CLOUD ATLAS Con una molestia que podría ser confundida, por algunos síntomas, con el reflujo gástrico, salí de la sala de cine luego de ver Cloud Atlas de los Hermanos Wachowski. La verdad es que no creo haber visto hasta hoy un bodrio que la supere, bueno, podría ser que sí pero nunca un bodrio tan “sobre producido” como se dice en la industria del cine. Sobre la idea pseudo-filosófica de la reencarnación o la transmigración de las almas se conectan 6 historias que van desde 1849 hasta el año 2321 (poco menos de 4 siglos y medio); en ellas transmigran algunos seres (básicamente una pareja) que, sin saberlo, están conectados porque son el mismo ser viviendo historias distintas. Como filosofía new age (falsamente enraizada en lo ancestral) podría hasta parecer interesante; sin embargo, la cursilería, la superficialidad y en ocasiones hasta el ridículo destruyen lo que podría haber sido una propuesta con ciertas posibilidades. El rescate de Somni 451, para poner solo un ejemplo, en medio del despliegue más caro, y al mismo tiempo más barato, de efectos especiales es revelador de la vacuidad de este filme: Somni 451 es rescatada sin importar las vidas y retos que cueste pues tiene un papel trascendental para levantar a una masa oprimida ¿Cuál es ese papel? Dar un discurso que solo escuchan unos cuantos (y eso si lo escuchan pues están combatiendo) y que apenas duran unos minutillos pues lo rebeldes son vencidos en un abrir y cerrar de ojos y que, por último, es un discurso tan pobre y previsible que no hubiese valido ni una bala ni una costra. No importa que la efigie de Somni sea luego el tótem de la sociedad futura, eso no se construyó narrativa o dramatúrgicamente, solo se puso ahí y se nos pidió que lo creyésemos. Hay quienes sostienen que la película tendría claves que solo al verla repetidas veces se apreciarían ¿Será? Lo pongo en duda fundamentalmente porque la experiencia me ha demostrado que cuando una obra narrativa tiene esos niveles, en el nivel más denotativo uno ya halla rigor y profundidad y en Cloud Atlas lo único que hallamos es chapucería y caricatura disfrazadas pretenciosamente tras un efectismo ostentoso pero ramplón, que trata de esconder el raquitismo filosófico y la paupérrima dramaturgia. De todos modos si hubiese hallazgos que me esperan tras verla varias veces, temo que me los perderé pues el aburrimiento casi me narcotiza la primera y esa experiencia no pienso repetírmela. ¿Algo rescatable? Sí, la dirección de arte, en ocasiones la fotografía y la versatilidad de algunos de los grandes actores con que cuenta el filme, los cuales interpretan diversos personajes con muy diversas caracterizaciones, lo cual no es poco meritorio. Nada más.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 21:23:51 +0000
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