Capitulo 06: La Isla de Fuego Primera parte. En capítulos - TopicsExpress



          

Capitulo 06: La Isla de Fuego Primera parte. En capítulos anteriores… Una serie de extraños e inesperados ataques perpetrados por los caballeros negros se han ido sucediendo en distintos centros de adiestramiento tutelados por el Santuario. Aunque el objetivo y los intereses de estos caballeros negros son aun desconocidos, si se ha sabido su interés especial por obtener ciertas armaduras de bronce para un uso aun por descubrirse. En Siberia, dos caballeros negros, Malon de Eridano y Arestis de Osa Mayor atacaron una aldea donde se ubicaba un templo que servía de adiestramiento para futuros caballeros del santuario. Ambos caballeros insistieron en la entrega inmediata de la armadura de bronce del Cisne, para lo cual llegaron incluso a tomar como rehén a un anciano que servía a la vez de maestro de los jóvenes alumnos. Rabel, caballero de bronce de Antinuos acude al rescate del anciano pero se ve superado por las fuerzas de los caballeros negros. Cuando el combate parece sentenciado, hace su aparición Alrisha, caballero de Oro de Piscis y protector del templo y de la armadura del cisne. A pesar de sus intentos, los dos caballeros negros se ven incapaces de superar el inmenso poder del caballero de oro, que finalmente acaba dándoles muerte con una poderosa técnica, poniendo a salvo al herido caballero de bronce... Mientras tanto, el patriarca Shion envía a un grupo de caballeros liderados por Ioras de Leo con la intención de investigar el supuesto ataque de los caballeros negros a la isla de Fuego. Y ahora, la continuación. Isla de Fuego Siguiendo las instrucciones dadas por el Patriarca Shion y en respuesta al supuesto ataque de los caballeros negros, un grupo de caballeros liderados por Ioras de Leo llegaron a la isla de fuego con la intención de averiguar lo ocurrido y dar con los responsables. - A pesar de que el campamento se encuentra en la zona sur de la isla, creo que sería buena idea separarnos en dos grupos para tener toda la isla controlada y poder evaluar las fuerzas del enemigo. - Dijo Saradan, caballero de plata de Copa. - Es buena idea, además así podremos conocer la posición de esos caballeros negros pues no creo que se concentren solo en el campamento de entrenamiento que el santuario posee aquí. – Respondió Ioras. Tras la propuesta del caballero de Plata, el equipo se separó en dos grupos. Por un lado, Ioras de Leo, Saradan de Copa y el caballero de bronce Rasnal de Tucan pusieron rumbo a la zona de la isla donde se ubicaba el campo de entrenamiento. Mientras tanto y por su parte, el otro grupo formado por los caballeros de plata Oridan de Canis Major y Crayfuss de la Cruz del Sur, así como el caballero de bronce Yiran de Dorado pusieron rumbo a la zona norte, donde salvo unas ruinas muy antiguas, no había ninguna construcción. Al cabo de un rato caminando, los caballeros liderados por Ioras de Leo llegaron al campo de entrenamiento. Nada mas pisar la entrada, pudieron comprobar los graves desperfectos en las distintas cabañas que formaban la parte habitable del campo. - Parece que estos daños en el campamento confirman que si ha habido un ataque y al parecer bastante importante dado los daños. – Dijo Saradan de Copa. – Lo que no hay son cuerpos según Oridan, su joven aprendiz le dijo cuando se comunicó con él que se habían producido varias muertes. - Es posible que los enterraran tras ser asesinados, aunque esto no tendría mucho sentido teniendo en cuenta que no serviría para ocultar el ataque a este campamento. – Respondió Rasnal de Tucan. - Está bien, será mejor que nos dividamos y registremos la zona por si hubiera alguna pista sobre los habitantes del campamento o sus atacantes. – Dijo Ioras. – Mantener los ojos abiertos. Tras separarse del resto del grupo, los caballeros de Oridan de Canis Major, Crayfuss de la Cruz del Sur y el caballero de bronce Yiran de Dorado exploraban la zona sur de la isla donde se encontraban unas viejas ruinas ya olvidadas y donde no obstante, podría encontrarse alguna pista sobre los supuestos atacantes sobre los que había sido informado el santuario. - Habrá que explorar todo el conjunto de las ruinas, por lo que creo que es mejor separarnos para cubrir más terreno. – Dijo Oridan de Canis Major. - Estoy de acuerdo, de lo contrario podríamos estar aquí demasiado tiempo y es conveniente que terminemos cuanto antes la exploración en esta zona de la isla para reunirnos con el resto del grupo. – Respondió Crayfuss de la Cruz del Sur. - Muy bien, yo me encargare de los templos cercanos al acantilado. – Dijo Yiran de Dorado. Con todos de acuerdo con la propuesta, los tres caballeros se separaron a la entrada de las ruinas para acelerar la exploración y cubrir más terreno con miras a terminar lo antes posible y reunirse con el resto del grupo al otro lado de la isla. Pasados unos minutos desde que se separaron, el caballero de Dorado, Yiran se adentró en uno de los templos que componían las ruinas y cuyo estado de conversación era bastante bueno a pesar del año de los siglos desde que se crearon las estructuras que las componían. - Es una pena que estas ruinas no fueran mas cuidadas y empleadas por el Santuario, podrían ser un campamento mucho mas relevante que el construido en la zona norte. – Dijo para si mismo el caballero de Dorado. – Había oído hablar de ellas a pesar de que ya están más que olvidadas y desde luego son increíbles. - Me alegro que te gusten estas ruinas, caballeros, pues no en vano serán tu tumba para la eternidad. – Dijo una extraña voz ante la sorpresa de Yiran. Mientras Yiran intentó localizar el origen de la voz de quien acababa de dirigirse a él, varias columnas del templo donde se encontraba comenzaron a temblar para finalmente caer sobre él. Sin embargo, el caballero de bronce no tuvo mayores problemas para esquivar dichas columnas. - Seas quien seas no te servirá lanzar columnas y escombros contra mí. – Comentó Yiran. – Será mejor que des la cara si es que quieres combatir conmigo. - Como quieras, en cualquier caso ya te confirmo con total seguridad que no saldrás vivo de este templo. – Respondió el extraño individuo. – Soy Malin, caballero negro del Lobo. - Así que era cierto, los caballeros negros habéis dejado la isla de la Muerte donde fuisteis exiliados por el santuario tras la guerra y habéis decidido volver a las andadas atacando un centro de entrenamiento. – Comentó Yiran de Dorado. – Pues debo informarte de que vuestros planes en esta isla están a punto de terminar. - A estas alturas eso es irrelevante, nuestro cometido en esta isla ya ha sido cumplido y si aun permanezco en esta isla es para poder darme el gusto de terminar con la vida de otro caballero de Atenea. – Respondió muy serio y desafiante el caballero negro. - ¿Otro caballero?... ¿de que hablas?...vamos, habla. – Repitió con insistencia Yiran. - Ya derrote al caballero de bronce de Liebre y debo decir que sin ningún tipo de esfuerzo. – Expuso Malin. – Pensaba medir mis fuerzas con un caballero de plata para que el combate tuviera algo de emoción, pero creo que tendré que conformarme contigo. - Siento no ser el rival que esperabas. – Respondió con humor el caballero de Dorado. – No obstante te demostrare que el poder de un caballero de bronce es suficiente par dar cuentas de un caballero negro exiliado. - Jajaja, eres muy divertido, al final creo que me dará hasta pena eliminarte, pero será un sentimiento muy corto puesto que la satisfacción de terminar con tu vida será mucho mas embriagadora. – Dijo Malin. – En guardia, caballero. “Por las garras del lobo negro” Concentrando su cosmos y acompañado por la imagen de un lobo de ojos rojos aparecido tras su silueta, el caballero negro preparó su ataque contra el caballero de bronce. Aunque en primera estancia Yilan esquivó el ataque, no pudo hacerlo por completo y su cuerpo se vio alcanzado por varios zarpazos originados por Malin, creándole diversos cortes de poca profundidad en piernas y en el estomago. - Tienes mi primera felicitación, no todo el mundo ha sabido esquivar mi ataque en otros combates, puede que después de todo me ofrezcas algo interesante que de sentido a este combate. – Dijo Malin. - Ten paciencia, te aseguro que te guardo algunas sorpresas y espero que te quede claro que tendrás que sudar sangre para derrotarte y alzarte con la victoria. – Respondió Yiran. Mientras tanto y en el campamento situado en la zona norte de la isla, los caballeros liderados por Ioras de Leo proseguían con la inspección del recinto en busca de supervivientes, así como de posibles pistas sobre los atacantes. - ¿Alguna pista?...yo no he encontrado rastro alguno de los jóvenes que vivían en este campamento, así como tampoco de los caballeros negros. – Comentó Saradan de Copa. - No he encontrado tampoco rastro de los caballeros negros pero es evidente que no se contuvieron a la hora de atacar el campamento si tenemos en cuenta el grado de daños que presenta. – Respondió Ioras. En cualquier caso es obvio que se encuentra en esta isla, supongo que habrás presentido la energía de uno de ellos, creo que se han topado con el otro grupo de Oridan. - Si, he notado el cosmos, lo cual confirma efectivamente su presencia en la isla. – Respondió Saradan. – Tendremos que andar con cuidado. - Será mejor que me acompañéis, he encontrado algo…interesante por decirlo de algún modo. – Intervino Rasnal de Tucan. - ¿Qué has encontrado, Rasnal? – Preguntó Ioras. - Creo que el motivo del por que los caballeros negros han atacado esta isla que pensábamos no tenia ningún valor. – Respondió Rasnal. – Parece que tras atacar el campamento y librarse de todos, los caballeros negros han estado muy ocupados. He encontrado lo que parecen ser los restos de un templo o al menos el acceso a un templo en el interior de la montaña a cuyos pies se encuentra el campamento. - ¿Un templo dices?...no sabia la existencia de dicho templo y llevo en la isla bastante tiempo. – Dijo Saradan. – Empiezo a preocuparme por esta situación dada la poca información que tenemos y las numerosas preguntas que nos surgen sobre este ataque, sobre todo ahora que sabemos de la existencia de ese templo. - Será mejor que echemos un vistazo a su interior, es posible que al final si demos con alguna pista sobre los caballeros negros y el motivo de su presencia aquí. – Sugirió Ioras. En la otra parte de la isla, el combate entre Yiran de Dorado y el caballero negro Malin del lobo proseguía con un rápido e intenso cruce de golpes. - Debo admitirlo, das mucho mas la talla como rival que tu compañero al que derrote antes, él no pudo ni tan siquiera notar mi presencia. – Dijo Malin.- Tú, por el contrario, has logrado incluso librarte de mis primeros ataques y eso es algo que nadie había hecho antes. - No necesito en absoluto tus halagos, ya te dije que no te confiaras conmigo y que sería capaz de dar cuenta de ti, espero que sigas teniéndolo presente, caballero. – Respondió Yiran. – Ya hemos perdido demasiado tiempo en habladurías. - Esta bien, si tienes tanta prisa por continuar el combate te daré ese gusto, aunque deberías atesorar más tus últimos momentos. – Comentó un sonriente Malin. - Voy a quitarte esa estúpida sonrisa de tu cara. – Dijo Yiran. – ¡¡¡Prepárate!!!... Concentrando su cosmos, el caballero de Dorado lanzó su ataque contra Malin, el cual se puso a la defensiva con la intención de bloquear el ataque y contraatacar. Yiran se vio sorprendido por Malin al ver que este pudo esquivar su ataque y lanzar a su vez su golpe de “Las Garras de Lobo Negro”. Sin embargo, Malin no se concentro al máximo a la hora de lanzar su ataque al estar excesivamente confiado de que tendría éxito, logrando el caballero de Dorado esquivarlo no sin apuros y sufriendo nuevamente pequeños cortes en su cuerpo. - Ha sido capaz de esquivar mi ataque sin sufrir un solo rasguño y me ha vuelto a atacar sin perder tiempo. – Reflexionó Yiran de Dorado. – Es más peligroso de lo que pensé. - Si ese es todo tú poder, vas a resultar al final una terrible decepción. – Comentó un Malin muy sonriente. – Esperaba que los caballeros de Atenea fueran unos rivales mas interesantes, pero parece ser que estáis sobre valorados. - Vaya, Malin, ¿aun sigues ocupándote de este gusano?...esperaba que tu victoria fuera rápida y pudiéramos irnos de esta maldita isla. – Intervino una extraña voz. – Me sorprende aun más sabiendo que la última vez era yo el que se encontraba en una situación similar y recibir tus sermones. - ¿Qué haces aquí? Neso, caballero negro de Centauro. – Respondió con sorpresa Malin. – Creí que todos los caballeros negros habían dejado la isla tal y como se había ordenado. - Aun quedamos unos cuantos, no queremos dejar cabos sueltos y parece ser que tu no eres capaz de acabar con este caballero de bronce. – Comentó Neso. – Permíteme que te ayude con esta labor para que podamos irnos de una vez por todas. - No te atrevas a intervenir, este combate me pertenece y yo seré el que dará muerte a este caballero. – Expuso Malin. – Déjame esto a mí y cumple con la orden de abandonar la isla, Neso. - Oh vamos, aun recuerdo cuando mataste el caballero de bronce Libre y eso que era un combate en el que se estaba enfrentando a mí. – Respondió un sonriente Neso. – Creo que me la debes por aquella intervención irrespetuosa por tu parte. - ¿Qué es esto?, ¿pensáis que soy algún tipo de trofeo? – Pregunto un furioso Yiran. – Luchare con ambos si es necesario, no me dais miedo. - No será necesario, acabare contigo de un solo golpe. – Respondió Neso de Centauro.- ¡¡¡Que la cólera del Centauro acabe contigo!!! Neso dio un salto desde la posición donde se encontraba en lo alto de una zona de escombros del templo y sin más dilación atacó al caballero de bronce ante la seria mirada de Malin. Para sorpresa de ambos, el caballero de Dorado aumento su energía y fue capaz de eludir el ataque del caballero negro, respondiendo además con una patada en el rostro de Neso. - Jajajaja, sin duda tu presencia es de gran ayuda para el combate, Neso, no solo ha esquivado tu ataque, si no que además ha roto tú defensa y ha logrado golpearte. – Dijo Malin muy sonriente. - ¡¡¡Miserable!!! té haré pagar por cada gota de mí sangre que has derramado con tu golpe. – Gritó un enfurecido Neso. - Esta bien Neso, creo que al final llevabas razón y esto esta durando demasiado. – Dijo Malin. – Acabemos rápido y marchémonos. - Ha llegado tu final, caballero de bronce, te reunirás con tu compañero el caballero de la liebre. – Sentenció Neso mientras su cosmos aumentaba rápidamente. - ¡¡¡ Por la coz del centauro!!! - “¡¡¡ Por las garras del lobo negro!!!” – Gritó Malin al lanzar su ataque al mismo tiempo que si compañero. Con los dos ataques combinados, la fuerza de los rivales era mucho más poderosa que la suya y Yiran no tuvo ninguna oportunidad en su intento de esquivar el ataque. Golpeado por los dos caballeros negros, el cuerpo ya sin vida del caballero de bronce cayo al suelo entre los restos de su armadura de bronce, resquebrajada tras el ataque. - Y tú querías perder más el tiempo con este miserable, no tenia la talla para luchar con un caballero negro. – Dijo Neso muy satisfecho. – Ahora es mejor que dejemos la isla y evitemos encontrarnos con más caballeros del santuario de ese grupo que ha llegado. - No pensareis iros ahora, ¿verdad? – Preguntó una extraña voz. - ¿Cómo?... ¿quien anda ahí?...vamos, muéstrate…déjate ver inmediatamente. – Exigió con insistencia el caballero Neso de Centauro. - Ha sido bastante lamentable que tuvierais que unir vuestras fuerzas para derrotar a ese caballero de bronce, no se que esperar al ver tal acción.- Dijo de nuevo la extraña voz. – Pensé que los caballeros negros eran unos rivales mucho más respetables o mejor dicho, al menos no tan cobardes, pero visto lo visto…no lo tengo ya tan claro. - Sal aquí y lucha si te atreves, correrás la misma suerte que ese insecto. – Respondió Malin. - Francamente lo dudo. – Respondió nuevamente el extraño personaje. – Aunque no hay duda de que debo haceros pagar por este crimen y por desgracia para vosotros, mi poder es muy superior al de él, lo cual espero que os deje claro que no tendréis oportunidad alguna contra mí. Soy Crayfuss, caballero de plata de la Cruz del Sur. - ¿Has estado presente durante el combate? – Preguntó Malin de Lobo. – Si es así, ¿Por qué no has acudido en ayuda de tu compañero?, de habernos atacado sin duda no hubiéramos podido defendernos y hubiera sido la mejor oportunidad para acaba con nosotros o al menos con uno. - No era la mejor opción. – Respondió un sonriente Crayfuss. – El combate ya estaba decidido en cuanto decidisteis unir vuestras fuerzas y aunque os hubiera atacado, la vida del caballero de bronce ya no valía nada. Además, de haber atacado y acabar con alguno de vosotros a costa de salvar al caballero de Dorado, sin duda el superviviente de entre vosotros dos hubiese aprovechado en todo momento el estado lamentable del caballero de bronce, herido de gravedad, para atacarme al verme obligado a tener que defenderle si era fijado como objetivo de algún ataque y eso me pondría en una situación muy complicada para luchar con todas mis energía y totalmente libre de responsabilidades. - Jamás pensé oír semejantes palabras de boca de un caballero de Atenea. – Dijo con sorpresa pero muy sonriente el caballero de lobo. - ¿Has sacrificado la vida de tu amigo por el simple hecho de poder combatir sin preocuparte por su estado durante el combate?, increíble. - Para mi la victoria es lo primero y a pesar de mis métodos, mi obligación es terminar con los enemigos de Atenea y vosotros estáis en esa categoría. – Respondió un sonriente Crayfuss. – Os sugiero que os vayáis preparando, no tardareis muchos en ir ambos al infierno. - Por muy fuerte que seas al ser un caballero de plata, parece que no tienes en cuenta que nosotros somos dos, lo cual ya nos ofrece una interesante ventaja sobre ti. – Dijo Neso de Centauro. – Me temo que serás tu el que acabe mordiendo el polvo y francamente, viendo como actúas, creo que tu también tienes ya un sitio esperándote en el infierno. - Jajaja, ¿pensáis que la superioridad numérica será suficiente para salir victoriosos de este combate? – Preguntó irónicamente Crayfuss. – Os demostrare que estáis en un terrible error. - Ahora veras. – Dijo Malin de Lobo. - “¡¡¡ Por las garras del lobo negro!!!” El caballero negro del lobo concentró su energía e inmediatamente se lanzó contra un sonriente caballero de plata. A pesar de la velocidad mostrada por el caballero negro, Crayfuss no tuvo especiales problemas en evitar el ataque por medio de un gran salto. Manteniendo en todo momento una ligera sonrisa en el rostro, el caballero de plata se coloco a espaldas de Malin, pero antes de poder atacarle, el caballero negro de Centauro se abalanzó sobre él lanzando su puño derecho. Nuevamente, Crayfuss evitó el golpe con facilidad y tras posicionarse a espaldas de sus rivales, se coloco el casco de su armadura con gran tranquilidad y ante la sorprendida mirada de sus rivales, quienes inmediatamente volvieron la vista hacía él. - Como os dije…el hecho de que seáis dos no supone ninguna diferencia en este combate. – Comentó Crayfuss. – Ahora…me toca a mí. Los dos caballeros negros se pusieron a la defensiva ante la concentración de Crayfuss para aumentar su energía cósmica al máximo. Sus rostros evidenciaban una clara preocupación por la manera en que el caballero de plata había logrado esquivar sus ataques, mostrando también su rabia por el mismo motivo. - ¡¡¡ Trueno de la cruz del sur!!! – Gritó Crayfuss. Tras aumentar su energía al máximo, Crayfuss formó con sus brazos la silueta de una cruz, lanzando inmediatamente después un poderoso haz de energía. Los dos caballeros negros mostraron su preocupación ante el poder desarrollado por Crayfuss y se mantuvieron en su posición defensiva. El ataque del caballero de plata alcanzó a los dos caballeros, siendo el caballero Malin de Lobo el más afectado al sufrir el golpe de presión sobre el que se basa el ataque. Tras ser alcanzado a la altura del pecho, la armadura negra en esa zona se agrieta y es incluso atravesada por el ataque de Crayfuss, dejando una clara marca en forma de cruz. - No es posible, no solo ha superado nuestra defensa, si no que además ha logrado alcanzarnos y perforar mi armadura. – Dijo un sorprendido Malin. – No puedo creerlo. - ¿Qué os ha parecido? – Preguntó un sonriente Crayfuss. – Ya os deje claro que no tendrías oportunidad alguna contra mí. - Miserable, pagaras esta ofensa con tu vida. – Respondió Neso de Centauro. - Hoy…no. – Dijo Crayfuss al tiempo que preparaba un nuevo ataque. - ¡¡¡ Lluvia de Truenos!!! Nuevamente, el caballero de plata de la cruz del sur aumentó su energía y lanzo un nuevo ataque. A su vez, los dos caballeros negros respondieron con una posición defensiva que sin embargo volvería ser inútil. El ataque de Crayfuss logró superar las defensas de sus enemigos y aunque ambos fueron alcanzados por el ataque, nuevamente fue el caballero Malin de Lobo el más perjudicado, siendo alcanzado en la zona desprotegida de su cuerpo como consecuencia del ataque anterior. Como consecuencia de este último golpe, Malin de Lobo cayó al suelo quedando malherido. - Uno menos o al menos dentro de muy poco. – Comentó de forma irónica el caballero de plata. – ¿Queréis rendiros y morir rápidamente sin dolor?, hoy estoy de buen humor y os ofrezco esa salida. - ¿Cómo puedes decir eso?...el cuerpo de tu compañero aun esta caliente junto a ti y dices que estas de buen humor y te comportas como si no te importara. – Replicó Neso. – No entiendo como has sido capaz de sacrificar a tu compañero y estar tan tranquilo. - ¡¡¡ Trueno de la cruz del sur!!! – Gritó nuevamente Crayfuss al lanzar su ataque. Crayfuss hizo uso de su primer y más poderoso ataque, marcándose como objetivo acabar con la vida del malherido Malin de lobo, quien aun permanecía en el suelo con claras muestras de dolor. Al ver dicha acción, el caballero Neso de Centauro aumentó su energía e intentó desviar el poderoso golpe del caballero de plata, siendo su intento totalmente fallido y recibiendo él mismo el golpe. - Tu herida en el pecho creo que responde a la pregunta que me hacías hace unos segundos. – Dijo Crayfuss. – Tu compañero herido se ha convertido en una carga, es un claro y fácil objetivo dado su estado y eso hace que tú también te conviertas en un fácil objetivo al verte obligado a emplear tus energía e incluso tu cuerpo para protegerle. Yo no tenía el más mínimo interés en pasar por esa experiencia para salvar la vida del caballero de bronce de Dorado. - Eres un miserable, ¿Cómo te has podido convertir en un caballero de Atenea?...jamás había conocido a un caballero del Santuario como tú, no tienes ningún apego por la causa que defiendes en nombre de Atenea, por tus compañeros por la vida de cualquier persona, es increíble. – Expuso Neso con rostro sorprendido. - Es bastante cómico que sea un caballero negro, un caballero renegado y exiliado del santuario el que me de sermones, eres patético y por eso hoy tú y ese y cadáver andante moriréis por mi mano. – Respondió Crayfuss. – Te daré el golpe de gracia, ya no me divierte este combate y no soporto que me des lecciones. Crayfuss se puso en posición de ataque con el objetivo de aumentar su energía cósmica. Neso por su parte se coloco cerca de su compañero herido y aumento también su energía con el objetivo de contraatacar e intentar de esta forma detener el ataque del caballero de plata. Llegado al máximo de su poder, Crayfuss lanzó su ataque de Lluvia de Truenos al mismo tiempo que Neso atacó con su golpe cólera del Centauro. Ambos ataques acaban encontrándose pero nuevamente es el poder del caballero de plata el que prevalece y no solo consigue neutralizar el ataque del caballero negro, si no que consigue que su ataque prosiga, golpeando a los dos enemigos con toda la energía de su poder de ataque. Con este ataque, Crayfuss logra derrotar a los dos caballeros, cuyos cuerpos ya sin vida yacen en el suelo con sus armaduras destrozadas y sus cuerpos ensangrentados. - Menudos estúpidos. – Dijo Crayfuss ante los cuerpos sin vida de sus enemigos. – No puedo imaginar por que esto caballeros tan débiles tenían preocupado al Gran Patriarca. - Cra…Crayfuss… - ¿Eh?... ¿aun sigues vivo? – Dijo Crayfuss al ver como el caballero de bronce de Dorado se movía y le llamaba. – Parece que después de todo si fuiste lo suficientemente capaz de aguantar el ataque de esos dos sujetos y salvar la vida. - Crayfuss… ¿Por qué no me has ayudado?...tu intervención era necesaria y aun así te mantuviste al margen. – Comentó con dificultad el caballero de bronce. - ¿Qué clase de compañero es aquel que no ayuda a sus camaradas cuando están en peligro…?. - Si has estado consciente durante el combate sabes la respuesta a esa pregunta y por lo tanto no necesitas que vuelva a repetir mi opinión. – Respondió Crayfuss. – Sin embargo, debo decir que si bien me agrada verte con vida, debo decirte que es una pena que recuperaras el conocimiento durante el combate. Ahora sabes mis motivaciones y creo que coincidirás conmigo en que uno debe proteger su imagen como caballero de Atenea. Tengo la impresión de que tú no guardias en secreto lo ocurrido hoy aquí y es por ese motivo por él que no puedo dejarte con vida, compañero. - ¿Cómo?...Crayfuss… ¿Qué?... ¿que vas hacer? – Preguntó Yiran de Dorado. - Lo siento, pero debo acabar contigo ya que no puedo dejar que vivas y hables de mí al Gran Patriarca. – Dijo Crayfuss. – Si te sirve de consuelo, siento realmente que tengas que terminar así, procurare explicar en el Santuario tu actitud valiente como caballero. La energía cósmica de Crayfuss comenzó a crecer más y más mientras tomaba posición para atacar a un malherido caballero de bronce, el cual herido de gravedad por los caballeros negros, era incapaz de ponerse tan siquiera de pie y veía con impotencia como el que debía ser su compañero, se disponía a terminar con su vida. Llegado al limite de su energía, Crayfuss se preparó para lanzar su ataque pero en el momento de iniciarlo, se vio interrumpido por la intervención del caballero de plata Oridan de Canis Major, golpeando este al caballero de la cruz del sur en pleno rostro con su pierna derecha tras un gran salto. - ¿Acaso has perdido la cabeza, Crayfuss?, ¿Qué demonios estas haciendo? – Preguntó un sorprendido Oridan. - Solo estaba atando unos pequeños cabos sueltos que se habían quedado por el camino, pero tu intervención no solo ha impedido que pusiera fin a ese asunto, si no que además me obliga a actuar más allá y ahora tendré que acabar contigo también. – Respondió Crayfuss. - ¿De que hablas?, ¿has perdido el juicio?, no solo has intentado matar a un compañero, si no que además me estas amenazando, ¿Qué demonios te ocurre? - Expuso Oridan. – No es comportamiento para un caballero de Atenea que lucha por la justicia y la paz en el mundo, eres mas parecido a esos caballeros negros que yacen tras de ti. - No voy a entrar en esa clase de valoraciones contigo, parece que hoy todo el mundo tiene ganas de soltar discursos sobre ideales. – Respondió un irónico Crayfuss. – Lo siento pero no estoy de humor. - En ese caso, será mejor que te rindas y vuelvas conmigo al santuario, solo el Gran Patriarca sabrá valorar tus acciones y darte la sentencia que crea oportuna en consecuencia con tus acciones. – Dijo Oridan. - Jajaja, ¿ahora quien ha perdido la cabeza? – Respondió Crayfuss. – Imbécil, no tengo la intención de rendir cuentas ante nadie y mucho menos tengo la intención de que todo esto se conozca en el santuario. Si no te hubieras entrometido, Yiran de Dorado hubiera muerto sin sufrimiento y habría quedado en la historia como un valeroso guerrero caído en combate, pero con tu entrada, me temo que ahora seréis dos los caballeros muertos valerosamente. Al menos te prometo que es lo que diré en el santuario. - No puedo imaginar que clase de mente perturbada te controla, pero jamás pensé ver este comportamiento en un caballero del Santuario. – Expuso Oridan. – No me dejas mas remedio que luchar contigo como si de un enemigo se tratara, ya no eres un caballero de Atenea…te has vuelto un servidor de las fuerzas del mal, un caballero renegado que se mueve por sus intereses. - Por fin das el paso y declaras tu intención de luchar, ya era hora. – Dijo Crayfuss. – En guardia pues, será un placer demostrarte quien es el más poderoso. Muy confiado de su superioridad y mostrando una clara sonrisa en el rostro, Crayfuss aumentó su cosmos, preparándose para el ataque. Sin embargo, el caballero de plata de Canis Major no estaba por la labor de esperar ser atacado primero y tras aumentar su energía rápidamente, se preparó también para atacar. - ¡¡¡ Por la sombra del cazador!!! – Gritó Oridan al lanzar su ataque. Mientras Crayfuss seguía aumentando su energía, Oridan lanzó su ataque, creando una ilusión por la cual aparecieron hasta diez imágenes idénticas a su figura, moviéndose todas ellas al mismo tiempo sin dejar claro cual de las figuras era el verdadero Oridan. - No pienses que podrás derrotarme con un truco de ese calibre, no me impresionas lo mas mínimo. – Afirmó Crayfuss. – Destruiré todas tus copias si es necesario pero no podrás ocultarte de mí. ¡¡¡ Trueno de la cruz del sur!!! En el momento en que Crayfuss lanzó su ataque, las imágenes creadas de si mismo por el caballero Oridan pusieron sus brazos en alto, creando entre sus manos una extraña luz de energía que poco a poco fue creciendo más y más. Rápidamente, las imágenes creadas por Oridan lanzaron una bola de energía hacía Crayfuss, viéndose este obligado a detener su ataque al quedar totalmente cegado por la fuerza de la luz que desprendían las bolas de energía, ahora unidas en una mucho más grande. - ¿Qué es esto…?...maldita sea, no veo absolutamente nada, esa luz me esta cegando, parece el mismismo sol. – Dijo Crayfuss. – Un momento…que es…que es eso. Cegado por la potente luz creada por la bola de energía, Crayfuss solo pudo distinguir una extraña sombra en la lejanía y sin poder tener claro su aspecto físico e incluso su forma. Rápidamente, la sombra se fue haciendo más grande, llegando a tomar la imagen física de una persona. Siendo ya tarde para reaccionar dada su cercanía, Crayfuss pudo ver como dicha sombra no era otro que el caballero Oridan, quien nada más alcanzar la posición de su rival, golpeó a Crayfuss a la altura de la barbilla, lanzándolo varios metros por los aires. - Maldito seas, te haré pagar este golpe, lo prometo. – Dijo Crayfuss aun dolorido por el golpe y mientras se ponía en pie. - Espero que no pensaras que te resultaría fácil acabar conmigo, yo no estoy moribundo como Yiran de Dorado y tampoco soy un caballero negro. – Expuso Oridan. – ¡¡¡Yo soy un caballero de Plata del Santuario!!! - Eso ya lo veremos. – Respondió Crayfuss. – Mi intención era luchar contigo de igual a igual para ver quien era el más poderoso de los dos, pero creo que tendré que recurrir a más técnicas para obtener la victoria, no en vano…el poder y la técnica no son nada si no se obtiene finalmente la victoria en un combate. - Que estará tramando. – Pensó Oridan. - Es hora de dejar claro quien manda aquí. – Dijo Crayfuss mientras aumentó su energía cósmica. - ¡¡¡ Lluvia de Truenos!!! Crayfuss concentró su energía bajo la atenta y seria mirada de Oridan. Cuando se dispuso a lanzar su ataque, Crayfuss centró su mirada en el malherido caballero de Dorado, concentrando su poder y su ataque sobre el cuerpo del joven caballero de bronce tendido en el suelo sin poder defenderse. El golpe lanzado por el caballero de la cruz del sur sería no obstante detenido por Oridan, quien recibiría de lleno el ataque de Crayfuss. - Jajaja, eres tan patético como esos caballeros negros cuyos cuerpos sin vida yacen en el suelo. – Dijo Crayfuss. – Tu interés en la vida de otra persona no hace mas que dejarte al descubierto ante el ataque de tu enemigo tal y como acabo de hacer. - Eres un ser rastrero, solo alguien como tú es capaz de atacar a traición a un caballero herido y que no puede defenderse. – Respondió Oridan. - Di lo que quieras, tu eres el que esta herido y el que esta poniendo en riesgo su vida por salvar a alguien que ya tiene un paso en el otro mundo. – Comentó Crayfuss. – No te preocupes, acabare con el sufrimiento de ambos de inmediato, empiezo a estar cansado de este absurdo combate. Mientras Crayfuss dialogaba con Oridan, el caballero negro Neso de Centauro logró acercarse por detrás y atrapar a Crayfuss entre sus brazos a pesar de su estado físico, con su armadura parcialmente destruida y gravemente herido. - Pero que…¡¡¡ Tú!!!...¿aun sigues vivo?, pensé que ya había rendido cuentas contigo. – Dijo un sorprendido Crayfuss. – Parece que hay gente no sabe cuando debe aceptar sus derrota. - El fin de mi existencia esta próxima, pero aun me queda la suficiente energía para intentar que tus acciones no queden impunes. – Respondió Neso. - Sueltamente inmediatamente o te haré sufrir como nunca lo has hecho hasta el final de tu miserable vida.- Exigió Crayfuss. - Caballero… - Dijo Neso dirigiéndose a Oridan. – Aprovecha ahora y ataca, no podré sostenerle mucho más. - ¿Qué dices?...- Preguntó un sorprendido y desconcertado Oridan. - Por muy enemigo que fuéramos los caballeros negros y aunque en otras circunstancias combatiríamos el uno contra el otro por unos ideales completamente distintos, sabes también como yo que este caballero no puede salir impune de sus acciones, es un caballero que debe ser castigado y sus crímenes y acciones solo merecen la muerte. – Expuso Neso de Centauro. – Aprovecha ahora y atácale, no podré aguantar mucho y si no lo haces acabara contigo al verte obligado a proteger a tu compañero herido. - No puedo hacerlo, atacarle de esta manera no sería honorable y sería actuar de la misma forma que él. – Respondió Oridan. – Si debo vencerle…que sea en un combate de igual a igual. - Todo eso es muy bonito, pero debo recordarte que no estáis luchando en un combate de igual a igual, si no que esta aprovechando el estado del caballero de bronce para atacarte a ti y eso al final acabara con tu derrota. – Respondió Neso. – Vamos…aprovecha ahora y libra al mundo de este loco. Con grandes dudas sobre como proceder, Oridan finalmente se decidió a pasar al ataque tras volver la vista hacía su compañero, el caballero de bronce, cuyo estado no aceptaba mas espera a la hora de ser atendido y cuya vida estaba en juego. Tras tomar la decisión, Oridan comenzó a concentrar su energía al máximo ante la sonrisa de Neso y lo intentos de Crayfuss por liberarse de entre los brazos del caballero negro. Con su energía cósmica al máximo, Oridan paso al ataque y lanzó su golpe La sombra del cazador. Sin embargo y aprovechando el débil estado del caballero negro que le mantenía atrapado entre sus brazos, Crayfuss logró liberarse de su prisión tras unos golpes en el rostro de su enemigo y sin demora alguna, cogió del brazo al caballero negro para lanzarlo justo contra Oridan y su ataque, golpeando este el cuerpo del caballero negro que a su vez haría de escudo de Crayfuss. Finalizado el ataque, el cuerpo sin vida del caballero negro cayo al suelo con su armadura prácticamente desintegrada y creándose un gran charco de sangre a su alrededor. - Pobre imbécil, al final ha tenido el final que merecía. – Dijo un sonriente Crayfuss observando el cuerpo de Neso de Centauro. – En cuanto a ti, vamos a zanjar este asunto de una vez por todas. - Estoy listo, cuando quieras…Crayfuss. – Respondió Oridan. - Adiós, Oridan, da recuerdos en el infierno. – Dijo Crayfuss mientras aumentó su energía. - ¡¡¡ Trueno de la cruz del sur!!! El nuevo ataque de Crayfuss esta vez supero las defensas de Oridan con cierta facilidad aprovechando su agotamiento y el golpe le dio de lleno. Como consecuencia de la violencia del ataque, la armadura de Canis Major de Oridan sufrió importantes daños y la fuerza del golpe hizo que su cuerpo se desplazara varios metros por el aire hasta chocar y atravesar una de las paredes del templo y que daba al acantilado a cuyo borde se ubicaba el templo. - Creo que han llegado tus últimos minutos de vida, Oridan. – Dijo un sonriente Crayfuss mientras comenzó a pisar las manos de Oridan con las que evitaba no caer al fondo del acantilado. – No olvides saludar de mi parte en el infierno. - Creo…que podrás hacerlo tú mismo. – Respondió Oridan con una ligera sonrisa en su rostro y ante el desconcierto de Crayfuss. - ¿Qué dices?...estas perdiendo el juicio. El desconcierto invadió a Crayfuss, quien se volvió inmediatamente como en busca de respuesta a las palabras de Oridan. Para su sorpresa, Crayfuss encontró al volverse al caballero de Bronce, quien a pesar de sus graves heridas, su armadura dañada y su dificultad para mantenerse en pie, estaba concentrando su energía. - ¡¡¡ No puede ser!!! – Gritó un desesperado Crayfuss ante el inminente ataque por sorpresa. - Es hora de que seas tu el que rinda cuentas. – Dijo Yiran de Dorado. Aumentando su energía cósmica hasta el máximo de sus fuerzas, el caballero de Dorado golpeo con toda su rabia el suelo agrietado del templo, el cual se encontraba fuera de los bordes del propio acantilado y si encima de él dada la construcción del templo. El potente golpe hizo que el suelo en esa zona se agrietara aun más y acabara cediendo, dejando caer a los tres caballeros al acantilado junto a gran parte del templo. - ¡¡¡ Nooooooooooooooooooooo!!! – Gritó Crayfuss al caer. Mientras tanto y en la zona norte de la isla, el otro grupo de caballeros se encamino al interior del templo encontrado por Rasnal de Tucan en el interior de una montaña cerca del campo de adiestramiento. Los tres caballeros caminaban por la entrada del templo cuando Ioras de Leo se detuvo ante la sorpresa de sus dos compañeros. - ¿Habéis sentido eso?, era el cosmos de nuestros compañeros…Crayfuss, Yiran…Oridan. – Dijo Ioras de Leo. - Ya no siento nada…han desaparecido. – Comentó Saradan de Copa. – Sus energías parece que han desaparecido. - ¿Habrán sido derrotados por los caballeros negros? – Preguntó un preocupado Rasnal de Tucan. - No lo creo. – Respondió Ioras. – En cualquier caso, debemos seguir con nuestra parte de la misión, si están vivos, se reunirán con nosotros. Sigamos. Con las palabras de Ioras de Leo, los tres caballeros se adentraron en el templo. Continuara…
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 18:44:43 +0000

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