Ciudad Eterna... En la Biblia leemos: “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos” (1 Corintios 5:1) Un poeta y escultor radicado en otro país, tiene entre sus obras más importantes una ciudad imaginaria y dice sobre ella: “El hombre no va a terminar en la Tierra. Se va a elevar. En esa ciudad planteo una nueva arquitectura donde el hombre se desplaza junto con su hábitat, con su casa, elevándola a cierta altura y desplazándose. La ciudad se forma de casas a diferentes alturas que se superponen y se propulsan con el agua como fuente energética. Es una ciudad hidroespacial” Este hombre posiblemente no conozca lo que la Palabra de Dios nos dice acerca del futuro. Es cierto que no terminaremos eternamente en la Tierra, pero sí lo haremos en otra ciudad de construcción y materiales muy diferentes a lo que conocemos: “Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad” (Hebreos 11:16) En el Libro de Apocalipsis tenemos esta descripción de la Ciudad Futura: “Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron...Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios” (Apocalipsis 21:1-3) “...me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios... y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima... tenía un muro grande y alto... el material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa...las doce puertas eran doce perlas... y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella...” (Apocalipsis 21:9-24) Para acceder a esta Ciudad, debemos cumplir con este requisito: “Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche... no entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero” (Apocalipsis 21:27) ¿Seremos parte de la población de esta Ciudad Maravillosa? “...según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe, al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén” (Romanos 16:26-27) “...para que sepamos lo que Dios nos ha concedido” (1 Corintios 2:12) “...por el don de la gracia de Dios que me ha sido dado según la operación de su poder” (Efesios 3:7) Recordemos: Solo Dios puede darnos parte en la Ciudad Celestial mediante el Señor Jesucristo...
Posted on: Sat, 19 Oct 2013 23:14:59 +0000
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