COPIO Y PEGO una carta que no hace llegar el Profesor Arquitecto Mario Cárdenas a los estudiantes, en la que responde a las acusaciones referidas a los supuestos daños al patrimonio de la UNLaR, particularmente a la estatua del David, situada en la Escuela de Arquitectura. CARTA: "El renacer del David". Hace cosa de un mes en la Escuela de Arquitectura de La UNLaR se dictó un curso de posgrado sobre relevamiento, preservación y restauración de bienes culturales, dictado por los entrañables profesores Giuseppe Cruciani, Grazia Tucci y Katia Carlucci, todos ellos de la Universita Degli Studi di Firenze, Italia, por caso, como todos sabemos, ciudad de origen del David de Miguel Ángel. Entre otras cosas en el curso, en principio definían que era susceptible de ser considerado patrimonio o bien cultural, cosa en la que no ahondaremos en este momento, pero a vista de las críticas que se han hecho sobre la utilización de una figura que imita lastimosa y vulgarmente a la obra de Miguel Ángel, impuesta a instancias de la inauguración del edificio de la Escuela de Arquitectura, cabe acotar enfáticamente que tal figura no se acerca desde ningún lugar a ser considerado un bien cultural o algo que remotamente se le parezca, dicho esto, en tanto algunos consideran que es un daño al patrimonio de la UNLaR lo que se está haciendo con el hoy “amigo” David. Lo cierto es que desde el primer día fue aborrecido tanto por los estudiantes como por muchos profesores entre los que me incluyo. Y resulta que aparentemente fue un pedido personal del Ex Rector, en pos de embellecer el edificio de la Escuela de Arquitectura. Sin considerar que los que estudian en nuestra escuela y los profesores de la misma no podemos menos que considerarlo un insulto a la cultura y al arte. De hecho si se quiere definir un espacio para el arte escultórico, bien se podría haber convocado a la escuela de arte a que desarrolle una intervención conmemorativa y autentica para celebrar la apertura del edificio, y no, por el contrario implantar un objeto de tamaña vulgaridad como la que se había puesto –una imitación fuera de escala de fibra de vidrio y de pésima factura, más digna de un parque de entretenimientos que de un ámbito académico- y que desde ese primer momento desato las más variadas críticas. La semana de la inauguración, fue realmente una semana de un clima bochornoso, un calor insoportable y unas lluvias intensas posteriores. Con lo cual los estudiantes clamaban por ventiladores que les permitieran afrontar aquellas jornadas insoportables, y luego soportaron la imposibilidad de usar las nuevas instalaciones, pues las filtraciones eran excesivas. Por otro lado la urgencia en la inauguración dejó incompleta ciertas tareas de obra – aún incompletas hoy – como colocación de tomacorrientes, circuitos eléctricos etc. Mientras tanto, el David y otras “chucherías” de época se exponían arrogantes, indignantes. Los estudiantes fantaseaban desde el primer día con tomar cartas en el asunto con respecto al David, puesto que al día de la fecha, no aparecen ni los ventiladores ni se ha visto gente reparando techos. Siempre con ironía, pero como crítica profunda a una política sostenida sobre lo aparente, y sobre todo -esto lo pienso yo- de una apariencia anacrónica, se elucubraban las más diversas intervenciones sobre el David, todas en el imaginario de quienes lo veían imposible. Finalmente, en el momento liberador, el David cobró vida, y no fue ni destruyéndolo ni eliminándolo, sino haciéndolo parte de la lucha, como símbolo. Hoy, creo, está comenzando, si todo sale como imaginamos los entusiastas de este cambio, su camino a convertirse en patrimonio ya no de la vieja y anacrónica UNLaR, sino de la floreciente Universidad que se avecina. Arq. Mario Cárdenas. JTP Taller de Diseño Arquitectónico IV.
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 22:23:27 +0000
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