Columna de opinión - A. H. M. El Elegido Mauro Grandicelli - TopicsExpress



          

Columna de opinión - A. H. M. El Elegido Mauro Grandicelli asistió al examen más arduo de su vida. Mucho más, seguramente, que todas las pruebas que afrontó durante sus estudios de Abogacía. Difícilmente haya estado antes en una situación tan incómoda. Incómoda por las preguntas –aún cuando conociera de antemano el temario- y por su ubicación en el recinto de sesiones del Honorable Concejo Deliberante –de espaldas al titular y el secretario del cuerpo-, al mejor estilo de un procesado que comparece ante un tribunal por un delito. La pregunta es: ¿eligió bien el intendente a quien lo debía representar? El doctor José Manuel Inza no sólo no estuvo en el debate sino que además dejó sentado un triste antecedente. Se convirtió en el primer intendente en no acudir a la convocatoria del Concejo Deliberante. Los ediles de todas las bancadas, se sabe, también fueron democraticamente elegidos en las urnas para ejercer una función legislativa. Por lógica, Inza tendría que haber dado el presente para defender su gestión y, aún cuando optara por hablar por intermedio de sus secretarios, tal como se lo permite la ley orgánica de las municipalidades, apuntalar ‘con el cuerpo’ a sus representantes. “El elegido” tuvo un desempeño inconsistente, lo cual derivó en que los ediles no tuvieran más camino que iniciar una profunda investigación administrativa. Mauro Grandicelli careció de infomación cualitiva y cuantitativa. No aportó precisiones sobre cuestiones clave, aún cuando muchas de estas son propias del área que le corresponde supervisar; recurrentemente leyó, y leyó mal. El otro interrogante es si el intendente tenía otro nombre que diera un paso al frente para ofrecerse a caminar sobre brasas incandescentes. Intentando justificar el “faltazo” de su líder, quien se incorporara al “equipo de José” como encargado del área de Tránsito y Control Urbano, afirmó que el intendente recibió del HCD una nota “intimidatoria” con el fin de “someter” y “subordinar” al jefe comunal. Grandicelli derrochó saliva abordando aspectos semánticos y no cuestiones de fondo. En éste aspecto, fue consecuente con las expresiones que las horas previas tuvo el edil Rodolfo Rancéz, cuando se quejó porque el cuerpo deliberativo había adelantado que no se permitiría el ingreso de quienes no estuvieran acreditados de antemano. Resulta que, toda la ciudadanía, tuvo la posibilidad de seguir cómodamente desde sus hogares el debate a través del canal de cable y la TV Pública. “El Elegido” dio cuenta de todo su libreto, pero no halló justificativos que avalaran la demora en la carga de los decretos del Ejecutivo en el sitio digital de la comuna; tampoco esbozó justificativos para el pago de sobresueldos a funcionarios y horas extras. Y cuando dio argumentos, no fueron suficientes para el grueso de los ediles. Como si se tratase del borrador ayuda memoria de uno de aquellos exámenes como estudiante de leyes, Grandicelli recurrió a muletillas como “armonía”, “republicano” o “democrático”, y consideró que el jefe comunal fue presa de “destrato” y “menoscabo” por parte de los ediles que firmaron el decreto por el que se convocó a la interpelación. Trastavilló al no poder dar una explicación convincente acerca de la no publicación de los decretos que, por norma, el PE debe volcar en el Boletín Oficial; procuró llevar la discusión sobre el pago de horas extras a los trabajadores municipales trazando un paralelismo con la gestión Duclós y dio cuenta –en no menos de cuatro ocasiones- del accidente sufrido por la empleada Ana Raco, quien, a juzgar por lo dicho, es la responsable operativa del área desde donde deben remitirse los decretos al HCD. En cuanto a la cantidad de agentes comunales, terminó por reconocer el número real luego de recibir un mensaje de texto en su teléfono celular. Sí fue contundente cuando afirmó que, en un decreto, lo fundamental es la parte resolutiva. Subrayó, en base a sus conocimientos en materia legal, que la fundamentación tiene menor relevancia. Cuando la concejal Cristina Croharé (FpV) le hizo notar la llamativa cantidad de decretos anulados, hizo responsables “a las impresoras” y a los empleados del área, aún sabiendo de la existencia de resoluciones reprobadas firmadas por el jefe comunal y el entonces titular de Gobierno, Héctor Bolpe. Inza no puede estar en todo, dijo, palabras más o menos, “El Elegido” para ensayar una defensa de la gestión del Ejecutivo. Amplió mencionando que el intendente refrenda “lo que le llevan sus secretarios”. Agosto de 2013. Un mes y un año que quedarán marcados a fuego en la agenda política azuleña, en especial para el actual jefe comunal. José Manuel Inza tuvo dos elecciones “desacertadas”: una dada por la comunidad, que, en la antesala de las elecciones generales legislativas, lo ubicó en el cuarto lugar de sus preferencias; y la decisión de no acudir a la interpelación para dar cuenta ante la comunidad de sus actos de gobierno.
Posted on: Wed, 28 Aug 2013 22:12:07 +0000

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