Carta al doctor Hernández Don Rodolfo, hoy su hija le trae al mundo una nueva nieta y usted está asistiendo el parto. ¿No cree que sus nietos, los míos y los de los demás costarricenses merecen un país mejor? Al principio, cuando leí su carta de renuncia, sentí que con esa alta dosis de decepción por la politiquería, lo único que estaba haciendo era ensuciándole la cancha a sus detractores políticos. Y hasta me pareció desleal la actitud, incluso con aquellos que lo pusieron y lo sostuvieron ahí. Pero pensándolo mejor, usted podría hacer una de las mejores jugadas políticas de la historia contemporánea nacional. Si algo le debo reconocer, don Rodolfo, es que usted es un hombre valiente. Fue valiente para postularse, fue valiente para denunciar la corrupción de su partido y fue valiente para desmarcarse de aquellos que van en contra de sus ideales, aunque eso le costara su candidatura. Y si hay algo que rescato de su perfil político, es que usted es un hombre de ideales. Pero hace mal, doctor, en dejar la cosa ahí. Usted debe dar un paso al frente y ponerle nombre y apellidos a los que, tácitamente, denuncia. ¿Y por qué debe hacerlo? Primero, porque generalizó sobre todo el partido, y eso no es justo, eso no es como usted dijo. Y de eso le puedo dar fe, pues yo participé en los procesos distritales y cantonales. Existe una nueva dirigencia en el PUSC que quiere un cambio. No todos somos iguales. Segundo, porque si así lo hiciera, usted podría volver a retomar su candidatura y convertirse así en el próximo presidente de Costa Rica. Ahora que tiene la atención de los medios quedó demostrado que usted, doctor, no era tan desconocido como muchos pensábamos. Yo mismo no lo creía hasta que lo vi. Y eso que yo he sido uno de sus más fervientes críticos. Con su renuncia y su denuncia usted, doctor, demostró que tiene bríos. En buen tico; usted demostró que tiene güevos. Y eso es lo que el electorado estaba esperando. Si usted regresara a la lucha presidencial, lo primero que debería hacer en la próxima asamblea del 14 de octubre, sería destronar a aquellos a los que denunció. Separarlos formalmente, apartarlos. Limpiar el camino de políticos corruptos que, al final, eso es lo que hay que hacer en Costa Rica. Y una vez limpia la cancha de corrupción, el juego político se le haría más fácil. Seguiría siendo un novel político, pero ahora bien arrecho y empoderado, candidato. Otra ventaja política que usted tiene es que, después de ayer, ya sabe quienes le son incondicionales y con quienes puede contar. Y si de paso, elimina a los enemigos de su entorno, mejor escenario no podría tener. Recuerde que usted obtuvo más del 80% de los votos en la convención. Lo invito, doctor, a dar el paso. Ya pasó por donde asustan.
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 17:05:13 +0000
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