Cristo lo hizo por mi Muchas veces olvidamos la razón - TopicsExpress



          

Cristo lo hizo por mi Muchas veces olvidamos la razón principal por la cual adorar a Dios y nos desviamos porque nuestros pensamientos egoístas nos hacen estar centrados más en la bendición, que en Aquel que bendice. Mucha gente le da prioridad a sus demandas: que porqué Dios no me prospera, porqué no me sana, porqué no me restaura etc. Y dejamos atrás la razón por la cual estamos aquí, olvidamos ese maravilloso sacrificio que Cristo hizo por nosotros. Cada vez que la inconformidad, el desanimo y el desaliento, cada vez que la rebeldía, la tristeza y el luto quiera venir a tu corazón, acuérdate que hubo alguien que sufrió más de lo que tú y yo hemos sufrido y lo hizo con gozo con amor y alegría por amor a nosotros. Que nuestro corazón nunca se aleje de la gratitud por un Cristo que nos redimió, y nos salvó; por eso, dice el profeta Isaías: nunca te olvides de la cantera de donde fuiste arrancado, a veces se nos olvida de donde fuimos sacados, del lugar de pecado de donde Cristo nos sacó. La adoración nos lleva a la conquista, porque no solamente Cristo murió en la cruz, sino que se puso en lugar nuestro. Cuando podemos entender lo que pasó en la cruz, todo lo que Cristo hizo. No fue solamente el morir torturado, El reconcilió a la humanidad con el Padre, porque estaban separados por el pecado. Cristo en la cruz en una mano tenía a la humanidad entera, pero con otra tenía al Padre, y El estaba en el centro como mediador reconciliando. El Padre con profundo amor anhelaba acercarse a la humanidad, pero él no podía ser contrario a su propio carácter. Aunque él nos ame entrañablemente el pecado nos separa de él, pero Cristo para eso vino, para restaurar y que nosotros pudiésemos acercarnos como dice el libro de Sofonías, El ha estado acallando su amor por nosotros pero Cristo hizo posible que El pudiera abrazarnos y estrecharnos. Cristo hizo posible que pudiéramos caminar como hijos a cielos abiertos. Cristo hizo posible que el velo que nos separaba del Padre fuese rasgado y ahora podamos entrar confiadamente al trono de la gracia. Cristo hizo posible que tú y yo pudiésemos entrar como hijos delante del Padre, y cuando el Padre te vea a ti y a mí, El no ve mi pecado pasado, no ve mis debilidades; sino ve la sangre preciosa de su hijo amado Jesús. Cuando nosotros nos presentamos delante del Padre una vez más, la obra intercesora de Jesucristo va ser manifiesta, porque El todavía intercede por nosotros. Cuando logramos entender que Cristo reconcilió la humanidad con el Padre pero también Cristo venció al que tenia cautivo a la humanidad, hizo una doble obra. Cuando la escritura nos habla de que subiendo a lo alto llevo cautiva la cautividad, quiere decir que el cautivó lo que tenia cautivo a la humanidad. El subió, pero antes de subir el descendió a las partes más bajas y las partes más bajas es el Seol, el infierno, y allí estaba el dominio de la muerte. Dice la escritura, que quien tenía cautiva a la humanidad era satanás, el pecado, la maldición de la ley, y la muerte. Nuestra victoria está en el Cristo resucitado, en el Cristo que subió a lo alto y se sentó en el trono de la gracia, Hebreos 2:14. A través de esto nos damos cuenta que muchas batallas del diablo son puras mentiras y engaños y que lo que nos falta es pararnos en esta verdad y caminar en ella. Porque esta es nuestra victoria que Cristo ya descendió a las partes más bajas y trajo cautiva la cautividad. El que tenía el imperio de la muerte tenía que ser vencido por medio de la muerte, por eso Cristo se tuvo que hacer carne y sangre igual que nosotros, porque a través de la muerte El tenía que descender a donde estaba el que tenía las llaves de la muerte, por eso, cuando se levanta y se presenta a Juan como el Cristo resucitado, éste cayó como muerto, algo grande pasó en la vida de Juan porque el Cristo resucitado había sido manifestado, y revelado delante de él, en una manifestación que Juan no la había conocido. Había autoridad y gloria el día que se le presentó a Juan. Dice la escritura que Cristo por medio de la muerte, venció al que tenía el dominio de la muerte, por eso cuando el Cristo resucitado se le presenta a Juan le dice: porque Yo soy el que estuve muerto y ahora vivo y tengo las llaves de la muerte; o sea que no es satanás el que va determinar el día de tu muerte, no va determinar días de destrucción y fatiga para tu vida, porque tu perteneces al que tiene las llaves, al que tiene el dominio de la muerte, al que se levantó con poder y autoridad. Cristo antes de ascender habló con sus discípulos y les dijo: toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra, y esa misma potestad es la que él le ha dado a la iglesia. Cautividad tiene que ver con la privación de libertad en manos del enemigo. Hay tres cosas bien importantes cuando hablamos de cautividad: en primer lugar usted debe entender que cautividad tiene que ver con la pérdida o la privación de algo que usted tenía pero puede ser recuperado, pero también cautividad tiene que ver con la falta de libertad a causa de un pecado que ejerce cualquier clase de poder hasta esclavizarlo y eso es lo que el enemigo quiere, quitarnos la libertad que Cristo ya nos dio, porque Cristo nos hizo libres; pero satanás está peleando nuestra libertad, y hay una guerra continua donde el reino de las tinieblas aunque ya fue vencido sigue a través del engaño y la mentira queriendo esclavizar y cautivar a los hijos de Dios y eso es lo tercero que debes entender, que el enemigo buscará cualquier oportunidad para esclavizarte y cautivarte. Es necesario como adoradores centrarnos en la persona de Cristo. Recordar su obra maravillosa en la cruz. Que nuestro corazón pueda volver a maravillarse por su amor infinito y responderle en adoración con un corazón profundamente lleno de gratitud, humillado y sencillo, dejando de lado las demandas incesantes y la actitud de niños malcriados que pretenden que sus peticiones sean contestadas ya, y que de eso dependa nuestro amor por El. Debemos rechazar toda cautividad del enemigo porque ya Cristo nos hizo libres. Debemos adorar con las manos libres de cadenas y los pies agiles, como de ciervas, para escalar las alturas hacia las que El nos quiere llevar. Adorémosle como el héroe de la cruz, el Cordero de Dios que se humilló a lo sumo por nosotros y nos dio vida en abundancia y libertad para siempre.
Posted on: Sat, 20 Jul 2013 15:54:57 +0000

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