja y profunda en dolor interno, pero siempre como una realidad muy humana que debería suscitar una empatía casi automática de nosotros por hablar su mismo idioma, por ser nosotros él. Es cine “realista” en sus historias que también precisa un guión no pretencioso, unas interpretaciones contenidas y naturales, alejado mucho del cine espectacular donde pasan tantas cosas, unas más increíbles que las otras. De todo lo que el cine que cuenta lo que cuenta, me quedo con el minimalista, ese cine invisible que brega con cada intimidad de cada ser expuesto...su fibra más íntima es lo que me interesa. Muchas veces es cine de silencios, silencios que hablan, gritan y explosionan...pero adentro. En el caso de mi recomendación, sí hay bronca, aún así seguiré recomendando ese cine, esa propuesta minimalista...aunque no pase nada. A veces Carmen me comenta que no lo haga, que a muchos no le gusta el silencio...no lo puedo evitar, esa es mi gesta con Uds. ¡Hablarles... para que intenten el silencio! Lejos de ser pesimista, Las Acacias es una historia que reivindica al ser humano... SIMBOLOGÍA* La acacia es la planta símbolo por excelencia de la Masonería, representa la seguridad, la claridad, y también la inocencia o pureza; es símbolo de la verdadera iniciación para una nueva vida. Su verdor perenne y la dureza incorruptible de su madera expresan, en efecto, la idea de la vida inextingible que permanentemente renace victoriosa de la muerte. Simboliza el conocimiento de los secretos de los verdaderos maestros masones, de ahí que se la identifique con la posesión efectiva de la maestría, como bien se dice en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. La Acacia se utiliza como un símbolo de la masonería, para representar la pureza y la resistencia del alma, y como el simbolismo funerario que significa la resurrección y la inmortalidad. Los beneficios del árbol de su importancia en la descripción del entierro de Hiram Abiff, el constructor del Templo del Rey Salomón en Jerusalén. Además, cuando Dios dio a Moisés las instrucciones para construir el Tabernáculo, le dice: hacer un arca de madera de acacia y hacer una tabla de madera de acacia (Éxodo 25:10 y 23, Versión Estándar Revisada). En Rusia, Italia y otros países se acostumbra a presentar a las mujeres, mimosas amarillas (entre otras flores) en el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo). Estos mimosas son en realidad de dealbata Acacia (Acacia Plata). *tomado de Internet
Posted on: Wed, 13 Nov 2013 18:16:21 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015