Cada uno someta a prueba su propia obra…Gal. 6.4 Dije basta. Mi nariz había crecido lo suficiente para olfatear el terreno verde del vecino internacional y envidiarlo: sus viajes y ropa, campañas evangelísticas de multitudes, libros y demás me acompañaron en el inicio un tanto lento y torpe de mi ministerio hará mas de diez años. Y es correcto: un tanto lento y torpe fue mi inicio. Cómo es posible esto? Por poner más atención a lo ajeno que a lo propio. Las comparaciones nunca son saludables, ni en la familia ni en la unción, especialmente en el ministerio. ¿Hay algo que haga palpitar tu corazón y acelere tu pulso? Identifícalo. Es tu ADN ministerial. A partir de ese momento conocerás que el mejor y mas permanente fruto se dará precisamente ahí, en el terreno que Dios te ha dado a guardar...sublime llamado.
Posted on: Thu, 31 Oct 2013 14:24:33 +0000
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