Caminó por el chalar del maíz trillado sintiendo el eco de sus - TopicsExpress



          

Caminó por el chalar del maíz trillado sintiendo el eco de sus pasos entre las cañas resecas. Fue pateando uno que otro marlo que quedó a medio castigar en el piso. Sintió que un viento se le apareció del monte y se le volvió a meter entre los quebrachales como asustado de encontrarlo en su camino caprichoso. Lo siguió. Le siguió la huella. Es difícil campear un viento en una tarde de fines de Julio. El corazón se le había puesto ocioso de tantos días con poco trabajo. Los latidos le eran pesados y ya casi no los escuchaba. Se adentró en el monte con un súbito miedo que desconocía. Perseguía un viento desconocido mientras se agachaba entre las tuscas y los churcales. Los vientos tienen eso en el norte. Uno no sabe bien qué traen. Y él no sabía que este vino a buscarlo para llevarlo al silencio. Quizás de saberlo no lo guapeaba, o quizás, sabiendo, lo mismo lo rastreaba para mostrarle cojudez. Tenía el corazón cansado de tanto meterle trabajo. Como esas cocinas económicas que se funden si se las pasa de fuego. A Eligio el corazón se le fue rajando. Se paró. Se incorporó entre las espinas que lo fueron curtiendo de chico. Cerró los ojos. Suspiró. El viento bajó con perfume de algarroba nueva y se lo llevó tranquilo.
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 04:25:20 +0000

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