CUENTO, NOVELA, FICCION, REALIDAD...?, MIENTRAS LO LEIA PARECE QUE - TopicsExpress



          

CUENTO, NOVELA, FICCION, REALIDAD...?, MIENTRAS LO LEIA PARECE QUE ME HE METIDO EN EL ORDENADOR....JAJAJAJAJA La verdad sobre Lionel Messi. Usted no puede traerme esto. Josep Blatter tenía en sus manos los resultados del estudio que se le realizó a Lionel Messi, por encargo de la mesa directiva del Real Madrid. La maniobra de Florentino Pérez fue crucial: cuando los rumores acerca de la “singularidad” de Lionel Messi llegaron a sus oídos, inmediatamente elevó un pedido de estudios científicos a la Fifa. Si las versiones se confirmaban y Lionel Messi efectivamente no era un ser humano, el Barcelona sería duramente sancionado, su prestigio se haría pedazos y el Real Madrid al fin tendría el camino allanado para convertirse en el equipo más poderoso. Enfrente de Josep Blatter estaban los científicos. Estaban nerviosos. Sabían de antemano que los resultados iban a generar enormes problemas. Por un momento pensaron en falsificarlo todo. De hecho, recibieron suculentas ofertas de marcas deportivas para tergiversar los resultados: si todo saltaba a la luz, el negocio con Lionel Messi terminaría. ¿Cómo recomponer su imagen luego de exhibir las virtudes de un ser innatural? Necesitarían de muchos publicistas y millones de dólares de inversión para lavar la imagen. Aunque no sería sencillo, como siempre, la publicidad lograría que, más tarde o más temprano, Lionel Messi, humano o artificial, sea un producto vendible. Los hombres de ciencia sudaban caudales mientras notaban la amarga desazón en el rostro de Blatter. ¿Cómo enfrentar las consecuencias de tamaña revelación? Florentino Pérez no se quedaría quieto, procuraría que todo se diera a conocer. Entonces Messi no podría jugar más al fútbol profesional. Entonces el Barcelona entraría en desgracia. Entonces el fútbol perdería credibilidad. Entonces todo sería un colapso. Los gobiernos no pueden dejar que esto suceda, pensó. -Mire, señor, esos resultados se arrojaron luego de intensas investigaciones, por lo que… -Cállese- interrumpió Blatter, haciendo un gesto con su mano- ¡Qué importa la precisión de los resultados! Aquí el problema es otro. El problema es que si esto se da a conocer, el fútbol puede entrar en una crisis terminal… ¿Qué certeza hay de que existan otros casos iguales? Los científicos se miraron sin saber qué hacer. Los estudios habían confirmado que Lionel Messi no pertenecía a la raza humana. Se trataba de un híbrido, una suerte de máquina con cualidades humanas. Aparentemente, aquel tratamiento que se le realizara para impulsar su crecimiento, había sido, en realidad, la preparación de la bestia: un hombre artificialmente preparado, cuyas dotes eran inalcanzables para cualquier ser humano corriente. Eso explicaba sus records: sus 15 hack tricks; sus más de 200 goles en el Barcelona; sus Balones de Oro; sus 100 goles convertidos en tan solo un año y medio; sus corridas imparables; sus dribblings; sus pases magistrales. Es decir, explicaba todo aquello que se tornaba inexplicable desde la premisa del “Messi ser humano”. -Con solo 24 años está a treinta goles de César, el máximo goleador en la historia del Barcelona… -Blatter estaba junto a una ventana, pensativo. De pronto, estalló- ¡24 años! ¡Solamente 24 años! ¡Es imposible! ¡Cómo no advertimos la trampa! -Si le sirve de consuelo, señor, hicieron con él un trabajo excepcional… incluso a nosotros nos fue difícil descubrirlo… Blatter despreció con un gesto el comentario, como si le interesara más continuar en sus preocupadas meditaciones. El chillido del teléfono cortocircuitó su ensimismamiento. Era el mismísimo Florentino Pérez o, mejor dicho, su secretaria que le informaba que el dirigente madrileño había llegado en busca de los resultados, tal como lo habían pactado. La entrada del presidente merengue anunciaba la situación: el hombre ingresó campante, con una amplia sonrisa que destilaba orgullo. Comprendía que era él quien llevaba las de ganar. Los rumores tenían alta credibilidad, no tanto por la fuente de emisión, sino por el grado de artificiosidad de la experiencia: lo que hacía Messi solo podía ser realizado por una máquina, jamás por un hombre. Cuando Pérez observó el gesto de resignación en el rostro de Blatter, apuntaló su presunción. Arrancaba a jugar un partido que ya estaba ganado contundentemente. -Y… ¿Qué ha resultado?- preguntó con cinismo. Blatter no contestó. Solo le entregó los estudios y adoptó una pose casi de rendición, como poniéndose a disposición de la oferta de Pérez. El madrileño leyó el estudio algo superficialmente: le bastaba con comprobar que sus especulaciones eran acertadas. Al finalizar, levantó la vista y casi sarcásticamente dijo: -Bien… imagino que esto merece sanciones… Blatter se acomodó incómodo. Tosió un par de veces como retardando el momento para iniciar una frase que aún no hallaba. -No seamos hipócritas y evitemos preámbulos… ¿Qué piensa hacer? Impostando solemnidad con un increíble goce por la situación, Florentino Pérez comenzó a soltar las palabras lenta y marcadamente: -Creo que un episodio de esta magnitud merece una severa sanción por parte de la Fifa, además del deber de emitir un comunicado explicando los hechos y pidiendo disculpas por la negligencia… ¿No cree? Blatter estaba inmutable. Miró a los científicos que, a esta altura, parecían estatuas erguidos a un costado del escritorio. -No podemos dar a conocer esto, Florentino- cobró un inesperado tono de complicidad- imagínate lo que provocaría. Sería un caos. Hasta el Real Madrid está en riesgo. El fútbol perdería toda credibilidad. Ya no habría tanto interés. Se caerían contratos. Perderíamos millones. Sería el final… Si algo mantiene viva la llama del fútbol a pesar de los negocios, es que es jugado por personas… ¡todavía es un deporte! Florentino Pérez, circunspecto, pensaba con los ojos clavados en la pared. -No me explico algunas cosas… ¿Cómo es que Messi juega de esa forma en el Barcelona pero no en la Argentina? ¿Acaso no está programado para jugar de la misma forma en cualquier lugar? -Hay cosas que la ciencia no puede explicar- interrumpió desde el fondo uno de los científicos. Los dos dirigentes lo miraron, mudos. Luego retomaron su conversación. -Entienda una cosa, Florentino… esto es muy grave. Puede ser el final de todo. Blatter quería conmover al dirigente madrileño con tales riesgos, pero aquel no se mostraba lo suficientemente temeroso. -De todas formas, esto no puede pasarse por alto… yo no voy a permitir esta desventaja… -Tiene razón, pero debemos encontrarle otra salida… Los dos hombres quedaron gravemente envueltos en sus reflexiones. Blatter, de tanto en tanto, ojeaba a su interlocutor. Estaba nervioso, sabía que el madrileño era un hombre ambicioso y que no toleraba la superioridad del Barcelona, al punto tal que haría cualquier cosa para derrotarlo. -Bueno…- rompió el silencio Pérez- existe otra alternativa… Blatter lo miraba aterrado. -Estamos de acuerdo en que esto merece una sanción. No podemos dejar semejante delito impune, ¿No es cierto? El suizo asintió con prudencia. -Por lo tanto, me parece razonable que, si no queremos que esto se dé a conocer, Lionel Messi pase a jugar en el Real Madrid. Blatter abrió los ojos enormemente e intentó decir algo que no pudo. -Acaso el Barcelona, infractor, además de hacerlo ilegalmente, sin conocimiento de la Fifa ni de nadie, ya lo ha disfrutado… ¡y como lo ha hecho! Pues bien, ahora tenemos derecho nosotros, los madrileños… ¿No le parece? Blatter no sabía por dónde ni cómo empezar. Quiso articular algunas palabras un par de veces, pero se detuvo. La propuesta era demasiado. -No va a aceptar- solo pudo balbucear. -En ese caso, que todo se conozca… ¡Vamos! Ellos son los infractores, aquí no tienen lugar a indicaciones. Deben someterse, simplemente. Blatter sabía que Pérez tenía razón. También que la decisión sugerida podría empeorar las cosas: si en un futuro se revelara la verdad, las consecuencias serían todavía peores. Era un riego. Pero un riesgo más. Blatter estaba acostumbrado a atravesar el peligro y comprar silencios. Sin embargo, nunca en algo de esta índole. -No van a querer…- volvió a graznar Blatter. Florentino Pérez miraba sobrador. Sabía que finalmente la Fifa debería aceptar su propuesta. Blatter seguía enredado en sus cavilaciones. Lentamente fue cediendo. -Tendríamos que hacer algo que explique el traspaso… inventar algún conflicto con el club, una razón para que Messi cruce de vereda. -Falta de pagos- soltó Pérez- esa es la explicación por antonomasia en estos tiempos. Además, haría de Messi alguien más humano: lo haría un mercenario. Nadie dudaría, entonces. Blatter pensó un tiempo más. -Es buena idea… por lo menos, es lo mejor que se me ocurre. Por un momento quiso convencer al madrileño ofreciéndole la Liga y la Champions League. Pero Pérez se mostró intransigente: por más que la ganara ahora, con Messi en el Barcelona, sabía que después volverían las derrotas. No era negocio, no podía dejarse arrastrar por la tentación inmediata. Finalmente, se les comunicó con sucinta parquedad a los dirigentes del Barcelona que Lionel Messi era transferido al Real Madrid. Antes comenzaron a circular en los diarios partidarios del Madrid versiones que informaban sobre el disgusto de Messi, los incumplimientos del club y la profunda deuda que azotaba al Barcelona, lo que ponía en jaque su hegemonía deportiva. De esa forma, mediante la presión mediática, el pase de Messi al Real Madrid sería menos escandaloso y la decadencia del Barcelona sería racionalmente fundamentada. Florentino Pérez estaba eufórico. Finalmente conseguía destronar al Barcelona, vencerlo y quitarle su mejor arma. Con la partida de Messi y el escándalo generado, muchos otros jugadores también partirían o comenzarían a reclamar y todo entraría en devastación. Entonces sí, el Real Madrid podría ser el mejor del mundo y se olvidaría de esa pesada carga llamada Barcelona.
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 11:59:29 +0000

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