Carlín Mendieta DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL EN EL ACTO CENTRAL - TopicsExpress



          

Carlín Mendieta DISCURSO PRONUNCIADO POR FIDEL EN EL ACTO CENTRAL POR EL XXXIV ANIVERSARIO DEL ASALTO AL CUARTEL MONCADA, CELEBRADO EN LA PLAZA DE ARTEMISA, EL 26 DE JULIO DE 1987. Distinguidos invitados extranjeros; Familiares de los mártires de la Revolución; Artemiseños; Habaneros; Compatriotas: En el día de hoy hemos recibido el grato regalo de un gran aguacero (Aplausos). Cuando ya a media tarde escuchaba los truenos y pensaba que estaba lloviendo en Artemisa, yo, que recuerdo tantos 26 de Julio donde la naturaleza amistosa en ocasiones con nuestra Revolución no quiso descargar un solo chubasco, pensaba que hoy, después de años de sequía y en medio de uno de los años más secos que hemos conocido, si teníamos que celebrar este acto bajo la lluvia nos sentiríamos muy felices (Aplausos); y hasta incluso solicité urgentemente un file con una cara plástica, por si acaso algunos apuntes que traigo por aquí se mojaban; aunque casi casi me sé de memoria los datos que, para mayor precisión, apunté. La naturaleza ha querido algo más, quiso que lloviera o quiso llover una hora antes del acto. Cuando llegábamos veíamos prácticamente que las calles estaban convertidas en ríos, pero todo el mundo en marcha hacia la plaza, y, además, una tarde fresca, protegidos de nuestro ardiente sol. Por eso conmemoramos este 26 de Julio con excelentes augurios (Aplausos). Le ha correspondido en esta ocasión el honor de esta conmemoración a la provincia de La Habana, y la dirección de la provincia decidió con toda justicia histórica que el acto central tuviera lugar, precisamente, en Artemisa. Al efectuar este acto en Artemisa, no solo rendimos tributo de reconocimiento a la provincia de La Habana, sino también a la vecina provincia de Pinar del Río, a la que en aquellos tiempos perteneciera la ciudad de Artemisa (Aplausos). Esta provincia creció en la etapa revolucionaria con una división político-administrativa más racional, ya que realmente la que poseíamos provenía de la época de la colonia. Conozco muy bien esta provincia, creada hace alrededor de 11 ó 12 años con la nueva división, en que este territorio se constituyó en provincia aparte de la antigua Habana, que comprendía también la capital de la república; conozco este territorio no solo porque lo recorrí muchas veces, no solo porque transité miles de kilómetros por los caminos y carreteras de esta provincia antes del 26 de Julio, sino también porque después del triunfo de la Revolución tuve el privilegio de recorrer muchos más miles de kilómetros de este territorio, conocerlo casi como la palma de mi mano, desde allá en los límites del Plan de Genética del Este con la provincia de Matanzas, hasta aquí, en los límites con la provincia de Pinar del Río, porque durante años recorrimos, prácticamente, cada rincón del territorio cuando elaborábamos los planes de desarrollo económico y social de la provincia, y soy por ello testigo de cuánto ha cambiado en estos años. Tal vez muchos de ustedes sean igualmente testigos, y tal vez un número todavía mayor de jóvenes nacidos después del triunfo de la Revolución no tengan punto de comparación posible con el pasado, por eso es bueno que reflexionemos un poco sobre la obra de la Revolución en esta provincia. A pesar de ser la región occidental el área más desarrollada del país desde la época colonial, en que alrededor de la capital y en la vecina provincia de Matanzas se desarrollaron grandes plantaciones cañeras precedidas por importantes plantaciones cafetaleras, trabajadas por mano de obra esclava, al triunfo de la Revolución, la provincia era una parte del territorio nacional, como las demás, atrasada agrícola e industrialmente, y cuando la población de la provincia era en aquellos tiempos de aproximadamente 435 000 habitantes —en el territorio que comprende la actual provincia—, el número de desempleados superaba el de 20 000, a lo cual se sumaban decenas de miles de subempleados, cifras que crecían en la época del famoso tiempo muerto. El número total de personas empleadas era de aproximadamente 65 000 al triunfo de la Revolución. En estos 28 años la provincia ha crecido hasta alcanzar la cifra de 621 000 habitantes, más o menos. Los datos precisos creo que son 621 200. Dicen que 621 180, eso es antes de que nacieran los últimos muchachos ayer por la noche y las semanas anteriores, porque se trata de una cifra que cambia todos los días. En esta provincia la Revolución ha invertido alrededor de 3 000 millones de pesos. Es una suma importante. ¿En qué se invirtieron? Pues, por ejemplo, se han construido miles de kilómetros de carreteras, autopistas y caminos. Como consecuencia de ello, hoy el territorio de la provincia de La Habana, una provincia fundamentalmente agrícola, aunque ha adquirido ya un importante nivel de industrialización, cuenta con 0,39 kilómetros de carreteras pavimentadas por kilómetro cuadrado. Es realmente un índice muy elevado que está a la altura del territorio de cualquier país industrializado del mundo. Se han construido 16 presas —no recuerdo una sola presa en esta provincia, no sé si algún habanero se acuerda de algún pequeño charco en este territorio, pero yo no lo recuerdo—, se han construido 16 presas, 135 micropresas y un gran complejo hidráulico, el de Mampostón-Pedroso-Güira. La agricultura se ha mecanizado totalmente. Hoy existen en la provincia de La Habana tantos tractores como los que había en todo el país al triunfo de la Revolución. Se edificaron más de 1 000 instalaciones para la ganadería vacuna, porcina, avícola y otros propósitos agrícolas. Se construyeron en estos años grandes y modernas industrias, como la termoeléctrica "Máximo Gómez", de Mariel; la nueva fábrica de cemento con capacidad de más de un millón de toneladas; la fábrica de ómnibus "Evelio Prieto", de Guanajay; la fábrica de elementos de asbestocemento y poliespuma, de Artemisa; la textilera "Rubén Martínez Villena", de Alquízar; la fábrica de pastas alimenticias, de San José y el Combinado de bebidas y licores de Santa Cruz del Norte, el mayor del país. Se modernizaron y ampliaron otras como la Textilera de Ariguanabo; la fábrica de alambres eléctricos y la fábrica de cerámica blanca, de San José de las Lajas. Se encuentran en ejecución grandes obras como la termoeléctrica del este de La Habana, que será la mayor del país; la fábrica de cartón y cartulina de Santa Cruz del Norte, las nuevas instalaciones del Combinado pesquero industrial de Batabanó, el Centro de Producción de Animales para Laboratorios de El Cacahual, un gran centro y de enorme importancia para los programas de investigación y de salud, y el Centro de elaboración de vacunas de Bejucal. He mencionado solo una parte de los esfuerzos realizados en el desarrollo económico, industrial y agrícola. En realidad no he mencionado, por ejemplo, las grandes obras que se han hecho en el puerto de Mariel, no he mencionado hoteles, ni las 20 bases de campismo creadas en la provincia, sobre todo las del litoral norte, que se han convertido en un lugar de gran atracción, no solo para el turismo nacional, sino también para el turismo internacional. No he mencionado, por ejemplo, 26 centros telefónicos automatizados y otras muchas obras de todo tipo, de las cuales podría hablarse, por la imposibilidad de reseñarlas a todas. Y no piense ninguno de los centros existentes en la provincia que nos hemos olvidado de algunos de ellos. ¿Qué resultados ha tenido todo esto? La obra de una revolución hay que medirla por los resultados, no por las palabras más o menos bellas que se pronuncien, sino por los resultados, cuáles son los resultados económicos, cuáles son los resultados sociales de esa obra en esta provincia donde estamos conmemorando el 26 de Julio. Bien, para citar un ejemplo. Ya dije que había alrededor de 65 000 empleos al triunfo de la Revolución. En diciembre de 1986 había ya 270 300 empleos. Es decir, mientras la población creció un 43%, el empleo creció un 400%, un poquito más, más de cuatro veces el que existía antes del triunfo de la Revolución. ¿Qué significó esto? Que se acabó el desempleo, se acabó el subempleo, se acabó el tiempo muerto, y realmente el que no trabaje hoy aquí en esta provincia es porque no quiere trabajar, pero no hay nadie haciendo cola en ninguna fábrica, en ningún centro de trabajo, en ninguna empresa agrícola. Y esto es, para cualquier región de cualquier país y para cualquier país, un colosal avance de tipo social. ¿Cuántas son las regiones en otras partes del mundo y cuántos son los países que pueden decir lo mismo? Ahora bien, otro dato de mucho interés: si el número de empleados creció más de cuatro veces, el número de mujeres empleadas creció diez veces, y actualmente el 38,1% de la fuerza de trabajo está constituida por mujeres. Más otro dato también interesante: de estos 270 000 trabajadores, 52 200 tienen el nivel educacional de técnico medio o superior. Hoy tenemos tantos técnicos medios y superiores entre los trabajadores de la provincia, como casi el número total de trabajadores que teníamos antes del triunfo de la Revolución. ¡Qué excelente cosa sería poder disponer aquí de datos que nos dijeran cuántos de aquellos 65 000 trabajadores tenían nivel de técnico medio o superior! Esto da una idea también muy importante del progreso y de la obra de la Revolución. En la esfera de la producción material, por ejemplo, la capacidad instalada de generación eléctrica, en toda Cuba, ¡en toda Cuba!, en 1958 era de 397,1 megawatts. Hoy, solo en la provincia de La Habana, la capacidad instalada es de 700 megawatts, casi el doble de lo que tenía todo el país en el año 1958. Alrededor del 60% de las viviendas de la provincia —esto incluye ciudades y campo— tenía electricidad en 1958. Hoy día —en una provincia que, repito, es fundamentalmente agrícola— el 95,2% de las viviendas tienen electricidad. Espero que muchos de ellos estén viendo el acto por televisión, porque puede decirse que todos o casi todos tienen televisores (Aplausos). La producción de petróleo crudo en todo el país era de 50 400 toneladas en el año 1958; hoy, o más bien ayer, en el año 1986, la producción de la provincia de La Habana, solo de la provincia de La Habana, ascendía a 420 000 toneladas, 7,3 veces más. No existía antes de la Revolución la industria automotriz, que en nuestro país ya cuenta con algunas producciones y avances. Pues bien, en la provincia de La Habana se produjeron, en 1986, 585 grandes ómnibus: de ellos Girón XI la mayor parte, 200 ómnibus articulados, y creo que cinco ómnibus especiales para la radiotelevisión. La producción de alambres y cables eléctricos en toda Cuba, en 1958, era de 150 toneladas; en 1986, la producción de alambres y cables eléctricos, solo en la provincia de La Habana, alcanzó la cifra de 3 400 toneladas. Todo esto es muy importante, nadie crea que hablar de cables eléctricos es cosa sin importancia. En estos días estábamos nosotros analizando cuántos metros lineales de cable eléctrico lleva cada nueva vivienda, y varía, según la altura, entre 150 y 300; cuando el edificio es más alto, lleva más cables eléctricos. Es importante. Calculamos que 1 000 toneladas de cobre para cables eléctricos, permitían suministrar —quizás sea un poquito más, entre 1 000 y 1 500 toneladas— los cables suficientes para 60 000 viviendas. Como estamos impulsando los planes de desarrollo de la vivienda, quisimos saber exactamente cuánto necesitábamos de cobre y de material plástico, para producir en esta misma industria de la provincia de La Habana los cables eléctricos que requiere nuestro ambicioso programa actual de construcción de viviendas. Pues, 12 000 kilómetros alcanzaban para 60 000 viviendas. No eran cifras imposibles, no eran cifras inalcanzables. Muchas veces se habla de que faltan materiales de terminación, y nosotros hemos dicho: "Vamos a ver qué materiales de terminación faltan." Sepan ustedes que este dato de la producción de cables eléctricos tiene una enorme importancia para el desarrollo de las viviendas. Ahora, otro material de enorme importancia: el cemento gris. Cuba producía en 1958, toda Cuba, 742 200 toneladas. La provincia de La Habana, solo la provincia de La Habana, produjo el pasado año 1 285 100 toneladas. Y todavía no nos alcanza, estamos incrementando la producción de cemento en todo el país. Tubos de asbestocemento, una producción de aquí de Artemisa, toda Cuba producía 205 kilómetros en 1958; hoy, solo la provincia de La Habana produce 507,7 kilómetros. Vidrio plano liso transparente —importantísimo también para las construcciones—, toda Cuba producía, en 1968 —ya no menciono el año 1958, sino 1968, es el dato que tenemos—, 96 800 metros cuadrados; hoy la provincia de La Habana produce 994 300 metros cuadrados, es decir, 9,3 veces más. Botellas, toda Cuba producía 13 millones de unidades en 1958; hoy la provincia de La Habana produce 91 800 000 unidades, seis veces más. Azulejos, toda Cuba producía 24,4 millones de unidades; hoy la provincia de La Habana produce 49,5, y se va a ampliar su producción. Tenemos, además, otras fábricas en otras provincias del país. Tejidos, toda Cuba producía 60 millones de metros cuadrados en 1958; hoy, solo la provincia de La Habana produce 80 millones de metros cuadrados. Hay otras producciones, por ejemplo, el pienso líquido, que se elabora recogiendo los desperdicios alimenticios. Eso no existía antes de la Revolución. Hoy la provincia de La Habana produce 291 000 toneladas de pienso líquido. La producción de huevos, por ejemplo, toda Cuba en 1959 produjo 312 millones de unidades; en 1986, solo la provincia de La Habana produjo 731 millones de unidades, es decir, más del doble de lo que producía toda Cuba en aquella fecha. Producción de leche vacuna, toda Cuba en 1962, tres años después del triunfo de la Revolución, producía 192 millones de litros. La provincia de La Habana, en 1986, produjo, ella sola, 279,1 millones de litros. Ahí está el resultado del esfuerzo de los planes genéticos, de los programas de construcción de vaquerías, que fueron más de 800 modernas, electrificadas y mecanizadas vaquerías con que cuenta nuestra provincia, cuyas producciones en estos días han estado rebasando un millón de litros diarios. Es decir que el esfuerzo de desarrollo se ha traducido en resultados materiales tangibles y concretos. El 78% de las inversiones, aproximadamente, se hizo en la esfera productiva; pero crecieron mucho también las inversiones sociales, a las cuales se les prestó mucha atención en esta provincia. Así tenemos, por ejemplo, la situación de la salud pública de la provincia. Voy a dar algunos datos comparativos también. Antes del triunfo de la Revolución, el presupuesto no llegaba ni a un millón de pesos; hoy el presupuesto es más de cuarenta veces el que había antes del triunfo de la Revolución. Médicos: en toda la provincia había 217, y la mayor parte eran médicos privados; hoy la provincia dispone de 1 172 médicos, 4,4 veces más, y todos absolutamente al servicio de la población, sin contar los servicios que la provincia recibe en la capital de la república y sobre lo cual le decía a Lemus: "No renuncien a esos servicios", cuando discutíamos hace dos días el programa de desarrollo hospitalario de la provincia. Le decía igualmente que necesitábamos un plan integrado con el de la capital porque no habíamos logrado todavía trabajar en esta provincia —como estuvo vinculada primero con la capital y después se separó— en un programa bien cohesionado, y así se hacía un policlínico-hospital en un lugar, otro en otro. Supe la historia de cómo comenzó el de Artemisa, lo que tienen hecho, lo que se proponen hacer, y dije: "Tenemos que articular bien el programa de desarrollo médico de la provincia con el de desarrollo médico de la capital, puesto que hay algunos hospitales en la capital que tienen tales equipos y tales recursos, que por su costo y dimensión sería imposible llevarlos a un policlínico-hospital, por ejemplo, o a un hospital más pequeño. De todas formas tenemos que definir unas cuantas cosas en relación con eso, y en cualquier circunstancia este hospital de 300 camas de Artemisa va, eso es seguro (Aplausos), como ya fue y se va a ampliar el policlínico-hospital de Santa Cruz del Norte y, en fin, otras instalaciones hospitalarias. Estomatólogos: en la provincia había 83 antes del triunfo de la Revolución; hoy hay 450. Policlínicos había cero; en realidad existían 22 casas de socorro, que ustedes saben lo que eran las casas de socorro. Hoy tenemos 42 policlínicos, ¡de cero a cuarenta y dos! Clínicas estomatológicas no había ninguna. Se arreglaba la boca el que podía ir a una consulta privada si tenía dinero, o se encontraba a uno de esos mecánicos dentales que trabajaban con una maquinita de esas que eran como las de amolar tijeras; con el pie, y así, iban tratando de arreglar una carie, o al final arrancar como fuera una muela. Hoy tenemos 18 clínicas estomatológicas. Puestos médicos rurales, cero; hoy tenemos 40, y desaparecerán con el médico de la familia, institución mucho más completa y mucho más masiva. La provincia llegará a tener alrededor de 1 000 médicos de la familia. Hogares maternos había cero; hoy hay 14. Hogares de ancianos había cero; hoy hay siete. La tasa de mortalidad infantil era de más de 60; hoy es de 14 por cada 1 000 nacidos vivos. La expectativa de vida que tenemos en la provincia hoy es de 75 años; pues bien, estamos ya por encima de Estados Unidos en la provincia de La Habana, a pesar de su bloqueo, sus amenazas y sus cosas, y seguiremos avanzando (Aplausos). Ya hemos dicho nuestro criterio de que en 10 años más lograremos elevar la perspectiva de vida a más de 80 años. ¡Eso es revolución, eso es precisamente revolución! (Aplausos.) En educación, el número total de analfabetos rebasaba el 20%. En el país era alrededor del 30%. Este es un cálculo conservador. ¿Cómo se encuentra hoy a un joven analfabeto en esta provincia?; incluso, ¿cómo se encuentra a un analfabeto en esta provincia? Habrá que andar como Diógenes, con una lamparita buscando al analfabeto; o al niño sin escuela, como habría que andar igual, también, con una lamparita buscando al pordiosero, al ciudadano durmiendo en los portales, al enfermo sin asistencia médica, al mendigo; o buscar en cualquier ciudad de los 19 municipios de la provincia un prostíbulo, que eso sí abundaba en el pasado, bien lo saben los que conocieron aquella época. Hoy día, por suerte, la nueva generación no sabe ni qué es eso, aquella cosa rara, aquellas llamadas zonas de tolerancia, etcétera, etcétera, y de contaminación de todo tipo de enfermedades. Se han creado más de 400 escuelas en la provincia; de ellas, 85 secundarias básicas y preuniversitarios en el campo. La provincia no solo dispone de escuelas para sus jóvenes y sus adolescentes, sino también para muchos miles de estudiantes de la capital que reciben su educación en la provincia de La Habana en las escuelas de estudio y trabajo. Círculos infantiles, ¿cuántos había antes del triunfo de la Revolución? ¿Aquello alguien lo conoció? ¡Cero! Hoy hay 76 círculos infantiles. Se pueden dar otras muchas cifras sobre seminternados de primaria, escuelas técnicas, etcétera. No hace falta. Aquí mismo están a punto de terminar nada menos que una ESPA. ¿Y ustedes saben lo que es una ESPA? Entre tantas siglas a veces hay que recordar las cosas, porque, ¿es que la provincia no tiene EIDE, es decir, escuelas de iniciación deportiva? Sí, la provincia tiene EIDE. ¿Es que no tiene escuelas EPEF, de profesores de educación física? Sí, tiene una EPEF que forma a los profesores, una de esas escuelas preuniversitaria en el campo se convirtió en la EPEF de la provincia. Vamos a tener ESPA (Escuela Superior de Preparación Atlética), ¡ahí te va, quién lo iba a decir antes del 26 de Julio de 1953! (Aplausos.) Ya eso es algo que podríamos llamar cosa sofisticada. Ahora, con motivo del 26 acabaron de hacer todas las aulas para la doble sesión de primaria. Nuestra provincia, eminentemente agrícola, tendrá el ciento por ciento de los alumnos de primaria en doble sesión, ¡en doble sesión, ya desde el próximo curso! (Aplausos.) ¿Qué significa eso? Significa desarrollo, significa mejor preparación de los niños, mejor atención de los niños y, además, calidad. Debe tomarse en cuenta además que el 63,9% de los alumnos matriculados de primaria son seminternos, almuerzan en la escuela, porque ustedes saben que el seminternado viene a ser como el círculo infantil de los muchachos que ya tienen más de seis años. Del área de la cultura se puede hablar también: cines de 35 milímetros tenemos más o menos los mismos, uno más, 41 ahora; 40 antes del triunfo de la Revolución. Cines de 16 milímetros, antes de la Revolución había cero; hoy hay 95, que permite llevar a todas partes el cine. Ustedes saben, además, que hay una cierta competencia entre cine y televisión, y ya estamos observando ese fenómeno de que en algunos lugares empiezan a sobrar cines. Museos, ¿cuántos tenía el capitalismo en esta provincia, ese capitalismo tan humano, tan cacareado?, prostíbulos tenía, pero museos ninguno; bueno, está bien, los prostíbulos pasaron al museo de la historia; cero museo había, hoy hay 22. Casa de la cultura, cero casa de la cultura; hoy hay 24. Galerías de arte, ¡qué se iba a ocupar de galerías de arte el capitalismo, si tenía a la gente muriéndose de hambre, si no se llegaba ni a tercer grado en las escuelas! Hoy tenemos 15 galerías de arte. Bibliotecas, había algunas bibliotecas, había 11; hoy hay 33. Instalaciones deportivas, había algunas decenas. No sé si algún historiador sabe cuántas, sé que hoy tenemos 944 instalaciones deportivas, entre ellas, ese estadio mismo que vemos al frente, creo que allí se refugió una parte de los invitados al acto cuando el gran aguacero. Servicios comunales, acueductos. Por ejemplo, la provincia dispone ya de 124 acueductos, el ciento por ciento de la población urbana tiene acueducto. No he hablado de algunos resultados agrícolas de la provincia, como consecuencia de su pujante desarrollo. La provincia posee los más grandes rendimientos agrícolas del país. La agricultura cañera alcanzó en la última zafra 83 000 arrobas por caballería, a pesar de los pro
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 22:22:36 +0000

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