Ciertos amores también se caracterizan por su inmortalidad. - TopicsExpress



          

Ciertos amores también se caracterizan por su inmortalidad. Aunque, claro, esto no siempre es para bien. Tal es el caso de Frank Sinatra y Ava Gardner. La primera vez que Frank Sinatra ve en persona a Ava Gardner, fue en 1942, en un club al que ésta acude con su marido de entonces, Mickey Rooney, para ver a actuación de Frank. Sinatra está en lo mas alto de su carrera como cantante y Ava, está comenzando la suya como actriz. Cuentan que durante aquella actuación, mientras iba cantando entre las mesas, se paró al llegar a la de la pareja y le dijo a Ava: - ¿Por qué no te conocí antes que Mickey? Ahora estarías casada conmigo. Todo el mundo incluido Rooney que era el actor cómico del momento, se lo tomaron como una broma, pero años después se haría realidad. El 1 de noviembre de 1951, con su carrera atravesando serias dificultades, su popularidad descendiendo continuamente, el fracaso de sus películas y cantando una música que se había quedado anticuada, Sinatra obtiene el divorcio de su primera esposa. Al día siguiente él y Ava solicitan la licencia de matrimonio en Filadelfia, casándose el 7 de noviembre. Comienzan así una relación caracterizada por sus numerosas separaciones y reconciliaciones. Los celos de Sinatra, no sólo por la belleza de su esposa sino también por el éxito que ella tenía en esos momentos en su carrera profesional, poco a poco terminaron por socavar y degradar la relación hasta que, finalmente, se divorcian en el año 1957. Luego Frank Sinatra gozó de una de las vidas más fascinantes del show business y tuvo más mujeres de lo que cualquier hombre podría soñar en cinco vidas. Pero Ava fue la única para él. Después de Ava nada fue igual y la chica sureña que andaba descalza y mascaba tabaco cambió al cantante cascarrabias y maniático para siempre. Después de Ava todas las chicas eran “broads” (fulanas), todo ataque de furia se consumía todavía más rápido pero más feroz, como queriendo compensar un dolor que nunca se fue del todo, algo que ni Mia Farrow ni Barbara Marx, sus siguientes esposas, pudieron hacerle olvidar. Todas lo sabían y seguían temiendo al fantasma de lo que Ava fue en su momento. Cuando se enteró de la muerte de Ava, Sinatra se encerró en su habitación toda la noche y no salió hasta el siguiente anochecer pese a la preocupación e insistencia de su familia. Cuando por fin abrió la puerta, según su hija Tina, no podía hablar y sus ojos estaban hinchados y vacíos. https://youtube/watch?v=jXBZUbRkurE
Posted on: Mon, 22 Jul 2013 04:52:21 +0000

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