Como es normal entre gente sofisticada, muchos lugares comunes - TopicsExpress



          

Como es normal entre gente sofisticada, muchos lugares comunes literarios conservan su barniz de prestigio y su parte de verdad por lo mismo que en la noche electoral todos cantan victoria y en la pretemporada todos los futbolistas fichan por el mejor equipo del mundo. Ya se sabe, el fútbol es así y unas veces se gana y otras se pierde. El repertorio de los escritores es menos previsible que el de políticos y deportistas, pero no siempre menos tópico, hasta el punto de que se podría redactar un flaubertiano libro de antiestilo para novelistas en promoción durante la rentrée que empieza la semana que viene. Estos podrían ser algunos ejemplos: —La patria de un escritor es su infancia. No, mejor, su lengua. El escritor francés Gustave Flaubert. / AFP —Me recuerdo siempre escribiendo. —No leo a mis contemporáneos. Solo releo. Por cierto, las traducciones son muy malas. —Escribo los libros que me gustaría leer. —Veo poco riesgo hoy, poca originalidad. —Cuando escribes te conviertes en otro. Llegado a un punto, los personajes se te rebelan. —Me encantan Sant Jordi y la Feria del Libro, el contacto con los lectores. Escribir es un oficio tan solitario… —Tengo mis pequeños ritos a la hora de escribir. (Versión larga: trabajar de ocho a tres de espaldas a la ventana, con la puerta cerrada, en cuadernos que compro en Londres y vestido con el pantalón de un pijama de felpa). —Cuando escribo una novela no leo. No quiero que me influya nada. —Cuando termino un libro me siento vacío. —Yo hago novela negra pero trascendiendo el género. Aunque el género es muy digno, no digo que no: siempre ha sido un gran reducto para la crítica social. Y un gran reducto para las ventas, dicho sea de paso, pero, ojo, yo la escribo trascendiendo el género. De hecho, si algún día gano el premio Planeta será trascendiendo el premio Planeta. —Hablando de trascender: no me interesa el realismo sino trascender la realidad. Odio el realismo español, sobre todo el realismo madrileño. En una novela, una lata de sopa Campbell es literatura; una de fabada Litoral, vulgar costumbrismo. —Ya no quedan maestros.
Posted on: Sun, 01 Sep 2013 20:26:39 +0000

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