Como madre convencida de la inocencia de mi hijo FRANCISCO JAVIER - TopicsExpress



          

Como madre convencida de la inocencia de mi hijo FRANCISCO JAVIER CALLE VILLAVICENCIO, hoy regreso para plasmar nuevamente su pensamiento. Aquí lo dejo pidiendo sensibilidad y consideración a quienes lo lean... Mi hijo, te quiero mucho. Yo, FRANCISCO JAVIER CALLE VILLAVICENCIO, en pleno uso de mis facultades mentales, racionales y morales, refiero de mi actual situación, mi inconformidad con respecto al juicio al que he sido sometido, a la infame acusación de asesinato y al veredicto de culpabilidad con el que se me pretende condenar. Quiero manifestar a quién interese que del caso en el que me he visto envuelto, he confesado mi participación en el intento de desaparecer el cadáver del cual desconozco las causas de muerte, señalando que este ha sido el error más grande de mi vida sin excusa, sin razón dentro del marco legal. Aduzco que mi proceder fue en defensa de los intereses y circunstancias que componían mi vida entera, estos son: Mi hogar, mi negocio, la base en que intentaba cimentar mi vida futura y mi familia. Aclaro que siempre he sido una persona trabajadora, honesta, pacífica, idealista, siempre amable, crítico y reflexivo, pero sobre todo siempre he sido una persona orgullosa de su moral, amante de la vida, preocupado de mis congéneres, amigos, familiares y todos mis semejantes en general. Crecí en el seno de una buena familia, en la cual por circunstancias de la vida estuve siempre al cuidado de mujeres, mi abuela, mi madre, mi tía y las hermanas de mi padre, de quienes al recibir todo el cariño, todo el amor, supe cultivar el amor más devoto, la ternura más sincera, la devoción más noble, pero sobre todo el más grande respeto hacia el bello género; las mujeres, de quienes a lo largo de mi vida he recibido, sabiendo ganarme como un caballero, como un hombre o sencillamente un romántico enamorado, las historias de amor más bellas, las pasiones más delicadas, los recuerdos más gratos, las amistades más sinceras y un respeto recíproco en el ámbito de las relaciones interpersonales. He tenido siempre la convicción de la igualdad de género, tanto en derechos como en obligaciones; convicción recibida de mi madre, una mujer trabajadora, dulce como solo la madre puede ser, pero más que nada una mujer recta y altruista y de carácter noble que me enseñó además de la igualdad una entrega desinteresada para con mis semejantes, y claro mi amor por los libros y una decisión férrea para perseguir mis sueños e ideales. Me confieso como un individuo de pensamiento libre, apasionado. Impulsivo, bohemio en ciertos momentos de mi vida, un amigo incondicional, el mejor amigo de aquellos que no aprecian mi amistad y hermano de mis amigos, amante de la música, de los libros, poeta aficionado, aficionado del amor, de la vida de la libertad, artesano de mi vida y hombre vencedor que he visto mis sueños cumplidos sin hacer daño a nadie, seguidor fiel de la doctrina de la paz, enemigo de la ignorancia, del prejuicio, la intolerancia, la injusticia, soñador de un mundo más feliz, más culto, más sincero pero sobre todo más justo. Lágrimas, dolor y sentimientos críticos afloran en mí al momento de escribir estas palabras, pues así como siempre he estado orgulloso de lo que expreso sin miedo, hoy no puedo sentir ese orgullo por la razón de que mis actos los cuales he confesado reiteradas veces voluntariamente y bajo juramento mi participación me han convertido en un criminal, pero los actos de los que se me acusa y de los que yo no he toma do parte me han convertido en un monstruo a los ojos de mis semejantes en todo el mundo. Nunca quise verme así pero es mi realidad, en el impulso de no perderlo todo, el pánico me llevó a tomar la peor decisión de mi vida. Recalco, vivo lleno de vergüenza de dolor rogando perdón por el dolor que contribuí a causar en una familia que merecía como todos en el mundo conocer el destino de su ser querido. El dolor del que hoy soy presa aunque siento que no tengo derecho a decirlo es también el de la indignación de saber que a pesar de ser un criminal confeso se me pretende acusar de un acto tan execrable como lo es el tomar sin razón alguna la vida de una persona, de una mujer a la que yo no conocía, pero antes que nada semejante a mí en derechos y obligaciones así como en humanidad. Lo he perdido todo en relación de lo que constituía mi mundo, mi libertad, mis planes, mis sueños, mi amor propio pero no la esperanza ni la dignidad, porque solo aquel que es digno se aferra a la esperanza, y mi esperanza es que se haga justicia, que mi verdad se sepa, que se me juzgue de acuerdo con mis actos y no en base a supuestos en los que no tengo responsabilidad alguna. A quién interese, esa es mi esperanza. Paco, JAMÁS QUITÓ LA VIDA A NADIE!!!! FCV/LVJ. Mientras el Señor mi Dios me bendiga dándome vida, nunca me cansaré de gritar la inocencia de mi hijos y de clamar justicia verdadera. Solo cuando mi vida haya sido cegada, mi voz se apagará!!!!LVJ/.
Posted on: Mon, 23 Sep 2013 05:15:53 +0000

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