Capítulo 16 Dentro de la choza se preparó una pequeña fogata, - TopicsExpress



          

Capítulo 16 Dentro de la choza se preparó una pequeña fogata, donde el chico comía un plato de arroz y frijoles. Tal sensación de calma y serenidad ya la había sentido antes, hace 10 años y de alguna manera le gustaba, ¡al fin había hallado lo que tanto buscaba! ¿Pero porqué se sentía tan desconfiado de pronto? Aquel hombre, su verdadero padre, Dalron charlaba con Kaitou mientras que ella, Ébrina alistaba las armas. Aquella seguro que no era su verdadero hogar, le habían explicado que encontraron este lugar abandonado y por un tiempo fue un excelente escondite. Por su parte el moreno explicó la razón de su alejamiento: había escuchado hablar de dos personas que sin ayuda de nadie habían acabado con dos Orbes en un solo día y se dispuso a investigar. Y como lo afirmaba el hombre, hacía una semana que Parizia y Eslovantrol gozaban de la merecida paz gracias a ellos. --- ¿En serio, lo lograron tan rápido? ¿Cómo fue eso? --- Somos los Portadores más fuertes que han logrado sobrevivir de la gran catástrofe en Tantram, nuestra isla.--- Contestó él--- ¿Recuerdas haber conocido a un anciano? Ese era nuestro líder. --- Lo que he logrado analizar con mis estudios es que Tantram era la isla donde se vio nacer a los Primeros Portadores. Creo que tiene 5 siglos de existir.--- Añadió Kaitou.--- Esto es impresionante… Significa… --- ¡Sólo queda un reino más y los Chrobits desaparecerán de este mundo!--- Con agilidad el chico recogió sus armas--- Rápido, tengo que avisarle a… Se detuvo frente a la puerta con gran confusión, su pecho brillaba de un verde suave y aceptó el cariño de su madre. --- Me contaron que entablaste una fuerte amistad con uno de los Portadores, ¿cierto? --- De alguna manera siento que tengo que estar con él… Estoy feliz de haberlos encontrado, pero… Debo estar con ese chico, a quién llamé papi. --- Está claro; iremos contigo. --- ¿No les importa? --- ¡Por supuesto que no, hijo! Sin nosotros a tu lado es obvio que buscaras en él una figura paterna. Te estábamos esperando para recibirte y luego reunirnos con ellos. Al mismo tiempo en aquel hospital de Suricha los dos jóvenes habían recibido todos los cuidados necesarios y gracias al poder de la chica al día siguiente podían levantarse. En aquella camilla el rubio había permanecido largo rato pensativo hasta que volvió a ver a su amigo, su pecho cubierto de vendas le causaba gran dolor. Sin poder evitarlo muchas imágenes invadieron su mente, recuerdos vividos con él. Estaban tan cerca que pudo tocar su brazo con fuerza, al rato obtuvo respuesta, le apretaba la mano con cariño. Su pecho volvió a brillar de un rosado suave recordando las veces en que se salvaron la vida mutuamente, sus bromas, sus quejas, lo que más le había impactado de él era su sonrisa que a pesar de sus sufrimientos no dejaba atrás. No podía creer la manera en que lo había defendido de Morslo, de pronto su vista se nubló y no pudiendo evitarlo soltó el vivo llanto. Ante esto el pelirrojo volteó lentamente la cabeza, con gran asombro de verlo arrodillado en su cama, llorando por él y con tal de evitar que lo contagiara intentó alejar la mirada. “¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué tengo ganas de… abrazarlo? Cierto, es mi amigo, pero… ¿Qué es esta sensación?” Pronto el rubio paró de llorar al cruzar miradas, sintiéndose perturbado. --- Deja de llorar, por favor, me molesta…--- Habló con seriedad, tratando de ocultar sus emociones. --- Perdóname, Guell, por dejar que arriesgaras así tu vida… Ante ese tono lleno de tristeza, el otro se ruborizó. --- ¡Basta, no tienes que pedir disculpas, el que las debe de pagar es ese maldito imbécil de Morslo! ¡Y deja de hablarme así, que pareces rarito! ---No soy ningún rarito. Hubo un momento en que ambos mostraron su rubor, el rubio regresó a su camilla completamente confundido. “¿Porqué tengo ganas de…tocarlo? ¡¿Qué rayos es esto?!” Del otro lado el grupo de soldados liderados por el capitán y la pareja con el niño a paso calmado se dirigían con destino a Suricha sabiendo gracias a las visiones de ellos que el reino se hallaba a salvo gracia a sus héroes. El chico contemplaba los paisajes mas su mente se hallaba completamente en otra dimensión. ¿Qué hará después de destruir la última Orbe, que todo indicaba se hallaba en Love-Song? Siempre había disfrutado de la compañía de ese singular grupo, al cual decidió unirse. La opción más acertada demostraba seguir al lado de sus verdaderos padres, de alguna manera el hecho de estar cambiando tanto de familia le estaba confundiendo. Ante la mirada consternada de su madre intentó ocultarlo tras una sonrisa y sus bromas habituales, sin embargo se sintió algo intimidado cuando le llamaron por su verdadero nombre, se sentía más identificado con el que le había dado su padre adoptivo Raúl. --- ¿Qué es lo que te preocupa? Sabes que nos puedes contar lo que sea.---Sonrió su padre. --- Hay algo que me preocupa… ¿Qué sucederá después que exterminemos a los Chrobits? ---Ya no podemos regresar a nuestro hogar en Tantram, la isla está completamente deshabitada e imposible de llamarse un hogar. La especie Portadora debe de renacer en este continente y ustedes deben conocer todo sobre nuestra especie.---Contestó ella. --- Por ahora lo que hemos estado buscado es a una persona que nos ayudase a traducir este libro. De entre sus cosas sacaron un grueso libro cuya portada ilustraba el símbolo de los Portadores en relieves de plata, todo indicaba que era un libro muy antiguo, sus hojas algo gastadas y sucias pero aún así muy bien cuidado, al verlo el moreno no pudo evitar acercarse con gran asombro, ambos explicaron se trataba del Chandra, algo así como una biblia para los elfos. Afirmaron se trataba de la verdadera copia, pasada por sus ancestros y líderes ancianos hasta ellos. Según explicaban el último líder de Tantram les confió el valioso libro con tal que pudiesen encontrar quien lo tradujera, debido a que se hallaba escrito en un lenguaje únicamente conocido por los altos sabios de su cultura. Siguieron comentando sobre el contenido del mismo y una de las cosas más importantes era una leyenda en la cual creían todos los Portadores, la leyenda de cómo la diosa Chandra se enamoró de un dios de baja categoría enojando a ambos suegros y castigando a ambos novios. El chico escuchaba interesado recordando las veces en que su madre antes de dormir le relataba esa leyenda en sus brazos. --- Es cierto que la Diosa Chandra existe, ¿cierto? --- Así es, pero ha sido castigada por su propio padre por mantener un amor prohibido, durante sus días de sanción se dedicó a escribir sobre su vida con una pluma de oro, este libro cayó del cielo al primer líder de nuestra raza y bajo su mandato fue pasado oralmente de generación en generación, pocos conocen esa lengua aún en esa época. --- ¿Y quién puede traducirlo? --- No lo sabemos, Gliondel, sólo conocemos que hay alguien. --- Eh… No me llamen así… --- ¡Pero si es tu verdadero nombre! ¿Te has acostumbrado al otro? ¡No te preocupes, pronto pasará! En la copa del árbol más alto y oculto entre el grueso follaje una persona los observaba, prestando gran atención en ese libro. “Aún no es tiempo.” Era obvia la razón por la cual los trabajos se habían triplicado, por suerte los heridos no eran tantos como se creía, lo único que habitaba en las mentes de las personas era la grata sensación de haber sido al fin liberados de ese horrendo castigo. Por suerte se tenía de la mayor cantidad de dinero a disposición para ayudar a los que han quedado sin hogar, nadie dormía ocupada en distintas labores. Por supuesto que Arima y su hija aprovecharon para ayudar lo más que podían, podía calcularse eran las 12 de la noche cuando la chica regresó al hospital cansada, con el deseo de despedirse con un beso de su amado. Al entrar en la habitación lo encontró mirando por la ventana, se abrazaron con suavidad y emoción, él aprovechó para colmarla de besos. --- ¿Cómo te sientes? --- Mejor, mucho mejor, creo que mañana me quitarán los vendajes. No hagas ruido, el tontillo se halla con Morfeo. --- ¿Qué paso, por qué se generó el incendio? --- ¡Fue ese maldito de Morslo, que halló el punto débil de mi arma usando el agua para que la electricidad se esparciera por todos lados! Si no fuera por Shiro… --- ¡Qué simpático, tu nunca lo llamas “Shiro”! --- Me ha dicho que no le gusta. ¿Y tu tata? --- En una conferencia con la reina, creo, los vi charlar muy seriamente sobre no sé qué cosas. ¡Hace un día que no lo vemos y ya extraño a Clint! --- Sí, yo también. Estoy seguro que pronto lo volveremos a ver. --- ¡Pero tu arma, ya no la puedes usar! --- Slancer y Dimbo me indicaron cómo cuidarla, tal parece que actúa como un pararrayos cuando se lo apunta al cielo. Sólo debo dejarlo así por unos minutos y ya. --- Bueno, ya me voy a dormir. Cuídate, amor. --- Cuando terminemos con esto quisiera pedirte que hagamos el amor alguna vez… Ante semejante propuesta ruborizada le golpeteó suavemente con una almohada diciéndole cosas como “pervertido” o “tontito”. Unos minutos más tarde se abrió el gran portón y el grupo de Kaitou pasó por las callejuelas, el pecoso al reconocerla corrió a sus brazos con gran alegría. La reina al poco tiempo los recibió amablemente en sus aposentos. Al enterarse de todo lo sucedido corrió al hospital frenando en seco al ver al rubio dormitar profundamente. Una enorme ternura emanó de su ser y con cuidado se acostó a su lado. El sol iluminaba con todo su poder el bosque a través de las grises nubes dando algo de calor antes de la temporada lluviosa, las aves reanudaron su canto acostumbrado adornando la alegría de la época, tal temporada avivó a las personas que trabajaban con más ahínco, el amanecer de la libertad, de poder expresar sus emociones y avanzar al futuro. Aunque aún quedaba mucho por hacer se podía decir que hasta se divertían, se podía ver a muchos niños corretear por las callejuelas. En el hospital las labores no se detenían y en esa habitación la luz traspasó las cortinas y una brisa suave cuan caricia de amor despertaba con lentitud al príncipe, sintiendo algo que se movía tras él, al voltearse se topó con esa mirada risueña llena de pecas, se levantó rápidamente invadido por el asombro pero no le dio mucho tiempo para divagar rodeándolo en un suave abrazo. --- No me permitas alejarme de ti jamás, papi. ¡Casi mueres! El otro iba a decir algo, mas en su garganta se atoraron las palabras, sólo pudo responder al cariño, en el fondo estaba feliz de volver a verlo. --- Sólo quiero que sepas... Que lo hice para protegerte, no soportaría que tu vida pendiera de un hilo otra vez, ¿tu rey te contó lo que pasó contigo? --- Lo sé todo, pero aún así nada me hará cambiar de opinión, ¡Te quiero! Permanecieron un rato indefinido unidos y compartiendo cariños. Rato más tarde el doctor le pidió irse para terminar de curarlo, indicando que el pelirrojo hacía unas horas le habían dado de alta. Mientras recorría las calles sin ningún rumbo meditaba sobre la situación: ahora todo había cambiado de perspectiva para él, ya no podía darse el lujo de llamarlo “papi”, ¿Qué es lo que realmente sentía por él? ¿Por qué sentía tanta necesidad de ofrecerle cariños físicos? De alguna manera al recordar las veces en que lo hizo le causaba cierto rubor. “¡Te quiero!” Le había dicho. Al fin pudo expresarle ese gran afecto en forma de palabras, sin embargo distaba mucho de ser un cariño de hijo a padre, ¿bajo qué perspectiva le había dicho esas palabras? Se sacudía la cabeza sin comprender absolutamente nada de lo que le sucedía, ¿Cómo debía tratar a partir de ahora a ese joven de quien se encariñó tanto? ¿Cómo habrá tomado su declaración? Conmocionado ante semejante embrollo de emociones optó por correr sin rumbo fijo hasta que chocó con Arima que lo saludó con alegría, que cambió al notarlo con lágrimas en los ojos. Se agachó a su altura, de esta manera el niño tuvo confianza en relatar lo sucedido. El rey sonrió con suavidad, dándole la perspectiva de amistad, que apenas era un niño y le faltaba mucho por descubrir, que eso solía pasar en la etapa única de la pubertad. Tras un rato de charla se sintió mucho mejor hallando respuestas a sus grandes interrogantes. Cuando el príncipe pudo al fin salir del hospital fue llamado a asistir a una reunión en el castillo donde todos los demás disfrutaban de una rica comida en la sala principal, era un amplia mesa repleta de los mejores manjares que en su vida había soñado, lo primero que notó era la enorme cantidad de gente que había asistido, entre ellos pudo reconocer s los líderes de Slond y Marsch con timidez saludó intentando mostrarse lo más educado posible sentándose junto a su padre y su hermana, frente a él el chico charlaba con sus padres, quienes se mostraron muy entusiasmados de conocerlo. Tras escuchar la historia de parte de ellos su asombro era evidente, se sentía satisfecho que al fin el chico conociera sus raíces. --- El motivo de esta reunión como bien saben no es una simple comidilla, hay asuntos serios que tratar en este momento.--- Inició la reina.--- Voy a ponerlo al tanto, príncipe: está en presencia de los 6 reyes de los reinos que ustedes ya han liberado: el primero seguro lo conoce, Ernesto Frandres, de Marsch, Manrique Smith, rey de Slond, Marshall Flaty, de Parizia y Deódortoth, rey de Eslovantrol. También salude a Ébrina y Dalron, los Portadores que destruyeron dos de las últimas Orbes existentes en los dos países que acabé de mencionar. --- ¡¿En serio lo hicieron?! --- De modo que ahora la última que queda por eliminar por completo se halla en… --- Love-Song, nuestro reino.--- Finalizó Arima. --- Es un asunto realmente urgente, estamos a un paso de vencer o morir y es cuando necesitamos del poder de ustedes una vez más. Hay que terminar la misión, aunque se me ha reportado que al igual que el fallecido país de Arbrenza no queda ni rastro de ser viviente allí. Pero si permitimos que Morslo continúe con las suyas seguro esta época de Robotización jamás terminará. --- Se nos ha comunicado que Morslo osa con asesinarlo a ustedes, Portadores, por tal razón venimos de tan lejos para servirles de ayuda.--- Continuó Manrique--- Por tal razón planeamos unirnos todos con tal de ponerle fin a las crueles ambiciones de ese robot. --- Me parece una buena idea, sin embargo saben muy bien contra quién estamos peleando, debería dejarnos el trabajo a nosotros, altezas, sin esa Orbe los robots mueren, así que es necesario que vayamos todos los Portadores sin ayuda.--- Opinó Dalron. La reunión se extendió por unas largas tres horas, el rubio halló como brillante la excusa de ir al baño para despejar sus ideas, se dedicó a observar el paisaje a través de ese balcón. ¡La última Orbe! ¡Y pensar que hace un año que salieron de aquel templo élfico! ¿Qué sucedería a partir de ahora? Estaba seguro que la vida lentamente regresaría a la época dorada de la era moderna, estaba ansioso por verlo. La última batalla estaba a horas de distancia, su pecho brillaba de un naranja suave, la ansiedad y emoción latían velozmente haciendo que sus pensamientos danzaran en su mente. Rato después su hermana y su novio junto al chico lo acompañaron, tal parecía que compartían las mismas inquietudes. --- ¿Ya saben qué harán luego que todo esto termine? --- No estoy segura, pero quiero seguir ayudando a las personas necesitadas, creo que seré socióloga o algo parecido. --- A mí me viene muy bien eso de estar en un taller, continuaré con mi trabajo creando electrodomésticos y cosas así. --- ¡Yo quiero ser filósofo! --- Yo aún… no tengo idea… Pero quiero viajar por el mundo. --- Pero hermano, ¿te has dado cuenta que ya no tenemos un reino al cual volver? --- Es cierto, la verdad nunca sentí que pertenecí a algún lugar en específico, pero lo cierto es que mientras estemos juntos cualquiera puede ser nuestro hogar. --- ¡Sí, podemos ser una gran familia! ¿Qué tal si nunca nos separamos y somos nómadas?--- Se entusiasmó el chico. Todos estuvieron de acuerdo con la propuesta. Aquella persona había logrado colarse por las callejuelas, evadiendo guardias de manera que se hallaba observando al grupo a través de la ventana de una torre cercana, su mirada emanaba gran impacto cuando sus binoculares enfocaron el rostro del rubio, se veía interesado en su corona. “Aún no es tiempo, pero pronto despertará lo inevitable.” ---Shirogasaki---
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 03:55:36 +0000

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