Cada vez era más y más difícil explicar los procesos naturales del cuerpo que Kyuhyun daba por sentados. Yesung sabía qué era la felicidad y cuáles eran sus síntomas, pero tenía problemas con otras emociones más complicadas, como el miedo o la ansiedad. Kyuhyun podía recitar de carrerilla tantas emociones como conocía y cuáles eran sus consecuencias físicas, pero Yesung solo movía la cabeza, sin entender muy bien por qué los humanos sentían ciertas cosas. —Quiero ser humano... —confesó. Kyuhyun levantó la vista de sus apuntes de historia, cerrando el libro. Era tarde y Yesung estaba a su lado en el sofá, jugueteando con un cubo de rubic que Kyuhyun había encontrado en su armario. —¿En serio? —Todos los que venimos de donde yo vengo quieren serlo. —dijo en voz baja. Siempre hablaba así por la noche. Kyuhyun no había tratado de convencerle de que hablase más alto; pensaba que quizás Yesung creía que perturbaba la paz de la noche si lo hiciese. —Sé que Kangin quiere ser humano también —prosiguió Yesung—. Pero él lo disimula mucho mejor que cualquier otro. Ser humano es... Realmente no entiendo por qué me fabricaron, Kyuhyunnie. A veces me miro y te miro y creo que no somos tan diferentes. Entonces, ¿por qué tú naciste siendo humano y yo no? Siento escalofríos cuando dejas la ventana abierta, pero nunca siento frío. Me siento mal, muy mal, cuando me gritas, pero no te tengo miedo ni me pongo «nervioso» la siguiente vez que te veo. Solo quiero que seas feliz y serlo yo también. Ser feliz es lo único que… entiendo de verdad de ser humano. ¿Es eso lamentable? —No —Kyuhyun se frotó la barbilla, pensativo—. No es lamentable. Nosotros, los humanos, intentamos alcanzar la felicidad y conservarla a lo largo de nuestra vida. Si tú puedes lograrlo fácilmente, entonces tenemos mucho que aprender de ti. —Pero mi felicidad... ¿es real? —Yesung descendió la mirada—. Sé que mi felicidad no es... no es la felicidad humana, así que cuando estoy feliz, ¿lo siento con la misma intensidad que tú? Kyuhyun no sabía qué decir. Por supuesto, él también se había formulado esas preguntas hasta cierto punto, pero ni una sola vez se le había cruzado por la mente la idea de que Yesung también tuviese las mismas dudas. Cuando Yesung alzó la mirada, el brillo artificial de sus ojos parecía un poco más tenue de lo normal. Kyuhyun le sugirió que fuera a recargar sus baterías antes de que se quedase sin energía y él accedió, saliendo a trompicones del sofá para dirigirse a la caja que Kyuhyun había colocado en la esquina de su habitación. Kyuhyun lo siguió en silencio, observando como se introducía en la caja y cerraba la puerta. Un leve resplandor irradió desde ella cuando Yesung empezó a recargarse, acompañado de un suave zumbido que arrulló a Kyuhyun en un sueño profundo.
Posted on: Sun, 10 Nov 2013 03:46:11 +0000
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