Cuando se quiere dinero, no importa de dónde se obtenga, ni como se obtenga, pareciera ser la premisa fundamental de este gobierno que busca a todas luces captar el mayor número de recursos en la historia de nuestro país, esperemos que estos recursos en realidad sean destinados para el apoyo que se requiere; sin embargo, cuando vemos cómo muchos de estos son mal encausados o inclusive destinados para el pago de grandes salarios, sí nos deja mucho que desear la forma en que estos se adquieren y es donde la esperanza depositada a través de nuestro voto, se va al suelo. A esto agregamos la falta de empleos y los pocos que existen no son bien remunerados, con salarios cuyo tope en el mínimo difícilmente alcanza, orilla a que muchos opten por el camino equivocado y al margen de la ley busquen compensar lo que les falta, pero eso sí el gobierno podría gastar 7 mil mdp en un nuevo avión presidencial, así como la construcción de un gimnasio para la Secretaría de Hacienda, la compra de vehículos de diversas secretarías y aumentos de sueldos de funcionarios; ellos sí tienen ese sagrado beneficio, pues son los nuevos Monarcas y hay que darles las mejores comodidades. El comentario en esta ocasión es derivado de la noticia que se conociera recientemente. La Venta del Nevado de Toluca, al cual se dice ya tiene precio. La sed privatizadora del gobierno Federal acaba de dar un golpe de magnitud vergonzante: pulverizó el decreto cardenista que a finales de los treinta dispuso que el Nevado de Toluca era parque nacional. Con la imposición de un nuevo decreto presidencial, se abrió la puerta, ni más ni menos, a la privatización de ese volcán con la finalidad de que la élite alpina del país, pero sobre todo la internacional, encuentre ahí hoteles de super lujo, clubes de golf, pistas de esquí y albergues exclusivos, a costa de los ejidatarios y de la ecología local. Y es que el pasado 1 de octubre, mediante un decreto, el presidente Enrique Peña Nieto le quitó el rango de parque nacional al Nevado de Toluca, con lo que le abrió las puertas al Grupo Atlacomulco para que pueda manejar las 53 mil hectáreas de la zona y realizar finalmente las inversiones que desde hace años proyectó para ese bosque. De esta manera el mandatario planea hacer realidad el viejo sueño de Arturo Montiel, quien como gobernador del Estado de México intentó instalar en ese un centro internacional de esquí, un campo de golf, hoteles, restaurantes, centros comerciales y una zona residencial de lujo. Montiel no logró realizar su proyecto privatizador porque se lo impedía el anterior marco jurídico: un decreto presidencial del general Lázaro Cárdenas de 1936 que declaró parque nacional al nevado y prohibió toda actividad que no se ciñera a la conservación forestal en esas tierras ejidales... Precisamente la disposición cardenista que ahora se deroga. No se sabe aún si el Grupo Atlacomulco volverá a retomar tal cual el proyecto de Montiel o si le hará modificaciones. Esa tarea se la encomendó principalmente a Ignacio Pichardo Pagaza, exgobernador del Estado de México, quien actualmente preside una comisión con supuestos tintes ecologistas que apuntala las bases para diseñar el esquema empresarial requerido. Arturo Chavarría Sánchez, presidente del Colegio de Arquitectos y Urbanistas del Estado de México, alerta: El decreto de Peña Nieto fue una decisión tomada por el Grupo Atlacomulco y su equipo de asesores. Es el marco jurídico que legitimará la privatización del Nevado de Toluca. Este grupo político empresarial mexiquense esperó obtener la Presidencia de la República para dar el paso que hoy se da con el decreto.. Ahora seguramente se buscará cambiar el uso que se le venía dando a la tierra de esa zona seguramente. Y es sin lugar a dudas que independientemente del Partido Político al que se pertenezca, que a todos nos gustaría que le fuera bien al presidente Peña Nieto, que el país creciera bajo su mandato y se crearan muchos empleos, pero con los actuales cambios fiscales y con una reforma energética incompleta o mediocre, es casi seguro que entregará un país con desequilibrios fiscales, deuda, desempleo y crecimientos bajos, en una política que todo lo busca privatizar y que los dueños de nuestro país cada vez sean menos y de esos menos, muchos menos mexicanos. Y ahora con los cambios fiscales que recientemente se aprobaron en el Congreso van a contracorriente de lo que necesita México, una reforma fiscal estructural que promueva la inversión, el empleo y el crecimiento. La estocada final sin lugar a dudas vendrá con la privatización de PEMEX, dígase lo que se diga, lo poco que queda de esta paraestatal que ya en su mayoría bajo un nombre diferente pero que en la realidad ha concesionado ya mucho, mediante contratos simulados a extranjeros es una realidad, solo se busca dar legalidad y certeza a estos que amenazan con seguir comprando todo. Actualmente el precio del barril del petróleo se encuentra a los límites de lo esperado para este año, por debajo de los 95 dolares por barril lo que desde ahora resulta alarmante porque nuestra economía gira en torno a este y de desplomarse podría afectar independientemente de todo lo que nos van a cobrar vía impuestos, difícilmente alcanzará. Desde por lo menos 2011, los funcionarios de Pemex han contratado de lo peorcito. Unos han sido los llamados campos maduros, y contratos integrales, cuya producción es mínima y a lo largo de muchos años. Primero en la zona sur, luego, ya en 2012, en el norte, y finalmente, este año, el gran regalo de los funcionarios: ¡Chicontepec! En este último año, se concursaron seis áreas en esa zona, y tres se declararon desiertas. ¡Nadie de las trasnacionales las quiso! Así estarían. Como si fuera la gran gloria, anuncian que lo que sigue son las aguas profundas. De hecho ya perforan junto con trasnacionales, pero tal vez ahora serían concursos formales como los mencionados. Ya se habían gastado 69 mil millones de pesos en 2002–2011 en trabajos en aguas profundas. Y, como hemos mostrado, no ha habido en aguas profundas ninguna producción de petróleo crudo ni gas natural. Claro, estas zonas son muy elogiadas. Mientras tanto y ya que hablamos de desatinos, fue el anuncio que hiciera el Secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong, quien señala que el desfile (militar, pero en realidad es deportivo) del 20 de noviembre no se suspendía, pues nunca se había programado su realización para este año, o lo que es lo mismo una fecha tan importante no estaba agendada, por favor, que le cuesta a nuestros gobernantes aceptar la realidad que se vive y señalar que se suspendía en virtud de que las condiciones que imperan en la capital del país no lo permiten y listo, como cuando se señala constantemente que en Michoacán no pasa nada de acuerdo al punto de vista del gobierno estatal, cuando es mejor aceptar lo que sucede, por ejemplo la declaración que emitiera el Gobernador sobre que ya no es necesario aumentar el número de elementos del Ejército Mexicano y Policía Federal en Michoacán, que es mejor que exista una mejor coordinación o lo que es lo mismo una mejor estrategia.
Posted on: Sat, 16 Nov 2013 18:36:41 +0000
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