Capítulo 13 El hombre arrojó la bandeja por el aire cuando vio - TopicsExpress



          

Capítulo 13 El hombre arrojó la bandeja por el aire cuando vio aquella pistola a tan solo unos milímetros de su cabeza. Los brazos rígidos de Justin seguían sosteniendo con fuerza la 9 milímetros. —¿Quién es usted? ¿Dónde está _______? El intruso intentó balbucear algunas palabras pero estaba demasiado asustado como para decir algo. —¡Hable, demonios! —Dio un paso hacia adelante—. ¿Dónde está _______? —¡Justin! ¡Por Dios! ¿Qué estás haciendo? _______ entró como una tromba a la cocina y Justin la observó ponerse de pie junto al intruso que, en cualquier momento, terminaría por mojarse los pantalones—. Brandon, ¿estás bien? —¿Conoces a este tipo? —preguntó casi gritando. —¡Por supuesto que lo conozco! —Ayudó a Brandon a sentarse. Estaba pálido y le temblaban las piernas—. Es Brandon Tanner, trabaja conmigo en la editorial. Justin escuchó su explicación pero todavía seguía apuntándole con su arma. —¿Podrías…? —Ah, sí, lo siento. —Guardó la pistola en la cartuchera que colgaba de su pecho y volvió a mirar al hombre que segundos antes había estado a punto de matar—. Lo siento, amigo. Brandon apenas pudo asentir. _______ tenía una mano encima de su hombro y la otra le rodeaba un brazo. —¡Casi lo matas del susto! —exclamó _______. Estaba a las claras reprochándole su actitud. —Ya me he disculpado pero debes entender que no estoy acostumbrado a llegar a mi casa y encontrarme con un desconocido que se pasea por mi cocina —le dijo con ironía. _______ lamentó entonces haberle hablado de aquel modo. Después de todo, no era más que su culpa; si ella le hubiese avisado de que Brandon trabajaría con ella allí, aquel desagradable incidente nunca habría ocurrido. —Tienes razón, ha sido culpa mía —reconoció por fin—. Debería haberte comentado que Brandon vendría. —Deberías haberlo hecho, sí. —Extendió la mano hacia el tal Brandon—. Soy el detective Justin Bieber. Brandon dudó un segundo y retribuyó su saludo. —Brandon Tanner —dijo e intentó recobrar la calma—. ¿Es usted policía? —preguntó contrariado. —Así es. —Entrecerró los ojos y miró a _______—. ¿Qué ha pensado cuando me ha visto apuntarle con mi pistola? —En realidad, no he podido pensar mucho. _______ me había dicho que compartía la vivienda con un amigo; nunca me mencionó que fuera policía. «¿Amigo?» ¿Por qué _______ se había inventado aquella mentira? Entonces recordó su renuencia a que subiera con ella cuando la había acompañado a la editorial; seguramente no quería ser vista con él. No quería que alguien pensara, tal vez, lo que no era o hiciera demasiadas preguntas. Comprendía, tal vez a su pesar, que esa persona era Brandon Tanner y que _______ debía tener un motivo muy importante para haberse inventado que eran amigos y no mencionar el hecho de que él era policía. —¿Qué sucede aquí, _______? —preguntó Brandon. —Lo mismo quisiera saber yo —agregó Justin. _______ sintió que aquella situación se le estaba yendo de las manos pero si había alguien que necesitaba sus explicaciones ese era Brandon y no Justin. —Brandon, te contaré la verdad. —Se mordió el labio inferior—. Perdóname por haberte engañado pero no quería involucrarte. —¡Por Dios, _______! ¡Me estás asustando! —Apretó la mano que aún seguía rodeando su brazo bajo la atenta mirada de Justin. —Vamos al salón te contaré todo con calma. —Le dirigió una mirada a la bandeja que estaba tirada en el suelo y luego miró a Justin—. ¿Te molestaría preparar un poco de café? Justin estuvo a punto de decir algo pero _______ se aferró al brazo de Brandon y salió de la cocina con él. Un cuarto de hora después Brandon seguía más consternado que al principio al escuchar lo que _______ tenía que decirle. —Le pedí a Jennie que no te comentara nada, creía que podría mantenerte fuera de todo este asunto. —Esbozó una tenue sonrisa. Justin, sentado sobre la mesa de billar, los observaba con atención mientras hablaban. —Deberías habérmelo dicho todo desde un principio. Tarde o temprano me habría enterado y nos habríamos evitado lo que ha sucedido en esa cocina. —Lo siento, Brandon, es que mi vida se ha convertido en una pesadilla y cuanta menos gente esté involucrada, mejor. —Jamás me lo habría imaginado, no sabía nada de esto. —Hizo una pausa—. He oído en las noticias lo de los crímenes, pero me parece increíble que tengan que ver contigo. —Es una pesadilla que comenzó hace cuatro años, y no sé cuándo va a terminar. —Agachó la cabeza no iba a llorar en ese momento. Brandon la tomó de la barbilla y la obligó a mirarlo. —Qué bueno que me lo hayas contado; es bueno saber que confías en mí a pesar de que hace tan poco que nos conocemos. Justin se puso de pie y se acercó. —¿Hace cuánto os conocéis? —Le molestaba la mano de aquel hombre en el rostro de _______. Sonrió cuando él la soltó para responderle. —Jennie nos presentó hace unos días. Ambos trabajaremos juntos en el nuevo proyecto de Sunrise Press. —Entiendo. _______ miró a Justin por un instante; no le gustaba nada el tono de su voz al dirigirse a Brandon. Percibió que no solo estaba molesto por su presencia, había algo más que no alcanzaba a comprender. —Jennie me sugirió que Brandon y yo podríamos trabajar aquí —dijo _______ e intentó descubrir lo que se ocultaba detrás de los ojos marrones de Justin—. Espero que eso no signifique un problema para ti. Si es así, podemos hacer un espacio en el taller y quedarnos allí. —No es necesario, podéis trabajar aquí cuando gustéis, no me molesta en absoluto —se apresuró a decir. Prefería tenerlos al alcance de la vista y evitar que _______ estuviera a solas con aquel hombre. Su teléfono móvil comenzó a vibrar dentro del bolsillo trasero de sus pantalones. —Disculpad. —Les dio la espalda—. ¿Qué sucede, Miley? _______ reaccionó al escuchar el nombre de su compañera. Segundos después, Justin terminó la llamada y cuando se volvió hacia ella _______ supo que algo andaba mal. Se puso de pie y se cruzó de brazos. Había comenzado a temblar al presentir lo que Justin estaba a punto de decirle. —Han hallado a otra muchacha muerta. Justin se restregó los ojos. Habían pasado más de dos horas desde su llegada a aquella escena del crimen y un dolor constante le martilleaba la cabeza. Miley había salido un momento a tomar aire y se estaba arrepintiendo de no haberla acompañado. El cadáver de la que se había convertido, oficialmente, en la cuarta víctima yacía sobre la cama. La observaba y le parecía estar viendo a _______; esa muchacha en particular, tenía un parecido mayor con ella que las otras tres. Se estremeció ante la idea de llegar un día a la escena de un crimen y descubrir que la muchacha que yacía muerta sobre su cama ya no era una burda imitación de _______, sino que el asesino había finalmente decidido convertir su fantasía en realidad. —¿Estás bien? —preguntó Miley al entrar de nuevo en la habitación. Justin no pronunció palabra, solo negó con un leve movimiento de cabeza. Miley notó que estaba afectado de verdad. Haber descubierto el mensaje que el asesino había dejado esa vez había sido abrumador para él. Observó el cuerpo inerte de Rita Laursen, una aspirante a pianista que se había convertido en la cuarta víctima del Asesino de las Flores. Era tan parecida a _______. Miley estaba segura de que lo sería aun sin la intervención del asesino por caracterizar a sus víctimas. Ese hecho y el mensaje que había dejado tallado en su vientre, sin duda, eran los causantes del rostro consternado de su compañero. Leyó las cuatro palabras por enésima vez. «_____(d), regresa a mí.» Cada vez más claro, más siniestro, como si con cada crimen estuviera un paso más cerca de ella. El perfume de los pétalos de nomeolvides inundaba toda la habitación. Cuando Joe llegó, Miley lo saludó con una sonrisa. Justin apenas lo vio. —¿Por qué no te vas? Yo puedo quedarme —dijo Miley mientras le tocaba el brazo. —No sé. No debería abandonar la escena del crimen, Cyrus. —Rompamos las reglas por esta vez, Bieber. —Le sonrió con comprensión—. Vete a casa, yo terminaré aquí y mañana te pongo al tanto de las novedades. Ya no hay nada más que puedas hacer. Justin asintió y después de agradecerle lo que estaba haciendo por él, se marchó. —¿Qué le pasa a Bieber? —preguntó Joe mientras examinaba los hematomas que la víctima tenía alrededor del cuello. —Me temo que a veces se toma demasiado en serio su trabajo —comentó distraída. Deseaba creer que solo se trataba de eso; pero en el fondo sabía que lo que estaba afectando a su compañero era algo más profundo. Solo esperaba que los sentimientos que había despertado _______ Carmichael en él no nublaran su razón y su capacidad de desenvolverse con eficiencia en su trabajo. Cualquier error podría poner en peligro no solo la vida de ella, sino también la de él. Respiró hondo y dejó escapar un soplido de resignación. Cuando entró en su loft reinaba un silencio absoluto; solo las luces que entraban a través de los cristales de la puertaventana que daba a la terraza iluminaban el salón comedor. _______ seguramente estaría durmiendo después de haber trabajado toda la tarde con el tal Brandon Tanner. Echó un vistazo al baúl en donde todavía había algunos papeles desparramados y un par de carpetas. Caminó hasta el sofá y se dejó caer en él con pesadez. Estaba agotado física y mentalmente. La imagen de la cuarta víctima del Asesino de las Flores inundaba cada rincón de su mente y no lo dejaba en paz. Nunca había dejado que su trabajo le afectara demasiado, pero en esa ocasión era imposible. Las víctimas se parecían tanto a _______, y con cada muerte el asesino parecía decirle que no pasaría mucho tiempo antes de que diera con ella para lograr así su objetivo. Ignoraba cuál era, pero era consciente de que mientras él estuviera con ella, nada malo le pasaría; defendería a _______ con su propia vida si eso fuese necesario. Se recostó en el sofá mientras se aflojaba el nudo de la corbata. Dejó caer la cabeza sobre el reposabrazos, cerró los ojos e intentó dormir. Era inútil, no podía relajarse. Se levantó de un salto y caminó hacia la habitación. Necesitaba verla, cerciorarse de que estuviera durmiendo tranquilamente en su cama. Abrió la puerta con cuidado para no hacer ruido y despertarla. Entró con sigilo y cerró la puerta tras de sí. Esbozó una sonrisa al descubrir a Sam que dormía, hecho un ovillo, junto a la cama. Parecía que él también había decidido cuidar de ella aquella noche. Luego, sus ojos miel y cansados se posaron en la silueta que se dibujaba bajo las sábanas. Se quedó de pie a un costado de la cama y la contempló en medio de la penumbra que rodeaba a la habitación. Su cuerpo estaba cubierto con las sábanas de seda que llegaban hasta la altura de su cintura; tenía los brazos estirados a ambos lados y su cabeza reposaba cómoda sobre la almohada. Se había soltado el cabello, que caía en suaves ondas alrededor de su rostro. La observó espirar e inspirar a un ritmo acompasado mientras su pecho subía y bajaba. La prenda de algodón no lograba ocultar la delicada redondez de sus senos y se los imaginó de nuevo entre sus manos. De repente, la imagen de la última víctima se sobrepuso a la imagen de _______. Era otra habitación, otra cama, pero la mujer tendida sobre ella parecía ser la misma. Cerró los ojos y movió la cabeza en un intento por apartar esa imagen de su mente, por alejar cualquier vestigio que le recordara que la próxima podía ser ella. Levantó los párpados de inmediato cuando la sintió moverse en la cama. _______ se había puesto de costado y la mata de cabello castaño que caía sobre su rostro estaba bañada por la luz de la luna que entraba por la ventana. La sábana se había deslizado hacia un costado y una de sus piernas desnudas asomaba por debajo. Se estremeció al recordar cómo sus propias manos las habían recorrido la noche anterior. Volvió a cerrar los ojos y se dejó embargar de nuevo por aquellas mismas sensaciones. Podía estirar una mano y volverla a tocar; pero sabía que si lo hacía ya nunca se detendría. Ya no soportaría tenerla entre sus brazos una vez más y no demostrarle lo que sentía por ella. Caminó hasta la ventana y se sentó en la butaca para contemplarla desde allí. Se pasó ambas manos por el cabello y luego, inclinado hacia delante, apoyó los codos sobre sus rodillas. Volvió a mirar a _______. Desde allí podía contemplarla de frente. Sus ojos se clavaron en la pequeña marca en su cintura que asomaba por debajo de la ropa; era la mitad de un círculo de color un poco más oscuro que el tono de su piel. Sabía perfectamente lo que era, ya lo había visto varias veces, pero se preguntó qué efecto causaría verlo en la misma _______. Aquella marca fatídica solo le recordaba que la vida de _______ estaba en constante peligro y se sintió abrumado por un sentimiento que nunca antes había experimentado. Imaginarse que algo malo le podía suceder le provocaba un vacío en el alma; la sensación de perderla y de saberla en peligro le estrujaba el corazón. Ya no tenía que ver con su trabajo como policía y el cumplimiento de su deber, aquello iba mucho más allá. Observó el rostro relajado de _______ mientras dormía plácidamente, aquel rostro divino que ocupaba su mente durante el día y que invadía sus sueños durante la noche. Su boca se curvó en una sonrisa, siempre había sido un hombre que cumplía con sus promesas pero ya no dependía de él. Lo que sentía por _______ Carmichael era más fuerte que cualquier razonamiento, porque el amor mismo carece de toda lógica y razón. Y aquello era exactamente lo que sentía por ella; la amaba y no importaba lo que hiciera para ocultarlo o negarlo. No podría cumplir la promesa que le había hecho a Miley, ya era demasiado tarde. Cerró los ojos de nuevo e intentó descubrir desde cuándo la amaba. Lo supo de inmediato, había sido la mañana en la que había llegado corriendo desesperada a su oficina y se había arrojado a sus brazos, asustada porque aquel hombre había estado en su casa y en su habitación. En ese momento comprendió que lo que sentía por ella iba mucho más allá del deseo y lo que lo unía a _______ era mucho más profundo que cualquier atracción física. Desde que la había visto por primera vez se había sentido atraído por ella y se había imaginado cómo sería tenerla en su cama y hacerla suya; pero luego había comenzado a experimentar otra clase de necesidad, la necesidad de protegerla y cobijarla entre sus brazos para impedir que alguien le hiciera daño. Cuidar de _______ se había convertido en un mandamiento para él, solo esperaba no perder su objetividad y dejar sus sentimientos de lado. Era consciente de que nunca debería permitir que lo que sintiera por ella interfiriera en su trabajo, pero una cosa era saberlo y otra muy distinta lograr ocultarlo. Lentamente el sueño fue venciéndolo y, con la imagen de _______ acostada en su cama, consiguió dormirse.
Posted on: Fri, 16 Aug 2013 21:15:04 +0000

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