Crisis financiera argentina Peso = tobogán dólar = bomba de - TopicsExpress



          

Crisis financiera argentina Peso = tobogán dólar = bomba de tiempo Advertencia: Lo que está a punto de ver es controversial y puede ser ofensivo para algunas personas. Se recomienda discreción al espectador.. EL FIN DE LA ARGENTINA LLEGÓ La crisis económica que estamos viviendo destruyó los ahorros de miles de argentinos. Pero lo que se viene es mucho peor. ¿Está preparado? El 7 de septiembre de 2011 publicamos por primera vez el Informe Especial que llamamos “El Fin de la Argentina”. Anunciábamos una crisis económica inminente. Desde ese entonces, un total de 2 millones de argentinos vieron ese video revelador. La crisis comenzó sólo unos pocos meses después de la publicación de nuestro Informe. Aquellos que actuaron rápido, pudieron salvar sus ahorros. Aquellos que no hicieron nada perdieron mucho dinero. Estoy hablando de miles de argentinos que perdieron la mitad de sus ahorros en muy poco tiempo. Esto no es una exageración. Le acerco números concretos. Las personas que ignoraron nuestros consejos, en promedio vieron caer un 52,32% sus ahorros durante el año posterior a nuestro Informe. Aquellos que siguieron nuestras recomendaciones, no sólo mantuvieron sus ahorros sin pérdidas, sino que lograron ganar un 17,83% en dólares durante ese mismo año. Más adelante le explicaré en detalle estos números. Aunque lo más preocupante es que esta crisis recién empezó. El Gobierno lo único que hace desde que estalló la crisis es intentar patear para adelante los problemas. Con la publicación de nuestro Informe ayudamos a millones de argentinos a finales del año 2011. Hoy, con la nueva edición de este Informe Especial, intentaremos ayudar a muchos millones más. Porque como le comenté recién, la crisis recién empezó. Si no se prepara para el momento de la explosión, correrá el riesgo de perder todo lo que pudo conseguir en los últimos años. Nuestro principal objetivo es ayudar a nuestros lectores a invertir mejor sus ahorros. Cuando digo inversores, cuidado, no se imagine bancos ni fondos de inversión. Nuestros clientes son personas comunes, hombres y mujeres que trabajaron duro para progresar en la vida y juntar ahorros que le den cierta estabilidad financiera. Brindamos recomendaciones e investigaciones de una forma totalmente independiente y libre de Conflictos de intereses. No manejamos los ahorros de la personas en forma directa, ni dependemos de ningún banco ni Entidad financiera. Sólo brindamos información con valor agregado. Luego cada inversor decide e invierte por su cuenta. Gracias a esta independencia y a los consejos de nuestro equipo de profesionales anticipamos Peligrosas crisis a nuestros lectores. En el año 2008 ayudamos a nuestros seguidores a pasar la crisis que se dio en Estados Unidos cuando estalló la burbuja de las propiedades inmobiliarias y los banco estuvieron a punto de quebrar. En septiembre de 2011 ayudamos a nuestros lectores a pasar la gran crisis que se desató en noviembre de ese mismo año en la Argentina cuando llegaron los controles y limitaciones a la compra de dólares. Nuestros lectores no sólo pudieron anticipar la crisis gracias a nuestros consejos, sino también pudieron ganar mucho dinero implementando las inversiones que recomendamos en su momento. Verá, como siempre pasa durante las crisis económicas, mientras muchos sufren y pierden todo, otros no sólo sobreviven sin problemas sino que también logran hacer mucho dinero. Estas personas manejan información que el grueso de la población no maneja. Y tienen conocimientos y experiencias que los ayudan a actuar inteligentemente en momentos donde todos se asustan. Y justamente por ello es que me tomé el tiempo y el trabajo de crear este Informe Especial. un peso En la primera edición de este Informe decíamos algo muy simple, pero que en ese momento nadie se atrevía a decir. Nuestra economía estaba entrando en terrenos muy peligrosos nuevamente. Todas las variables que años atrás estaban de nuestro lado, se estaban volviendo en contra. Si esta tendencia continuaba, la crisis podía llegar rápidamente. Y esto lo dijimos en septiembre de 2011, cuando la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ganaba las elecciones presidenciales con más del 50% de los votos y la oposición ni se animaba a hablar de los problemas de la economía. Pero nosotros anunciamos la crisis de una forma muy clara. Y la crisis llegó. Rápido y fuerte, como anunciamos. En breve le contaré cómo seguirá la crisis en los próximos meses y cómo esta crisis, que ya comenzó, va a estallar tarde o temprano. Una crisis que terminará de destruir su estilo de vida y su futuro financiero si no toma medidas urgentes. Estamos hablando de una crisis que puede repetir situaciones que ya vivimos en 2002. Situaciones que conocemos bien, que tuvimos que vivir muchas veces en nuestro país. A medida que repaso mentalmente las crisis anteriores recuerdo situaciones de extrema angustia. Saqueos en los supermercados, enormes colas en las estaciones de servicios, aglomeraciones en los bancos, escasez de alimentos, peleas entre la policía y los manifestantes. Furia en las calles. Imágenes que, por un lado, nos duelen y que, por otro, nos ponen en un estado de absoluta alerta. Pero antes de entrar en los aspectos más relevantes de este Informe Especial, le advierto que escuchará a los políticos decir todo lo contrario de lo que decimos en nuestra investigación. No les crea. Le sugiero que analice usted mismo los datos concretos que le voy a presentar en este Informe y luego decida por su cuenta. Tenga en cuenta que los políticos son los peores consejeros de inversión que puede haber. Ellos miran sólo sus propios intereses y el de sus carreras políticas. Y los consejos que dan, son los peores que puede seguir. Más adelante le mostraré pruebas concretas de esto. Es por ello que también le advierto que lo que estoy por decirle es muy controvertido. Molestamos a muchos en septiembre de 2011 cuando publicamos nuestro primer Informe. Y sabemos que muchos otros se molestarán con este nuevo. Pero eso no nos asusta ni nos detiene. Nuestro rol es hacer investigaciones independientes que ayuden a los inversores individuales argentinos. Y hoy la situación es realmente grave, no hay tiempo para miedos. Verá, las crisis nunca avisan con tiempo. No tocan el timbre ni piden permiso. Llegan sin avisar. De un día para otro. Como ocurrió cuando el ex ministro Domingo Cavallo anunció por cadena nacional el “corralito” el 3 de diciembre de 2001. Al día siguiente no se podía sacar más plata de los bancos. El anuncio fue de un día para otro. No hubo ni días ni semanas para actuar. Nos tomó a todos por sorpresa. Pero ese no fue el único y nefasto caso de nuestra historia reciente. En 1974 el Rodrigazo, en 1990 el Plan Bonex. Y hace muy poco tiempo, en noviembre de 2011, el nuevo “corralito” que implementó el Gobierno Argentino: la prohibición para comprar dólares. Parece una película de ciencia ficción, pero los mismos problemas que tuvimos que enfrentar en la Argentina durante los últimos 30 años se están repitiendo una vez más. Altísima inflación, cada vez más alta. Subsidios del Estado en todas las áreas de nuestra economía. Escasez de energía. Poca nafta para nuestros autos, poco gas para nuestra industria. Controles de precios y a la importación. Un dólar oficial y uno paralelo más alto. Confiscaciones de las jubilaciones y vaciamiento de las reservas del banco central. Todas circunstancias que muchos de nosotros ya pasamos años atrás. Y que ya sabemos cómo terminan. Simplemente soy consciente que es imposible que un país viva con un 25% de inflación anual en forma sostenida y sin problemas. Nunca nadie, en ningún país del mundo, lo pudo hacer sin concluir en una crisis terminal. Sé que estos procesos inflacionarios terminan en grandes devaluaciones que destruyen el valor de las propiedades y el poder de compra de nuestros ingresos. Las primeras señales de estos hechos las vimos durante los últimos meses: prohibiciones para comprar dólares, un dólar oficial ficticio y otro libre con precios por las nubes, restricciones a las importaciones, recesión… ¿Está dispuesto a actuar ahora mismo para protegerse usted y su familia de la catástrofe financiera que se está gestando? Espero que su respuesta sea sí. Y es por eso que decidí escribir este Informe Especial. Quiero mostrarle qué es lo que estoy haciendo para proteger mi propio dinero, ante esta nueva crisis inminente. Y por supuesto le mostraré cómo usted puede hacer lo mismo en forma inmediata. Antes, déjeme retroceder y mostrarle qué es lo que anuncié que iba a pasar en septiembre de 2011 y qué es lo que realmente pasó. Y luego le contaré por qué sigo tan preocupado por nuestra economía. Preste mucha atención… La trampa de la economía Argentina El principal y más grave problema de la economía argentina es muy simple de entender: Gasta mucho más de lo que le ingresa. Esto es lo que significa tener un “déficit fiscal”, como lo llaman los economistas. Cuando anunciamos la crisis en septiembre de 2011 este problema era grave. Hoy, este mismo problema no sólo no se solucionó, sino que es muchísimo más importante. Preste atención a los números que le voy a mostrar. Números que se basan en las estadísticas oficiales. Datos concretos y reales que informa el mismo Gobierno argentino. El Estado Nacional perdió en 2011 AR$ 58.908 millones. Esto representa casi el 3% del PBI. Se estima que este déficit aumente en un 50% durante 2012. Es que el gasto sigue creciendo mucho más rápido que los ingresos. Cuidado, 2011 no es el primer año de déficit fiscal. En 2009 y 2010 el Gobierno también perdió dinero. “Espere un minuto”, dirá, “¿Cómo llegamos a estas cifras, si siempre leo en los medios que Argentina logra ingresos mayores a sus gastos y que tiene superávit fiscal?”. Sí, eso es lo que informa el Gobierno. Y los medios oficiales. Y eso es lo que los políticos quieren que creamos… Pero esos números se logran implementando lo que termina llamándose “contabilidad creativa”: contabilizar como ingresos el dinero que sale de las reservas del país. Es decir, se está contando como ingresos corrientes el dinero que se usa de las reservas del banco central. Y también el dinero que sale de las reservas que tiene el Estado para el pago de futuras jubilaciones que están administradas por la ANSES. Es absolutamente increíble que se dé esta situación. Pero el Gobierno está financiando esta “fiesta de gasto” con los ahorros que tiene el país. Ahorros que pronto, muy pronto, se van a agotar. Para que quede bien claro este punto, vea el siguiente cuadro: En 2003 el gasto público consolidado representaba el 28% del PBI. Hoy este mismo gasto llegó al 45% del PBI argentino. Se preguntará, ¿qué está haciendo el Gobierno para controlar esta situación cada vez más grave? ¿Está bajando gastos? ¿Incrementando ingresos? ¿Pidiendo créditos? Nada de eso. Los gastos crecen a un ritmo de 35% anual, mientras que los ingresos lo hacen a una tasa de 25% anual. El déficit crece sin pausa. ¿Deuda? Imposible, desde que dejamos de pagar en 2002 nadie nos cree. Nadie no presta un solo centavo. Tenemos que arreglárnosla solos. La cuestión es, si sigue aumentando el déficit en la misma tendencia que lo viene haciendo, ¿cómo va a pagar el Gobierno estas crecientes pérdidas anuales? Estamos atrapados. Además, nos quedamos sin dólares En septiembre de 2011 cuando lanzamos la primera versión de este Informe, el déficit fiscal no era lo único que nos asustaba. Había muchas otras variables que estaban mostrando signos de alerta en la economía argentina. El superávit comercial era otro gran problema de la economía argentina. Verá, una de las grandes ventajas que tenía nuestra economía eran los llamados superávit gemelos. Ambos superávit blindaban la economía ante cualquier problema. El superávit fiscal implicaba que todos los años nos sobraba dinero, es decir, que podíamos ahorrar. Y el superávit de cuenta corriente implicaba que entraban más dólares a nuestro país de los que salían cuando comerciábamos con el mundo. Gracias a esto había una constante entrada de divisas a nuestra economía. Si hasta nos pudimos dar el lujo de no tomar deuda externa adicional desde la época del default en 2002. Y pudimos pagarle lo que le debíamos al FMI en 2006 y pasar la crisis global de 2008 razonablemente bien. Todo eso gracias a los superávit gemelos que tuvimos por muchos años. Los aprovechamos y con creces. Pero si esta situación se estaba acabando en septiembre de 2011, hoy está mucho peor aún. Dele una mirada al siguiente gráfico… ¿Se imagina estos números si el mundo consolida sus problemas económicos, si sube la tasa de interés global, si el precio de la soja empieza a bajar o Brasil devalúa aún más su moneda? Podemos entender al superávit comercial como un canal bastante directo para incrementar los ahorros del país. Mientras hubo superávit comercial, nuestros ahorros crecían. Ahora que éste está terminando, nuestros ahorros están estancados. O caen. En 2011 cerramos el año con reservas en el banco central por US$ 46.365 millones. En 2010 habíamos cerrado el año con US$ 52.145 millones. Es decir, en 2011 perdimos UD$ 5.780 millones de reservas. En 2012 seguimos perdiendo reservas. A pesar de que el banco central pudo comprar U$ 7.400 millones de dólares como consecuencia de la prohibición de compra de dólares que se fijó en noviembre de 2011, las reservas bajaron U$ 24 millones en el primer semestre. Cerramos el primer semestre de 2012 con reservas por US$ 46.341. Por lo tanto, a partir de este momento el Estado va a tener que financiar sus excesos con los ahorros que pudo acumular hasta hoy. Éstos no sólo no crecen sino que disminuyen de forma vertiginosa. La cuenta regresiva ya comenzó… Hoy, nuevamente Argentina comienza a mostrar muchos de los síntomas que vimos en 1989 y en 2001. Parece mentira, ciencia ficción, pero los hechos hablan por sí solos… Como afirmó la prestigiosa economista Carmen Reinhart, reconocida por sus pares como una de las más influyentes de Estados Unidos, "no hay evidencia" de que la Argentina haya aprendido algo de su crisis de 2001… Y la historia se repite… La inflación está nuevamente fuera de control Como declaró el ex presidente del FMI, Michel Camdessus, en su última visita al país: “El Gobierno no debe esconder la inflación, porque luego quedará obligado a hacer un ajuste cruel…, esto es insostenible. Un país no tiene nada que ganar de una inflación alta, porque es un factor de desorden macroeconómico, y además lo pagan los más pobres como un impuesto". Lo vivimos todos los días cuando consumimos cualquier producto o servicio: los precios suben a un ritmo mayor al 25% anual. Es gracioso cómo el INDEC miente con sus mediciones. La tasa de inflación oficial en 2011 fue de 9,5%. Las mediciones privadas la ubican en el orden de 25% a 30%. Y lo triste es que aún teniendo en cuenta el número que surge de la manipulación oficial del INDEC, Argentina tiene una de las inflaciones más altas del mundo. Venezuela, Argentina, Mozambique, Angola, Vietnam, Pakistán, Nigeria y Egipto son los líderes en inflación mundial. El periodista de The Wall Street Journal, Taos Turner, denuncia con mucha ironía la manera cómo el Gobierno argentino se niega a tratar el tema: "En cualquier otro país, una tasa de inflación de 10% arrancaría mucha inquietud y causaría pánico entre los políticos sobre la manera de frenar el crecimiento de los precios. Además, los funcionarios del Gobierno, en estos países, utilizarían la palabra `inflación´ para describir lo que está pasando con los precios. Pero la Argentina nunca ha sido `cualquier otro país´ y su idiosincrasia es tan infrecuente que no deja de sorprender.” Una de las únicas iniciativas del Gobierno para solucionar este problema se focalizó en multar a las consultoras privadas que anunciaban los aumentos de precios verdaderos. Ocupados en ocultar lo imposible. ¡Hoy el Congreso es el único que puede anunciar los estudios de los privados que revelan la inflación real! Otra medida gubernamental consistió en prohibir los aumentos de precios a las empresas si antes no se informa de la novedad a la Secretaría de Comercio de Moreno. Es decir, volver a los famosos y fracasados controles de precios de la década del 80… Nada de esto da resultado por supuesto. La inflación no para de crecer y acumula un alza superior a 200% durante los últimos cinco años. Veamos el siguiente gráfico: grafico nombre Como afirma Franco Bernabé, presidente ejecutivo de Telecom Italia, la mayor empresa de telefonía de Italia y quinta de Europa: "La inflación es un riesgo importante para la Argentina y el Gobierno debería hacer de todo para impedir que se vuelva a la situación que provocó los problemas argentinos del pasado". Esta inflación que no puede ser controlada por el Gobierno, en realidad, está siendo provocada por el mismo Banco Central, que necesita imprimir dinero a un ritmo vertiginoso para financiar los gastos crecientes del Estado. Durante el último año, la emisión de nuevo dinero creció un 39%. De esta forma, los billetes en poder del público pasaron de AR$ 128.659 millones, en septiembre de 2011, a AR$ 178.897 millones, en agosto de 2012. ¡Una emisión de más de AR$ 50 mil millones en doce meses! La consecuencia final de esta altísima inflación, la segunda más alta del mundo después de Venezuela, es muy clara para todos los argentinos: una crisis total que destruirá la economía nuevamente. Veamos a continuación cómo los argentinos se defienden ante este escenario. Los argentinos defienden su poder de compra Los argentinos somos personas “entrenadas” financieramente. Lamentablemente, tuvimos que pasar muchas crisis en el pasado. Por ello, ante esta desbocada inflación la gente reacciona en consecuencia. ¿Cómo? Simple, cambiando sus pesos por dólares y sacándolos de los bancos. Esta situación muestra la cifra de “fuga de capitales” que mide el banco central todos los años. En el año 2011 esta cifra estaba llegando a un récord, incluso superior a la fuga que se dio en el año 2008, un año de fuerte crisis internacional e interna. Por ello, el Gobierno decidió prohibir la compra de dólares en noviembre de 2011. A pesar de ello, en 2011 se fueron US$ 21.500 millones de la Argentina. Una cifra muy cercana a los U$ 23.000 millones que se fueron en 2008 y un incremento del 90% respecto a lo que se fue del país en el año 2010. Si en noviembre de 2011 no se creaban los controles a la compra de dólares y las importaciones, este número hubiera llegado a un record histórico… Veamos el siguiente gráfico para tener más claridad: La novedad de este nuevo proceso de fuga de capitales es que está mayoritariamente en manos de personas, de individuos como usted o yo. En 2007 y 2008 dos tercios de los fondos dolarizados eran de operadores mayoristas. En 2009 y 2010 las cifras se repartieron por mitades. En cambio, en 2011, el 80% de las compras de dólares fueron de minoristas, de personas. Sí, escuchó bien, la mayoría de los argentinos que compran dólares no son bancos, ni financieras, ni especuladores, ni nada por el estilo… Pero esto no es todo, porque existe otra variable que se está convirtiendo en una verdadera “bomba de tiempo”. Una droga que nos puede destruir Los subsidios que otorga el Gobierno nacional a una cantidad muy grande de empresas argentinas tienen un efecto inmediato que seduce a todos: bajos precios. Ahora, el problema es que estos subsidios, como las drogas, no se pueden mantener en el tiempo. El tema también es muy simple de entender. Desde hace diez años, cuando salimos de la Convertibilidad, que las tarifas de los servicios públicos han sido congeladas al consumidor individual. Es decir, los precios no aumentan. Pero los costos de estas empresas sí aumentaron a la par de la inflación argentina de los últimos años. Por lo tanto, tenemos precios congelados, que no aumentan y costos que sí lo hacen sin pausa. La diferencia entre estos dos números la aporta el Estado nacional vía el sistema de subsidios. Esto permite que paguemos un precio por la electricidad, el gas o el transporte terriblemente bajo. Para que se dé una idea, la tarifa industrial de gas en la Argentina es un 73% inferior al promedio de lo que se paga en Brasil, mientras que la tarifa básica residencial equivale al 5% de lo que se paga en Chile. La mala noticia es que el Estado gasta cada vez más dinero para mantener este sistema. Un ejemplo: hoy el boleto de colectivo en la Ciudad de Buenos Aires cuesta AR$ 1,10. Si no fuera por los subsidios del Gobierno, hoy tendría que costar AR$ 6, según el propio Gobierno. Para llegar a esto tendría que aumentar un 400%. Mientras, el Gobierno gasta AR$ 80.000 mensuales por colectivo para mantener este sistema. Como existen 10 mil colectivos en la capital, el Estado invierte AR$ 800 millones por mes en mantener los subsidios al transporte de colectivos. Todos estos subsidios son una gran bola de nieve. En el año 2006 estos subsidios representaban sólo el 1% del PBI y menos del 3% del presupuesto nacional. En 2011 se gastó un estimado de AR$ 76 mil millones en subsidios, que representan el 3,9% del PBI argentino o casi el 20% del presupuesto nacional. Y en 2012, si bien se amagó con intentar corregir el problema con algunas medidas aisladas, como el aumento en los precios del subte, lo concreto es que este gasto siguió subiendo. Los subsidios en los primeros siete meses del año 2012 sumaron AR$ 46.661 millones, esto implica un crecimiento del 22% versus el 2011. Y en los últimos 5 meses del año todos estiman una aceleración mayor de este incremento. Un alocado e imparable crecimiento. ¿Imagina lo que puede pasar cuando el Estado se quede sin dinero y tenga que suspender todos estos subsidios? ¿Qué pasará cuando, de un día para el otro y sin previo aviso, los boletos de los colectivos, los trenes, el subte, la electricidad, el gas, el agua y muchos otros servicios públicos suban un 400%? Si no lo pensó, piénselo, porque tarde o temprano va a ocurrir… Esta situación es insostenible. Pero antes de contarle qué puede hacer para proteger su dinero de esta situación. De mostrarle como puede implementar hoy las mismas técnicas que recomendamos en septiembre de 2011. Déjeme mostrarle cuál es la verdadera situación del dólar en la Argentina hoy. Hoy el dólar oficial está casi igual que en el 1 a 1 Nadie duda que el dólar “oficial” a un precio de AR$ 4,60, como estaba el dólar cuando cerramos este Informe, es muy barato en la Argentina. Y esto no tiene tanto que ver con el precio del dólar “paralelo”, que hoy estaba superando los AR$6,40, sino más que nada con la “maldita inflación”…. Sí, la inflación nuevamente con sus efectos negativos… Como vimos hace un rato, durante los últimos cinco años y medio la inflación promedio en la Argentina estuvo en torno al 22% anual. Esto quiere decir que en cinco años y medio los precios subieron más del 200%. Por otro lado, la devaluación del tipo de cambio oficial estuvo en torno al 9% anual. El 2 de enero de 2007, según datos del Banco Central, el dólar estaba en AR$ 3,09. Cinco años y medio más tarde, la cotización es de AR$ 4,60. Estamos hablando de una suba del tipo de cambio de sólo el 49% en el mismo período. Hagamos los números. Si los precios en pesos subieron más del 200% en la Argentina, para que nuestros productos sigan siendo igual de atractivos para el mundo, nuestro tipo de cambio tendría que haber subido un 200% también. Pero el tipo de cambio sólo subió un 49% en cinco años y medio. Y esto nos lleva a la conclusión que durante los últimos cinco años y medio hubo una inflación de un 150% en dólares, aproximadamente. Es decir, nuestros productos están 150% más caros para vender al exterior. ¿A usted le parece que podemos exportar con estos números? Por supuesto que no. Y esa es la causa por la que el crecimiento de nuestras exportaciones se detuvo en 2011. Y es la causa que está explicando la baja de nuestras exportaciones en 2012. La misma causa que explica por qué las importaciones estuvieron creciendo tan fuerte. El dólar barato provoca que importar, traer productos del exterior, sea muy barato. Mucho más barato que producir esos mismos productos en Argentina. Lo invito a ver el siguiente gráfico para que la situación sea más clara aún: En concreto, como se desprende del gráfico anterior, podemos ver que el dólar se encuentra solamente un 10% por encima de los valores de la Convertibilidad cuando se lo corrige por inflación. El famoso economista turco estadounidense Nouriel Roubini también marcó este problema de la economía argentina. Roubini es conocido como el “Doctor Catástrofe” por haber predicho la crisis argentina de 2001, la de Estados Unidos 2008 y la actual crisis griega. En julio de 2011 Roubini, en una visita a la Universidad Di Tella en Buenos Aires, afirmó sobre la economía argentina: “La marcada apreciación del peso afectará la competitividad y las exportaciones. Mientras tanto, sólo por cierto tiempo, el país gozará de un crecimiento artificial”. Luego el “Doctor Catástrofe” afirmó que observaba con preocupación la economía argentina actual: excesiva inflación, tasas de interés negativas e incertidumbre jurídica. Por encima de eso, el economista nota una peligrosa sobrevaluación, que le hace evocar la convertibilidad. Nos aconseja que, si hemos perdido la memoria, nos miremos en el espejo de Grecia. Y finaliza diciendo: “El modelo de la Argentina no es sustentable”. Los datos son concretos. La realidad no se puede esconder. Por ello, no debe esperar un minuto más: tiene que actuar ahora mismo para proteger su patrimonio e inclusive intentar ganar dinero en los próximos años. Dentro de unos pocos minutos le voy a mostrar exactamente cómo estoy protegiendo mi propio dinero y qué es lo que le recomiendo que puede hacer con el suyo. Se trata de las mismas estrategias que recomendamos en septiembre de 2011 y que permitieron que nuestros lectores defiendan sus ahorros e incrementen sus rendimientos en un 122%. Pero antes, déjeme explicarle un poco mejor cuáles fueron las consecuencias de las limitaciones que el Gobierno argentino comenzó a implementar en noviembre de 2011, sólo tres meses después de nuestra primera alerta. El salvavidas de plomo de la crisis de 2011 En noviembre de 2011 el Gobierno argentino tuvo que tomar algunas medidas frente a la masiva fuga de capitales que se estaba dando y que estaban dejando al país sin dólares. Las medidas no resolvieron un solo problema económico, sólo se dedicaron a atacar las consecuencias de los grandes problemas de nuestra economía. A partir de noviembre de 2011 el Gobierno implementó las siguientes medidas: 1. Prohibición de compra de dólares. 2. Fuerte restricciones a las importaciones. 3. Imposibilidad de enviar dinero al exterior. 4. Anuncio del fin de los subsidios y posterior marcha atrás. 5. Nacionalización de YPF. 6. Prohibición de retiro de dinero en los bancos desde cajeros del exterior. 7. Limitaciones a la compra con tarjetas de crédito en el exterior. Como consecuencia de estas medidas, la economía argentina se detuvo en el primer semestre del año 2012. Los controles y las restricciones no son medidas gratuitas. Y la factura ya llegó. Durante el primer semestre de 2011 la economía creció por arriba del 8% anual. En el segundo semestre de 2011 esta tasa bajó a la mitad, creciendo solamente un 4%. En el primer trimestre de 2012 la economía no creció y en el segundo bajó un 2%, según datos de la consultora del economista Miguel Ángel Broda. Si todo continúa igual, la economía crecerá un 1% en 2012, versus el crecimiento superior al 8% anual que se vivió en los años 2010 y 2011. Es decir, el Gobierno decidió afrontar la crisis con medidas que detuvieron el crecimiento de nuestra economía. En realidad, no les quedó otra alternativa. La otra opción implicaba reconocer que estaban haciendo las cosas mal. Implicaba un cambio de rumbo brusco. Un cambio de rumbo que hubiera sido muy saludable para el país. Pero el Gobierno decidió profundizar los problemas y “patearlos para adelante”. Tal vez mirando objetivos políticos de corto plazo… ¿quién sabe? Lo concreto es que estas medidas fueron exitosas para detener dos problemas inmediatos: la fuga de capitales y el incremento de las importaciones. La primera gran medida del Gobierno consistió en implementar brutales controles a las importaciones. Con esta medida, todas las importaciones requieren la autorización del Secretario de Comercio Guillermo Moreno para entrar al país… Estas limitaciones, sumadas a un contexto internacional muy favorable, lograron que durante los primeros 8 meses del año 2012 el gobierno pueda incrementar en un 20% el superávit comercial respecto al año anterior. Pero hubo otra “gran” medida que tomó el Gobierno para detener la explosión de la economía en noviembre de 2011: La prohibición de compra de dólares. Gracias a los controles a la compra de dólares, controles que limitan nuestra libertad de una manera significativa, la cifra de fuga de capitales se redujo en un 70% durante el primer semestre del año 2012. Se fugaron sólo US$ 2.600 millones en ese período. Sin esta medida, los dólares del banco central se hubieran acabado en mayo de 2012… Gracias a esta medida, estos dólares “aguantaron”… Pero el costo que nuestra economía tuvo que pagar para lograr esto fue muy alto. No sólo el gobierno entró en un terreno muy complicado de limitación de las libertades de los ciudadanos, sino también provocó la recesión que tiene nuestra economía hoy. Los políticos le dirán que este problema viene de afuera… Que el contexto internacional es negativo. Pero esto no es cierto, el precio de la soja, nuestro principal producto de exportación, aumentó un 22% durante el último año. Y nuestros países vecinos, recibieron un récord de dólares de todo el mundo durante el primer semestre de 2012. Lo cierto es que limitar e intervenir en la economía tiene sus costos y éstos vienen por el lado de la menor actividad. Lo que se viene en los próximos meses es un escenario con cada vez más alta inflación, provocada por la enorme emisión del banco central y un dólar paralelo cada vez más alto empujado por esta impresión de pesos. Además, una economía con cada vez menor actividad sufriendo por los controles. La dinámica de este modelo es imposible de mantener. Todos los caminos llevan a una crisis terminal que provocará un brutal y súbito aumento de los precios y una muy fuerte devaluación oficial que intente licuar el insostenible gasto público. Es sólo un cuetion de tiempo
Posted on: Mon, 22 Jul 2013 00:06:21 +0000

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