CUBA: Revendedores: hijos legítimos del inmovilismo estatal LA - TopicsExpress



          

CUBA: Revendedores: hijos legítimos del inmovilismo estatal LA HABANA, Cuba, noviembre, cubanet.org -Los gobernantes cubanos poseen un largo historial de desconocimiento de las leyes del mercado, en especial la relación oferta-demanda a la hora de fijar los precios de bienes y servicios. Durante más de cinco décadas de gobierno castrista, la mayoría de los precios en Cuba han sido establecidos por el Estado, sin la debida fluctuación de acuerdo con las señales que emita el mercado. Esos precios han permanecido inalterables hasta que la burocracia gubernamental decidiera su modificación, casi siempre considerando razones extraeconómicas. Semejante inmovilismo ha dado lugar a la existencia de una economía paralela o sumergida— también conocida como “bolsa negra”—, cuya característica fundamental es una comercialización identificada con la pugna entre la oferta y la demanda. Y en esa transacción sobresale el ofertante de los bienes y servicios; una persona a la cual la propaganda oficial califica despectivamente como “el revendedor”. Debido a la ineficiencia que signa la gestión de las empresas y entidades estatales, las producciones casi nunca satisfacen la demanda de la población. En esas condiciones, en una economía de mercado, sobreviene un alza en los precios. Mas, comoquiera que aquí los burócratas se empecinan en ignorar el mensaje del mercado, se mantiene el mismo precio, pero irrumpen la escasez y el racionamiento. Así, la única opción que le queda al consumidor es acudir a la bolsa negra y al revendedor, el que lógicamente aplicará un precio o tarifa superiores a los estatales. Otras veces, en cambio, estos ofertantes “ilegales” comercializan a precios inferiores a los oficiales. Son esas personas que vemos, en las inmediaciones de las tiendas estatales, vendiendo los mismos surtidos que duermen el sueño eterno en los anaqueles de los referidos establecimientos. Y es que el revendedor cubano posee una gran intuición acerca de los bienes y servicios que escasearán y serán muy demandados por la población. En ocasiones da la impresión de estar dotado de la sagacidad de un agente de cualquier bolsa de valores. Son los casos, por ejemplo, de aquellos que saben que las personas están dispuestas a pagar más que el precio oficial con tal de adquirir un tubo de luz fría, o una entrada para presenciar una actuación del Ballet Nacional de Cuba. Otra función que cumple actualmente el revendedor es la de alertarnos sobre los artículos que escasean. Todas las tardes pasa frente a mi edificio un señor ofertando los más disímiles surtidos: bolsas de chocolatín, cartones de huevos, bombillos ahorradores, paquetes de fideos o galletas de soda. Siempre que escucho su pregón me pongo en guardia: si no le compro, al menos reviso mis existencias de esos productos para que la escasez no me tome desprevenido. Por supuesto que el revendedor no cuenta con autorización para ejercer su labor. Él es víctima frecuente de la acción de policías e inspectores, así como de la imposición de multas y el decomiso de mercancías. El odio que hacia ellos sienten las autoridades ha provocado la batida contra los cuentapropistas que comercializan artículos del hogar, acusados de revender productos adquiridos en las tiendas estatales. Bueno, ¿y cuándo desaparecerán los tan denostados revendedores? Probablemente será cuando todos los productores ganen en eficiencia, y además el día en que las autoridades decidan ampliar el diapasón de la relación oferta-demanda. Porque el mercado es tenaz. Por más que quieran reprimirlo, él persiste en manifestarse de una u otra manera. ift.tt/I0LmDD
Posted on: Thu, 21 Nov 2013 05:19:19 +0000

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